Pastoral familiar retoma encuentros presenciales en el país para motivar a las familias a ser nuevamente espacios de protección, formación y práctica de valores
Prensa CEB 23.09.2022.- La pastoral familiar retoma sus encuentros presenciales a escala nacional con el objetivo de que la familia sea nuevamente un espacio de protección, formación y práctica de valores, señala una carta informativa de la Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Boliviana.
Es por ello que para acompañar a las familias y motivar a buscar respuestas que vayan conforme a las orientaciones eclesiales que nacen de la reflexión y atención a la comunidad que desea vivir fielmente su vocación cristiana, los encuentros se reanudaron en agosto y concluirán en noviembre bajo el siguiente orden.
1. 19-21 agosto. Zonal Oriente Sur: Diócesis de San Ignacio, Vicariato Ñuflo de Chávez, Arquidiócesis Santa Cruz y Vicariato de Camiri. Ya realizado en San Ramón, Ñuflo de Chávez.
2. 30 septiembre-2 octubre. Zona Andina: Arquidiócesis de La Paz, Diócesis de El Alto, Diócesis de Oruro, Diócesis de Coroico y Prelatura de Corocoro. A realizarse en Patacamaya.
3. 7-9 octubre. Zona de los Valles: Diócesis de Tarija, Prelatura de Aiquile, Diócesis de Potosí y Arquidiócesis de Cochabamba. A realizarse en la ciudad de Cochabamba.
4. 14-16 octubre. Zona Oriente Norte: Vicariato de Beni, Vicariato de Pando y Vicariato de Reyes. A realizarse en la ciudad de Reyes
La gestión concluirá con el Encuentro Nacional de Pastoral Familiar, que se realizará del 4 al 6 de noviembre en Vinto, Cochabamba.
El interés común entre coordinadores y asesores es de caminar conforme las orientaciones que se dan a nivel eclesial, por eso el tema transversal es: ‘Familia: modelo de sinodalidad’, por lo que se tiene en claro que una familia unida y que procura ser formadora de valores cristianos será modelo de sinodalidad a través de la práctica del diálogo y deseo de caminar juntos fundamentados en la vivencia del amor en su máxima expresión.
Un tema urgente también va en referencia a los casos de violencia intrafamiliar, cuyas consecuencias son tristes y no pueden causar solo una observación impotente. También causa preocupación la crisis de parejas, que provocan separaciones y abandono de los hijos. En todos estos casos no se puede quedar indiferente, por eso urge trabajar sobre todo en el tema de la prevención en los espacios en los que se puedan incidir, por lo que queda la unión, pensar juntos y actuar conforme el Evangelio, señala parte de la nota.