Mons. Pedro Fuentes: Comencemos pidiéndole a Dios que nos enseñe a amar
Prensa CEB 03.03.2023.- Este 2 de marzo en el marco de la Asamblea Regional del Sínodo, desde la capilla de la Casa San Patricio, en Cumbaya, Quito – Ecuador, en una celebración presidida por Mons. Pedro Fuentes, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de La Paz y Administrador Apostólico de la Diócesis Castrense de Bolivia, en su reflexión sobre el Evangelio de Mateo (Mt 7, 7-12), alentó a pedir a Dios que “nos enseñe a amar auténticamente, a Él que es el amor de los amores: Dame amor, llena mi corazón del fuego de tu amor, y así, pueda amarte en mi hermano y hermana”, expresó.
En el Evangelio, Dios revela la pedagogía del Padre, enseñando la consecuencia esperanzadora de ser Hijos de Dios.
Refiriéndose a las peticiones que dirigimos a Dios, invitó aponer atención al contenido de nuestras peticiones, buscando el bien para los demás como se hace con uno mismo, procurando por la fe, sentir menos egoísmo y ser generosos.
Asimismo, el obispo llamó a ser agradecidos con Dios para lograr una vida más plena, haciendo bien a los demás, lamentó que cuando no se cumple lo que pedimos, queremos dejar a Dios, creándose una relación injusta entre el que pide y el que puede dar, una relación basada en el interés y no en el amor.
La autoridad eclesial enseñó que el amor es bueno con nosotros, por eso debemos ser buenos también. “El amor y el agradecimiento me impulsan hacer el bien y amar a los demás, la práctica del cristiano, es la práctica del amor”, subrayó.
Para llevar a la práctica este amor y tener el corazón agradecido, el obispo enseñó un verso atribuido a San Agustín: “Dame amor, vida mía, diré a voces, para que dándome amor, en él te goces”, alentando a pedir a Dios que en primer lugar nos enseñe a amar auténticamente y a romper las cadenas del egoísmo, la injuria, la envidia, la mentira, la frialdad ante Dios, la frialdad de corazón y vida.
Al finalizar su homilía, Mons. Pedro, aseguró que Dios se complace en las peticiones y los agradecimientos, por ello alentó a pedir con insistencia que “el Señor nos enseñe a amar hasta que se caigan las murallas de nuestros egoísmos”, rezando para perdonar, para ser más comprensivos, misericordiosos y cercanos.
Durante la Eucaristía se presentaron las peticiones y el ofertorio estuvo acompañado por la danza de los Macheteros.
Antes de la bendición final, Mons. Pedro Fuentes compartió con los países bolivarianos la alegría del Sínodo que se vive en Bolivia.
Por su parte Diego Plá, Secretario General Adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana, hizo entrega de unos recuerdos de la Iglesia boliviana a las Conferencias Episcopales de Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú.
La Eucaristía concluyó con la Bendición final, donde Padre Giovani Mendoza, colaborador en el Área de Comunión Eclesial de la Conferencia Episcopal, destacó la presencia de la imagen de la Virgen de Copacabana, Patrona de Bolivia.