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Mons. René Leigue: “Como cristianos seguidores tenemos que ser sensibles frente a las necesidades de los demás”

Prensa CEB 27.03.2023.- “Hoy el Señor nos invita a todos nosotros, el Señor viene para darnos vida, tengámoslo bien en cuenta eso, el Señor quiere vida, no quiere la muerte”, enfatizó el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leigue, quien también se refirió a los maestros que “están clamando por algo que le corresponde seguro. Claman porque les suban más el sueldo que según ellos hace rato no tienen el sueldo que les toca, están también clamando porque quiere una buena educación para los niños, para los jóvenes y no se los escucha, se los maltrata”, indicó.

La mañana de este 26 de marzo, el Arzobispo aseguró que el Señor quiere todo lo mejor para nosotros, “el Señor es amor para nosotros, por lo tanto, como cristianos seguidores tenemos que ser sensibles frente a las necesidades de los demás”, dijo.

Al referirse a la situación de los profesores movilizados que ya ingresaron a la cuarta semana de protestas en rechazo a la nueva malla curricular y en demanda de mayor presupuesto, monseñor manifestó que no se les escucha y se les maltrata, “ellos quieren vida, ellos quieren acompañar a los jóvenes, quieren darles vida a los jóvenes, no están pidiendo otra cosa. Y se los maltrata, ahí pareciera que no salimos de ese caparazón, entonces no podemos mirar más allá, están vendados los ojos que no pueden ver más allá”, señaló.

Mons. René hizo énfasis en la escucha que debe tener nuestra sociedad y el ser sensibles frente a las necesidades que hay.

Homilía de Mons. René Leigue Cesarí, Arzobispo de Santa Cruz

Basílica Menor de San Lorenzo – Catedral – 26-03´-2023

 “Yo soy la Resurrección y la Vida”, dice el Señor. Hoy las lecturas nos hablan de la vida, del espíritu que da vida, y eso que es vida para nosotros, es Dios. En estos domingos, si ustedes han ido tomando en cuenta, y a lo mejor tomando mucha atención en lo que el Señor nos dice, hemos escuchado que Jesús se ha presentado como el agua, el agua viva “Quien toma de esta agua, nunca más tendrá sed.

El anterior domingo hemos escuchado que Jesús se ha presentado como la luz, la luz que ilumina todo, la luz, que nos hace caminar sin miedo, sin temor, contrario a lo que es la oscuridad, y hoy el Señor se nos presenta como la vida “Yo soy la Resurrección y la Vida”, esto nos va marcando, lo que Él es para nosotros, o lo que debe ser para nosotros, el agua viva, la luz y la vida, con esto nos marca todo nuestro caminar y todo lo que nosotros somos y deberíamos hacer, y defender.

El Señor habla de vida, y ahí nos está diciendo, que hay que defender la vida, desde su concepción hasta su muerte natural. De esto no tenemos duda, o no tendríamos que tener duda, la Iglesia defiende la vida, desde su concepción, hasta su muerte natural, y si el Señor se presenta de esta manera, es porque Él es la vida para nosotros.

Hemos escuchado en el Evangelio de hoy, donde nos habla de esa relación que tenía Jesús con una familia, dos hermanas, María y Martha y Lázaro, Jesús ya ha estado en esta comunidad de Judea antes, ya había salido de ese lugar, pero le llega la noticia que Lázaro estaba enfermo, antes cuando estuvo en esta comunidad, la pasó mal, porque habían algunos que querían sacarlo, hacerle daño, y entonces cuando Jesús sabe que su amigo Lázaro estaba enfermo , Él no duda en volver , los discípulos como que se pusieron un poco a esto, pero Jesús dijo; “hay que volver”. Después de cuatro días vuelve, Lázaro ya había muerto, y es ahí donde viene esta pregunta de Martha: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto, pareciera como un reclamo a Jesús, pero Jesús le dice; “Esto solo ha pasado para mostrar la Gloria de Dios”, y le dice; “Yo soy la resurrección y la vida, ¿Crees en esto? y ella dice que sí, claro como cualquier persona humana, como nosotros, en un momento de dolor, en un momento de tristeza, perder a un ser querido, no hay palabras de consuelo que podamos encontrar, en ese momento no hay palabras que puedan ayudar, hay una tristeza porque es un ser querido que ya no está, y Jesús ahí está y le dice: ¿Creen en la vida? ¿Creen en la resurrección? y la respuesta de ellos es SÍ, ahí se muestra el Señor como aquel, por quien vino a este mundo, Él vino para rescatarnos de la muerte, para rescatarnos del pecado, para sacarnos de ese ambiente negativo de la oscuridad, ahí se muestra el señor, como verdaderamente es la misión que tenía. Jesús les pregunta a las hermanas ¿Dónde lo han puesto? Le muestran el lugar, está tapada la tumba con una piedra, él dice, quiten la piedra de ahí, y esa frase que dice: “Lázaro sal de ahí”, luego lázaro sale vendado, le dice; quítale la venda, aquí tenemos que mirar un poquito nosotros, esta frase que dice Jesús: “Sal de ahí”, se lo deja a todo aquello que impide verte libre, que te impide vivir la vida. ¿Cuántas veces nosotros estamos también en esa tumba, estamos en un caparazón que tenemos? Que no salimos de ahí.

