35ͣ Asamblea del Clero Diocesano de Bolivia: “Caminemos en fraternidad como Iglesia con el Espíritu Santo”
Prensa CEB 06.07.2022.- Este 5 de julio con el lema: “Caminemos en fraternidad como Iglesia con el Espíritu Santo”, se realizó el acto de Inauguración de la 35ͣ Asamblea del Clero Diocesano de Bolivia y el desarrollo del mismo, promoviendo la sinodalidad en todos los espacios y unidos en oración por Mons. Waldo Barrionuevo.
Acto de Inauguración
El acto de inauguración, se realizó en el Seminario “San José” por la mañana, P. Fernando Carrillo de la Arquidiócesis de Cochabamba, presidente nacional del Clero Diocesano, saludó en la testera de la Asamblea compuesta por el presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Aurelio Pesoa, el Arzobispo de Cochabamba, Mons. Oscar Aparicio, el presidente de la Comisión de Seminarios, Mons. Juan Gómez, el Presidente del Área de Comunión Eclesial, Mons. Cristóbal Bialasik, su eminencia el Cardenal Mons. Toribio Porco Ticona.
Después de las palabras de circunstancia, P. Fernando Carrillo dio voz a las delegaciones llegadas para saludar a los participantes de la Asamblea:
La Hna. Gloria, de la Junta de Religiosos de Bolivia invitó a vivir este tiempo de sinodalidad, como lugar de la compasión del Espíritu encima de las fragilidades humanas, “por esa compasión somos hechos capaces de cuidar a nuestros hermanos y a iluminar las situaciones de muerte en que está encerrados”, expresó.
La Sra. Sandra Serrano de Dick, presidenta del Consejo Boliviano de Laicos, recordó al Clero Diocesano la importancia del rol preponderante que tienen en este largo camino Sinodal de la Iglesia, en estos tiempos de tanta división en la sociedad boliviana.
Asimismo la Hna. Bruna Pierobon, a cuenta la Delegación Jurisdiccional de los Religiosos de Cochabamba, recordó el compromiso de “gritar en las plazas de la vida” que el Amor está vivo e indicó que la sinodalidad de este tiempo anima a la Iglesia a salir para buscar a las “ovejas perdidas”, con actitud de escucha, de compartir y de oración.
Por su parte el padre Manuel Hurtado de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, subrayó 4 dimensiones de la formación:
- La práctica pastoral nutre la teología; la teología orienta la práctica pastoral. Nuestro desafío entonces está en la formación permanente.
- La Pastoral vocacional tiene el desafío de promover un número suficiente de seminaristas que permita mantener alta la oferta.
- Necesitamos sacerdotes formados con título académico para complementar el equipo de docentes universitarios.
- Fortalecer la formación de los laicos.
A su vez Mons. Aurelio Pesoa, presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, recordó que el año 2015 había 560 sacerdotes. La presencia así numerosa de hoy nos dice que estamos participando casi el 50% a este evento. Esto nos alegra porque “sinodalidad” es reconocerse como presbiterio que se coordina y construye en complementariedad aprendiendo a amarse.
El Obispo recordó los temas pendientes que nos piden atención e iluminación: justicia, censo, narcotráfico y la defensa de la vida.
Mons. Juan Gómez, presidente de la Comisión de Seminarios, recordó que la realidad en la que el clero opera es difícil y lo experimentamos en la pastoral como “Iglesia en salida” y confrontando también el desafío de la falta de vocaciones que se debilita y del Covid que ha quitado colaboradores pastorales y algunos sacerdotes. Frente a esto, confió al clero a la guía del Señor. Y con eso dio por abierta oficialmente la 35ͣ Asamblea Nacional del Clero Diocesano.
La Iglesia por su naturaleza es Sinodal
La jornada inició con la Conferencia de Mons. Luis Marín de San Martín, Subsecretario del Sínodo de los Obispos en Roma, asistió de manera virtual, junto a P. Ariel Beramendi, sacerdote boliviano miembro de la misma Comisión del Sínodo en Roma.
Mons. Marín recordó que la Iglesia por su naturaleza es “sinodal”: participativa desde su comienzo. Llamada a vivir con humildad, confianza, esperanza, paciencia y perseverancia, amor, valentía y libertad (Papa Francisco llama esto “parresía”) y alegría.
Recordó también la docilidad al Espíritu Santo, que tiene que ser la que conduce. No adherirnos a eso es poner trabas a la acción del Espíritu y obstaculizarlo. Este caminar juntos es la esencia de la Iglesia, por eso la Iglesia es sinodal y el Sínodo es eclesial.
El Subsecretario del Sínodo hizo referencias de este camino sinodal que pasa por la Palabra, la Eucaristía, la vida. El sacerdote – acotó – está llamado a conducir este proceso por delante, desde adentro por detrás dejándose iluminar por los aspectos teológico, cristológicos, del Espíritu (pneumológicos) y de salvación (soteriológicos). Todo esto requiere una conversión personal y un camino de unidad pluriformes (no solo con quién existe en natural sintonía e identificación). El sacerdote vive en complementariedad con su obispo y esté gobernando al clero en caridad, y ambo en comunión con Pedro, animando y dinamizando a la gente.
Todo el proceso se alimenta y toma fuerza en el Cristo que impulsa a la Iglesia, desde la vida con un testimonio creíble, alimentado por la oración, en camino hacia todos los rincones de la vida y con respuesta sinceras con expresiones de alegría.
Un tiempo en el cual Dios habla y se manifiesta
P. Daniel Carranza, vicario de pastoral de la Arquidiócesis de La Paz, animó por la tarde las siguientes dos reflexiones, lo hizo desde la experiencia pastoral del Sínodo de la misma Arquidiócesis paceña. Recordó que todo este proceso se encarna en historias y lugares concretos. Este tiempo trasmite una imagen de la Iglesia y permite delinearla en forma significativa, no de forma absoluta sino significativa para este tiempo preciso.
Esta lectura encarnada nos da la visión de un “kairos” como “tiempo en el cual Dios habla y se manifiesta concretamente y da una visión de la vida y de la Iglesia” tiempo de iluminación, tiempo de gracia.
Trabajar la sinodalidad es responder a este desafío haciendo memoria, viviendo el proceso sinodal, aprendiendo a escucharse y reconociendo los dones y carismas puestos al servicio del bien de la comunidad.
El Sembrador con una mirada de la humanidad hambrienta de acoger el anuncio del Reino
Mons. Eugenio Coter, Obispo del Vicariato Apostólico de Pando, en nombre de las jurisdicciones de las tierras bajas, presidió la Eucaristía, recorriendo el evangelio en clave de experiencia eclesial y sinodal, y pidiendo para los pastores (sacerdotes y obispos) esta mirada del sembrador, que no ve un mundo hostil para Jesucristo, sino una realidad humana hambrienta y probada por la vida, ya pronta para acoger el anuncio del Reino, para lo cual se necesitas “segadores” que echen manos a la cosecha. “Por eso pedimos al Señor que nos envíe pastores con este corazón y mirada frente al mundo”, subrayó, Mons. Coter.
Enterados por la grave situación de salud de Mons. Waldo Barrionuevo, se acompañó este momento difícil de su vida confiándolo a la oración de toda la comunidad cristiana.
En la cena se obsequió un presente a todos los participantes, de parte del equipo del Seminario y de los organizadores, concluyendo así una primera jornada.