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“Jesús con su crucifixión nos demuestra que ama la humanidad, nos redime del pecado, del odio y la violencia”, compartió Monseñor Herbas en la celebración de Domingo de Ramos

Prensa CEB 25.3.2024.- Monseñor Jorge Herbas, obispo de la Prelatura de Aiquile en la celebración eucarística de Domingo de Ramos, realizada en la Catedral de San Pedro reflexionó que Jesucristo con su muerte y crucifixión, lenta y dolorosa, demostró su amor hacia la humanidad y nos redimió del pecado, del odio, y la violencia.

“Jesús nos ha dejado una lección de amor con su muerte y crucifixión, lo hizo  porque nos ama. ¿Por quién ha muerto Jesús?, ¿por quién ha entregado su vida en la cruz?…por nosotros, por ti,  por mí; ha entregado su vida para redimirnos del pecado, de la muerte, del odio, de la violencia y que se instaure el reino de paz”, señaló en la homilía. 

Con referencia a la lectura del evangelio de San Marcos, sobre la pasión de Cristo, dijo que nos muestra como Jesús sabiendo que ha llegado su hora, voluntariamente va entregar su vida por toda la humanidad.

“Entonces inicia con una entrada triunfal a Jerusalén, normalmente entraban los reyes montados en un caballo, con flechas, con lanzas rodeados de la guardia para mostrar su poder…sin embargo vemos a un Jesús que entra en un burro, signo de humildad, signo de no violencia, que sí es Rey, pero es Rey de la paz, que no viene a sembrar odio, no viene a confrontar a las personas, no viene a polarizar para que haya guerra unos contra otros, sino viene a reconciliar, viene a pacificar, viene a sembrar perdón los unos  a los otros, viene a instaurar un Reino de Paz ”, indicó.

La gente recibe a Jesús con palmas de olivo, tiende sus mantos para que pase, también en un gesto de despojo de poder, soberbia y orgullo. “El evangelio nos muestra un Jesús muy humano, ha llegado la hora y está con el corazón sufriendo, y quiere ir al Padre, es la hora de la manifestación de la humildad de Dios”.

“La pasión de Jesús, no termina con su muerte, la Semana Santa no termina el viernes santo, termina con la resurrección, la gloria de Jesús sobre la muerte, sobre el odio, sobre la violencia, y eso es lo que celebraremos con la Pascua.  Sigamos acompañando esta Semana Santa,  que se suscite actitudes de conversión, de cambio sincero, de comprometernos con su causa, para que no lo nieguen, no lo traicionen, no lo crucifiquen una vez más, y que nos sumemos a la causa de este Rey de la paz, del amor y de la justicia”, exhortó.

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