El Señor nos dice: Sal de esa tumba, sal de ese caparazón que tienes, mira las cosas de otra manera, hay vida y hay que vivir la vida. Esta palabra del Señor, tenemos que nosotros meditarla también. A veces nos acostumbramos a quedarnos en algo que es difícil para salir, a veces nos quedamos con esa frase: Es que siempre ha sido así, es que siempre lo hemos hecho así, es que siempre se ha hecho así y nos cuesta salir más allá, nos cuesta salir desde esa tradición, una tradición negativa.

Entonces hoy el Señor nos invita a todos, salgan, vengan, vengan a mi encuentro porque estaba ahí. Se encontró con Lázaro. Les invito a ustedes también hermanos que revisen un poco cómo están. Están metidos en eso que a lo mejor les cuesta salir, o se están dejando llevar por ideas que solamente ideologías, pero nada que ver con la vida real, nada que ver con lo que somos, nada que ver con lo que Dios quiere.

El Señor quiere que tengamos vida, para tener vida hay que ser sensible frente a la necesidad del otro, porque esto es lo que muestra el Señor, cuando le comentan a Jesús que Lázaro había muerto, la lectura dice: Jesús lloró. ¿Será que no está llorando también por nosotros? ¿por qué no damos ese paso más allá para escucharlo, para practicar lo que nos dice? Jesús debe estar triste también y llora porque tantas cosas que nos dice y nosotros seguimos en la misa, nos quedamos en la tumba, quedamos debajo ese caparazón que no podemos mirar más allá. Estamos vendados también, así como salió Lázaro que nos sentimos con las manos amarradas, nos sentimos con la boca tapada que no podemos hablar. El Señor nos invita que dejemos todo esto, que nos sintamos libres, porque eso es lo que quiere Dios, quiere que nos sintamos libres para poder expresar, para poder decir lo que sentimos, para poder decir lo que pensamos.

Y eso es lo que está faltando en nuestra sociedad, tal el caso de los maestros, que están clamando por algo que le corresponde seguro. Claman porque les suban más el sueldo que según ellos hace rato no tienen el sueldo que les toca, está también clamando porque quiere una buena educación para los niños, para los jóvenes. Y no se los escucha, se los maltrata, entonces pensemos en esto. Ellos quieren vida, ellos quieren acompañar a los jóvenes, quieren darles vida a los jóvenes, no están pidiendo otra cosa. Y se los maltrata, ahí pareciera que no salimos de ese caparazón, entonces no podemos mirar más allá, están vendados los ojos que no pueden ver más allá también.

Hoy el Señor nos invita a todos nosotros, el Señor viene para darnos vida, tengámoslo bien en cuenta eso, el Señor quiere vida, no quiere la muerte. El Señor quiere todo lo mejor para nosotros, el Señor es amor para nosotros, por lo tanto, como cristianos seguidores tenemos que ser sensibles frente a las necesidades de los demás.

Hoy, quinto domingo de Cuaresma, la Iglesia invita a todos y les invita a ustedes también y a todos los que nos escuchan, hoy debemos ser sensibles también frente a muchas necesidades que hay, por eso les pedimos a ustedes que apoyen, la colecta de hoy es para las CARITAS, en nombre de ustedes hacemos llegar a otras personas su apoyo.

Así que sean sensibles también frente a esto, sabemos que las necesidades son muchas, problemas económicos los tenemos, pero no nos cerremos, no nos quedemos en la tumba, así que la vean los demás. Desde eso que tenemos, de lo poco que tenemos compartamos, compartamos, eso es lo que el Señor quiere y espera de nosotros.

Y si hacemos eso entonces nos vamos a sentir con libertad, nos vamos a sentir con vida, nos vamos a sentir alegres porque podemos ayudar, por eso les invito hoy, la colecta de hoy es para las CARITAS, ustedes también sean sensibles frente a esta necesidad, que no lo duden, en nombre de ustedes hacemos llegar ese aporte que ustedes dan a los demás, a las personas que necesitan.

Que el Señor nos de esa fortaleza, nos de esa certeza, que necesitamos cada día. No perdamos la esperanza de que los problemas que están hoy día, mañana pueden ser solucionados. Nosotros pidamos a Dios y comprometámonos a escucharle siempre a Él y a vivir con alegría esa vida que Él nos da.

Que así sea.

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