Prensa CEB 29.04.2022.- Hoy durante la Eucaristía de clausura de la Centésima Decima Asamblea Plenaria de Obispos de Bolivia, el Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Mons. Aurelio Pesoa, remarco que “la Iglesia no es cosa de los hombres, es cosa de Dios y de su acción misericordiosa que le da continuidad al colegio apostólico a través del tiempo y del espacio”.
Así mismo destacó la imagen de Santa Catalina de Siena, “mujer apasionada por la Iglesia, de profundo amor por la Iglesia, hasta el punto de sufrir por los pecados de la Iglesia”, señaló el Obispo, al tiempo de reiterar que “aún en la debilidad de la Iglesia y las personas de la Iglesia de cada tiempo histórico, ella es obra de Dios y no de los hombres”.
Al referirse al Evangelio de San Juan, Mons. Pesoa afirmó que la narración de la multiplicación de los panes es “una llamada a poner nuestros dones, aunque sean pobres dones, al servicio de los demás”.
La autoridad eclesial dijo que los problemas de nuestro pueblo abundan, “tanto de hambre material, falta pan, salud y educación, como de orden social y espiritual, falta de justicia, falta de amor en las familias, falta manos para la evangelización. Nos desbordan las necesidades, son más de las que podemos hacer”.
El Obispo agradeció en nombre sus hermanos, a todos los que, en los pueblos más olvidados de Bolivia, se dican a aliviar el hambre y las necesidades, “es necesario agradecer a todos los que aportan con los cinco panes de cebada y los dos peces para saciar el hambre de nuestro pueblo”, agregó.
A su vez animó a seguir trabajando, sin cansarse como testigos de Cristo resucitado son su entrega y su amor.
“Ustedes son la Iglesia Viva. Ustedes hacen cada día el milagro de compartir y, sin duda, Cristo dará fruto abundante a toda su generosidad. Esa es la Iglesia de Dios, la iglesia que pastoreamos indignamente, pero por gracias de Dios”, les dijo a sus hermanos obispos.
Finalmente el Presidente de la CEB, animó a los obispos a seguir entregando su vida al anuncio de la Buena Noticia de Cristo resucitado.