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Monseñor Limachi: “Alguien que no sabe agradecer, es alguien que siempre piensa que todo lo merece, es romper cualquier posibilidad de amistad y fraternidad”

Prensa CEB 9.10.2022.- Desde la Basílica Menor de San Francisco en La Paz, monseñor Pascual Limachi, Obispo de la Prelatura de Corocoro, nos reflexiona según el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo san Lucas 17, 11-19, en su Homilía de hoy, sobre la importancia de utilizar en nuestro diario vivir, dos palabras importantes, por favor y gracias.

A continuación la Homilía completa de monseñor Limachi.

Queridos hermanos y hermanas, como siempre estamos reunidos en la casa de Dios, como buenos hijos e hijas de Dios, estamos en el mes de octubre, mes del Rosario, eso significa que tenemos que orar bastante en este mes el Rosario, si es posible todos los días. También no olvidarnos que estamos en el mes de misiones y trabajar.

En la vida hermanos creo que todos hemos tenido una experiencia física o espiritual, es decir, que todos tenemos esos momentos de dolor y de sufrimiento, de alguna manera. El Evangelio de hoy nos presenta a los 10 leprosos y a cierta distancia gritan diciendo: ¡Jesús Maestro ten compasión de nosotros!  y Jesús les da una indicación vayan con el sacerdote. ¿Por qué les manda con el sacerdote? Porque el sacerdote es quien dictaminaba si la persona tenía o no tenía esa horrible enfermedad, la lepra.

Es decir, que el sacerdote daba la autorización si la persona estaba sanada o no. Por eso Jesús manda con los sacerdotes, ahora aquellos 10 leprosos en el camino, se dan cuenta que están sanos, están libres de la lepra o sea al darse cuenta por obedecer la palabra de Jesús, quedaron sanos. Ahora uno solo regresó a dar gracias al Señor esto sorprende a Jesús, ¿dónde están los nueve? ¿Acaso no eran 10?

Hermanos, notamos que Jesús utiliza dos palabra claves en este Evangelio, ser sanando y ser salvado. Ser sanado queda solamente algo superficial del cuerpo, sanados de la lepra, su piel ya estaba limpios. Como también dice en la primera lectura y en el Evangelio, sin embargo, aquel que regresa a dar gracias al Señor, esa actitud física externa, por la actitud, de agradecimiento hace posible, que también sane su corazón. Por eso Jesús le dice: Tu fe te ha salvado, no solamente estas sanado, sino ganaste por esa actitud de agradecimiento.

Agradecer no solo nos hace ser educados, la actitud de agradecimiento nos abre los ojos de la fe para reconocer y a darse cuenta de todas las bendiciones que tenemos a nuestro alrededor antiguamente habían dos palabras mágicas, por favor y gracias. Parece que hoy estás palabras, como que se están desapareciendo, porque parece que no pedimos favor, sino que las ordenamos y tampoco tenemos la gentileza de agradecer lo que tenemos.

Con estas dos ausencias de palabras de no pedir las cosas por favor y no agradecer, hace que vamos creciendo de una satisfacción, porque nos crea la ilusión de que somos dignos de recibir todo, esta crea una insatisfacción, hasta nada nos satisface, nada llena. En cambio cuando somos capaces de agradecer hasta las cosas más pequeñas, caminan por la vida con una gratitud, con agradecimiento, con un gracias. Eso es una alegría.

Nos damos cuenta, cuán importante es saber agradecer, la actitud de agradecimiento provoca cuatro cambios de inmediato. Primero, te hace ver lo que tienes y todas la bendiciones que posees; segundo, da la capacidad de disfrutar de esas bendiciones, alguien que no agradece tampoco disfruta entonces. Esto crea una especie de armonía y fraternidad entre nosotros, cuando uno agradece, crea lazos de amistad e igualdad; el cuarto, crea una condición para recibir la bendición, es decir la persona que agradece habré un espacio en su corazón para recibir cosas más grandes.

El leproso que regresó a dar gracia a Jesús hizo que el Señor no solamente sanara su lepra física corporal sino que sanara su corazón, que fuera salvado. Hermanos la lepra excluye separa de los demás, la lepra expulsa del templo, del pueblo, de la familia, hace que tengas heridas profundas.

Ser sanado exteriormente tu piel está limpio pero como está tu corazón?

¿Eres capaz de amar de mirar a los demás como hermanos? Eso solamente se logra con la gratitud, cuando sabes agradecer, es que le das la posibilidad a Dios , de sanar tu corazón y de crear nuevos lazos de amistad con los que te rodean.

Alguien que no sabe agradecer es alguien que siempre piensa que todo lo merece es romper cualquier posibilidad de amistad y fraternidad. Alguien que no sabe agradecer es un frustrado en la vida amargado en la vida.

El día de hoy es una oportunidad de agradecer a Dios, ese Dios de amor, de misericordia de amistad, de compasión por todas las bendiciones que nos da, para agradecer a los demás por los favores por los dones y los regalos que nos dan, para agradecer que ese Dios nos quiere sanar, no solo de las cosas superficiales, nuestro Dios padre nos quiere bendecir hoy, no solo con las cosas materiales sino que quiere bendecirnos desde lo más profundo de nuestro ser, de nuestro corazón. Eso solo se logra cuando abrimos nuestro corazón y le damos gracias por las cosas que nos ha dado el mismo.

Hermanos que ese Dios hoy nos bendiga a cada uno de nosotros.

Amén!

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