“Se es sacerdote para servir al pueblo de Dios, para ocuparse de las heridas de todos, especialmente de los pobres, no para ser servido, sino para servir”, recomendó a los seminaristas de Bolivia, Nuncio Emilio Sosa
Prensa CEB 2.3.2024.- En la homilía de la Santa Misa de inauguración del V Congreso Misionero Nacional de Seminaristas que se realiza en la ciudad de San Cruz, el Nuncio Apostólico, Monseñor Fermín Emilio Sosa Rodríguez, recomendó a los discípulos a servir a las personas, especialmente a los pobres, a semejanza de Jesucristo y no buscar ser servido.
“Se es sacerdote para servir al pueblo de Dios, para ocuparse de la heridas de todos, especialmente de los pobres, disponibilidad para los demás, esa es la prueba segura del SÍ a Dios, y nada de clericalismo eso lo dice el Papa Francisco, y ser discípulo de Jesús significa liberarse de uno mismo y conformarse a sus mismos sentimientos a aquel que no vino a ser servido sino a servir…”, exhortó el Nuncio Apostólico.
Celebró el encuentro a nivel nacional de los seminaristas bolivianos. “Por quinta vez se reúnen todos los seminaristas como uno sólo, como dice San Pablo a los Efesios, un sólo Señor, un sola fe, un solo bautismo, un solo Dios Padre de todos, porque esta sobre todos, por todos y en todos…”.
Reflexionó a los seminaristas que están en el camino de la formación al sacerdocio, que es un camino sin condiciones, que necesita una “preparación sincera”, y que si quieren ser Iglesia cuerpo de Cristo, solo tienen que fijarse en el modelo de Cristo, Cristo transfigurado presente en la eucaristía, como dijo el Papa citó.
En referencia a la lectura del evangelio del día, Reyes 5,1 expuso que Naamán se sintió ofendido y no quería seguir las órdenes de un profeta y una orden sencilla, pero a través de los criados aceptó.
“Que nos enseña esta lectura, que en la cotidianidad de la vida,… Dios está en la humildad de las cosas…no son las cosas materiales que sanan al hombre, sino la fe puesta en Dios que sana, pero no lo hace sólo, necesita de esos humildes servidores para que la presencia de Dios se haga una realidad en la vida…eso somos nosotros hermanos, esos humildes servidores, por eso debemos ser humildes”, compartió.
Se refirió a las dimensiones de formación de los seminaristas, aludió a la labor del director espiritual que ayudará a vivir el celibato; la dimensión espiritual que no debe convertirse en espiritualismo y que la celebración eucarística sea un encuentro profundo con Cristo.
La dimensión intelectual que ayude a introducirse en la cultura el reto de la misión que les espera, que requiere formación para entablar el diálogo con el mundo. Usar los medios tecnológicos con responsabilidad, que sirva para la formación y finalmente la dimensión pastoral netamente de servicio.
Reiteró que ser discípulos de Jesús es servir al mundo. “La arrogancia no puede estar en nosotros, en Cristo todo los días aprendemos algo nuevo, no podemos decir que los sabemos todo”.
“Sólo trasformados por la palabra de Dios pueden comunicar palabras de vida, el mundo está sediento de sacerdotes capaces de comunicar la verdad del Señor…Ustedes que están en ese tiempo de formación, aprendan de sus formadores, que sean ustedes como esa esponja que cuando llueve no absorba el agua sucia, sino que absorba el agua limpia que cae del cielo, ese rocío que cae del cielo que es la gracia de Dios, entréguense plenamente a ese tiempo, pero sobre todo imitan a Jesús, para poder ser verdaderos discípulos de Dios, y juntos con el pueblo, puedan dirigirse hacia la casa del Padre Celestial”, concluyó.
Texto: Esther Rojas – Periodista CEB
Fotos: Captura de pantalla de la página web de la Arquidiócesis de Santa Cruz.