Mons. Coter motiva a ser discípulos atentos a la voluntad de Dios
Prensa CEB 08.08.2022.- Desde la Parroquia de Santa Cecilia en San Louis de Missouri en EEUU, Mons. Eugenio Coter, Vicario Apostólico de Pando y obispo responsable de la Comisión de Comunicación de la Conferencia Episcopal Boliviana, reflexiona sobre el Evangelio de Lucas, afirmando que, la actitud del discípulo empieza en el estar atento a la realidad y preguntándose cada vez sobre la voluntad de Dios en su vida, asegurando que “Dios está para ayudar a retomar el camino hasta en la situación más desesperada”, destacando las palabras de Jesús en el Evangelio: “no temas rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino”.
Homilía de Mons. Eugenio Coter
7 de agosto de 2022
Domingo tras domingo la Palabra del Señor, sobre todo en el Evangelio, nos está enseñando, ¿Qué significa ser discípulos del Señor?.
Le hago memoria de hace unos domingos, donde leímos el Evangelio del Samaritano, si se recuerdan, el discípulo no es como el sacerdote o el escriba que en el camino de la vida encuentra a una pobre víctima de una agresión y para mantener su pureza de la relación con Dios no lo tocan. El modelo de discípulo es el que se le acerca y lo ayuda en su en su vida machucada, desastrada, ya maltratada, esto es el discípulo del Señor. Pero no es sólo el que hace caridad, es el que mira con los ojos de Dios la realidad.
El domingo después encontramos Marta y María que acogen a Jesús y Marta reclama que María no está ayudando en las cosas de la acogida en la casa y Jesús le dice que el discípulo es el que se da tiempo para escuchar la Palabra de Dios.
Así estuvimos en el otro domingo, el que reclama a Jesús que le haga de juez con su hermano para que divida la herencia y Jesús le dice que estar atentos porque, el discípulo no es el que apega su vida al dinero, ni gasta su vida para amontonar dinero y define el que piensa que en su vida lo importante es amontonar dinero, tener dinero, le dice: “insensato”, porque estás gastando tu vida por algo que no tiene valor.
Hoy Jesús nos hace ser otro paso en el camino del discípulo y la indicación que nos da es que nuestra vida tiene que ser un velar, vivir nuestra vida velando, ¿qué significa esto?. Nos da una indicación, es la lectura que escuchamos, la segunda lectura por su fe Abraham, obediente al llamado de Dios y sin saber dónde iba, partió hacia la tierra que habría de recibir en herencia, ¿qué significa la fe, qué nos hace velar?, la fe no es saber que Dios existe, porque en este caso diríamos que el diablo tiene fe, porque el diablo sabe que existe Dios. ¿Qué es la fe entonces?, es la relación de amistad y de amor con Dios, es el vivir nuestra vida preguntando, ¿qué luz tiene la vida en esta relación con Dios? es algo un poco más complejo de entender o de asumir, es estar en la vida sabiendo que Dios nos conduce y nos piden el mismo tiempo de actuar en la vida conforme a lo que Jesús nos enseña en el Evangelio.
Esto indica estar atento a lo que sucede a nuestro alrededor, estar atentos a lo que pasa y buscar de entender cómo Dios me está hablando a través de estos hechos y aquí viene la lectura que escuchamos.
Y a veces parece que la vida es un caminar en la noche. ¿Por qué?, porque hay cosas que no entendemos, hay cosas que decepcionan, hay cosas que sobrepasa nuestros deseos, y uno dice, ¿dónde estamos yendo, qué está pasando exactamente? Son las preguntas que nacen cuando uno se confronta con la vida y cuando uno está atento a lo que sucede en no dar respuestas así con el estómago, sino buscar con el corazón y la inteligencia de iluminar lo que sucede y de leerlo a la luz de Dios y entender cómo Dios nos habla, cómo Dios nos guía en nuestra vida para construir la vida de creyentes. Pero de creyentes de verdad.
Esto es el velar, el estar atentos a lo que va pasando y preguntándonos ¿qué está sucediendo a los ojos de Dios y de qué manera yo voy a actuar como discípulo del Señor en esta situación? ¿Qué es lo que venimos leyendo domingo tras domingo?.
