Banquete sagrado en conmemoración a los difuntos en Trinidad y visita a los campos santos en Patacamaya
Prensa 2.11.2022.-La fiesta de Todos los Santos es festejada en nuestro país de diferente manera y con costumbres distintas, tanto en el oriente como en el occidente. Según la tradición el 1 de noviembre a las doce del mediodía, llegan las almitas para estar junto a sus seres queridos, para esto se arman interesantes altares con bebida y comida que le gustaba al difunto. Desde las tanta wawas, escaleras (de masa de pan) frutas, pan, galletas, empanadas, etc., abundan en la mesa, sin embargo, todo ese afán termina el 2 de noviembre, también al mediodía, que es cuando las almas, que nos visitaron, se van, luego de haber compartido con su familia. Así cuenta la tradición.
El oriente boliviano y su visión antropológica
De acuerdo a la cosmovisión antropológica dentro de la cultura mojeña trinitaria, este banquete es parte de la ceremonia desde un contexto sagrado, cuya dimensión religiosa pretende alcanzar la armonía entre el mundo de arriba y abajo, es decir el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, dentro de los órdenes cósmicos y social, afirmó el sacerdote y antropólogo Miguel Vargas Velasco.
Este banquete y ritual mojeño no es la comida que les gustaba a los difuntos, a diferencia de las culturas andinas, el plato que los mojeños preparan es comida blanca y sin sal, sagrada y ritual con una dimensión casi penitencial que busca restablecer la armonía con los difuntos entre el mundo de arriba y de abajo. Cuando se cumple esta ceremonia, se dice que el difunto queda tranquilo al ver que ese banquete ha sido bendecido en memoria de sus almas y se ha compartido con la familia y la comunidad, expresando así valores como la justicia, solidaridad, la hermandad y fraternidad, alcanzando su expresión máxima en valores cristianos, manifestó Vargas.
Cabe señalar que esta ceremonia la realizan los hermanos del Cabildo Indígena de los pueblos indígenas en el Beni en el templo.
En Patacamaya visitando los campos santos
En el área rural Mons. Pascual Limachi, Obispo de la Prelatura de Corocoro acompañó a los fieles de la iglesia de Patacamaya, quienes recordaban a sus fieles difuntos en los campos santos.
“Nuestros hermanos que ya no están con nosotros viven, viven en nuestros corazones, en nuestros pensamientos y siempre estarán en nuestros pensamientos”, dijo Mons. Limachi.
Por su parte Mons. Ricardo Centellas recordaba, “celebramos dos festividades, martes 1 de noviembre el día de Todos los Santos recordando la vida de los Mártires, un día para encomendar nuestra vida a ellos como referencia y ejemplo en nuestro caminar. El miércoles 2 de noviembre, los fieles difuntos una jornada para centrarnos en esta expresión religiosa y pedir que su espíritu interceda por nosotros ante el Dios».
Fuente: ROMY SUÁREZ A (Vicariato Apostólico del Beni), Gonzalo Huanca (Prelatura de Corocoro) y Prensa CEB