“La Navidad, es una fiesta de unidad, paciencia, compresión y perdón”, dice el arzobispo de La Paz
Prensa CEB 10.12.2023.- En este segundo domingo de Adviento, monseñor Percy Galván, arzobispo de la Arquidiócesis de La Paz, solicitó a los feligreses, no estar confrontados con la familia, “ya que la Navidad es una fiesta de la unidad, de la paciencia, de la compresión y del perdón, es una fiesta donde debemos abrazarnos bajo un mismo ejemplo y amor”, dijo.
Desde la Basílica Menor de San Francisco, monseñor Galván, se dirigió a los fieles mostrando una estatuilla de San Juan el Bautista, quien es el personaje de este domingo, y el que anuncia la “Venida del Señor”.
“No hubo en la humanidad un hombre mayor que él, más grande que él”, dijo emocionado el obispo.
Seguidamente invitó a los feligreses a observar detalladamente la vestimenta de San Juan el Bautista, que, a decir de la autoridad eclesial, es bastante llevadera y ligera, “de cuero de piel de camello, que nos recuerda al profeta Elías, que nos recuerda el caminar del Pueblo de Dios por el desierto, donde todos ellos se aseguraban los cinturones para predisponerse a caminar, hacia la tierra prometida”.
San Juan Bautista, según el Evangelio de Marcos 1, 1-8 se alimentaba de langostas y miel de abejas, y estas son signos, “la langosta, antiguamente peleaba y vencía a la víbora, y este insecto reflejaba la grandeza de la palabra de Dios, y la miel, es la dulzura, un alimento puro y delicioso, representan la palabra de Dios, son como miel silvestre, cantan nuestros Salmos”, explicó el arzobispo.
Seguidamente monseñor Percy, muestra un cartel en donde señala que todo el Pueblo de Dios está invitado de pasar de la confrontación a la reconciliación, de la división a la unidad.
“Queridos hermanos, esto empieza por nosotros, ya que estamos divididos interiormente desde nuestros apetitos personales y nuestros valores espirituales, que nuestra vida esté guiada por nuestra vida espiritual. Que el Espíritu Santo, ilumine nuestros pasos, reconciliémonos con nosotros mismos”, reflexionó.
Pide a los feligreses no estar confrontados con la familia, ya que la Navidad es una fiesta de la unidad, de la paciencia, de la compresión y del perdón, “es una fiesta donde debemos abrazarnos bajo un mismo ejemplo y amor”.
“El Niño Jesús nace en nuestros hogares”
Una vez más reitera a los concurrentes, no pasar la Navidad confrontados, con división y rencores, “pasemos en unidad de la familia, para dar honor al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”.
En este Adviento y de San Juan Bautista pide el obispo, pasar de la violencia a la paz, “y a veces pensamos en los feminicidios en los asesinatos, en las guerras, pero es algo más, nosotros tenemos que encontrar la paz, queridos hermanos, debemos dejar de ser impacientes, debemos sentirnos más bien tranquilos”, exhorta el arzobispo de La Paz.
“Donde se vaya y visite se debe llevar la paz del Señor”
Debe partir de cada uno de nosotros, dice el obispo, sentir la paz, para que se irradie en las familias, la paz que trae el Niño Jesús, frente a las dificultades y problemas.
“Nosotros vamos hacer esa fuente de agua fresca, esa fuente del espíritu que refresca ese ardor y esa violencia que cada día está calando más en nuestra sociedad y en nuestras familias”, señaló monseñor Percy.
Frente a esto, se puede vencer con la fuerza del Espíritu Santo a esas fuerzas malignas, que buscan la violencia, que buscan hacer daño, que buscan calumniar y matar.
“Por eso San Juan Bautista, nos recuerda preparar los caminos del Señor, seamos mensajeros de la paz, apuntemos a la reconciliación y al perdón”, solicita.
Demanda una vez más Mons. Percy, pasar de la injusticia a la justicia, del odio a la misericordia, “es la justicia divina que nos trae Juan el Bautista, pero no la justicia del ojo por ojo, diente por diente, no es encarcelar, condenar y matar, sino el que tengámonos misericordia”.
“Esa es la justicia de Dios, el perdón permanente, hasta que el pecador se arrepienta”
Por otro lado, está la justicia humana, que tiene que existir, pero, ¿qué hace?, se pregunta el arzobispo, y a decir de la autoridad eclesial, genera más violencia, más odio, más venganza y más muerte, “ahora encarcelan a unos y mañana a otros, hoy linchan a unos y mañana lincharán a otros, hoy castran a unos, mañana castrarán a otros, pero nosotros no caminamos por ahí, caminamos por la justicia de Dios, que es la justicia de la misericordia, el perdón y la reconciliación”, reflexiona el obispo, acotando que así se debe preparar la Navidad.
Entonces si ya estamos preparados, bienvenidos sean, los panetones, los chocolates, y los regalos, “pero primero amamos, preparemos nuestro corazón”.
Monseñor Percy antes de la conclusión de su homilía invitó a gritar “vivas” a los feligreses que se dieron hasta la Basílica de San Francisco:
- ¡Qué viva nuestro Señor Jesucristo, queridos hermanos!
- ¡Qué viva Juan el Bautista!
- ¡Qué viva nuestra Iglesia Católica!