Entonces, la actitud del discípulo empieza en el estar atento a esta realidad y preguntándose cada vez: ¿Señor, qué quieres que yo haga dentro de esta realidad, dentro de esta situación, dentro de mi vida?, te pasa una enfermedad que no esperabas y que ninguno ciertamente desea ¿qué hago Señor frente a esto, cómo respondo?, no, no solucionamos diciendo voluntad de Dios y me la aguanto. No, no es esto y a veces damos responsabilidades a Dios, que Dios no tiene, a veces cargamos a Dios cosas que no son voluntad de Dios. Voluntad de Dios no es la muerte ni del justo, ni del pecador.
A veces frente a esto no sabemos qué responder, solucionamos todo rápidamente “ah es voluntad de Dios”, no hermano, no es voluntad de Dios, porque Dios hace nacer su sol sobre buenos y malos, hace llover sobre buenos y malos, entonces ve un poco más allá, ciertamente se te ha pasado una experiencia de enfermedad, es parte de la historia de la vida, tendrás que aprender a ser creyente y humano adentro de tu enfermedad y construir respuestas.
Hay un desafío de relaciones difíciles, tienes la tentación de escapar, tienes la tentación de dejarte sumergir en la depresión, ahí está ¿cuál es la voluntad de Dios en todo esto?, es que encuentre un camino de construcción de bien, de atención, de entendimiento, de paciencia, de aprender a escuchar y de aprender a iluminar.
Entonces había está la visión del siervo que escuchamos en el Evangelio, estar adentro de la vida vigilando, es estar adentro de la vida como siervos del Señor y que en toda circunstancia buscan entender a lo que Dios los llama, para responder en cada situación a lo que el Señor espera que como comunidad creyente y como personas creyentes sepamos responder.
Pero ahí está el camino del siervo, del cual dice: “feliz el siervo que a su llegada encontrará vigilante, encontrará en acción y encontrará cuidando”, dicen cuando un siervo ve que no llega el amo empieza a maltratar a los demás a emborracharse, aprovecharse de los demás. Entonces, en el momento que menos lo espera, llegará su amo y lo castigará.
No pensamos que es castigo de Dios, atención también a esto. A veces también en esto decimos que Dios haga justicia, que Dios castigue, cuando las personas actúan mal se están castigando a sí mismas, ante todo se están privando del gusto de las relaciones y de la vida y Dios no está para castigar, Dios está para ayudar a retomar el camino hasta en la situación más desesperada, Dios está para consolar, Dios está para fortalecer, Dios está para consolidar el bien que hemos podido construir. Esto es la visión del discípulo y en esto sabe que este Dios cuida de los suyos.
El Evangelio de hoy empieza diciendo esto: “no temas rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino”, es la palabra de consolación, de consuelo que Dios dice a los suyos que, espantados de la tarea que se ven por delante le dicen: “no, no tengas miedo, vete, te voy a cuidar, te voy a cuidar de la vida, voy a cuidar de ti”. Entonces si te parece difícil este desafío, no tengas miedo, no tengas miedo yo te voy a acompañar, yo te voy a consolar y aquí le indica al discípulo, vamos al Evangelio del domingo pasado que dice: “cuidado como discípulo hasta en el manejar tus bienes, tienes que ser persona creyente en Dios”, persona cristiana diríamos hoy, hasta en el manejar tus bienes y entonces hoy retoma esto, porque probablemente los apóstoles escuchando esto ya tenían poco y a veces pasaban hambre, pero se sentían seguramente en dificultad y Jesús le dice, vendan sus bienes y den limosnas consigan bolsas que no se destruyen y acumulan para el cielo.
Hasta en manejar nuestros bienes mostramos si somos personas de fe y el Cristiano, el creyente, el discípulo del Señor, sabe entonces que su verdadero tesoro, su verdadero bien, no estará en estar apegado a los bienes o en el imponerse a las relaciones, sino de conducir una vida de siervo, en su estar en la vida, en su estar en su responsabilidad, en su estar con los demás y también en el manejo de sus bienes.
Felices ustedes, siervos del Señor, no tengan miedo y adelante en este caminar en la vida aprendiendo a velar.