La democracia es expresar lo que uno siente, lo que uno vive, lo que uno ve, pero si a uno no lo dejan expresarse ¿eso será democracia?: Mons. Leigue
Prensa CEB 15.01.2023. //Campanas// «Nadie asume la violencia que estamos viviendo, hay un muerto ¿Quién va a responder por esa vida?», «Hablar de juicios, de meter miedo al que dice o piensa lo contrario, no es la manera de buscar el bien común», «Lo que necesita hoy nuestra sociedad es testimonio, ya no palabras. Las palabras hoy en día sobran», fueron algunos de los mensajes que pronunció el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leigue en la eucaristía de este domingo.
Homilía de Mons. René Leigue Cesarí
Arzobispo de Santa Cruz
15-01-2023
Catedral de San Lorenzo Mártir
Jesús vino para bautizar con el Espíritu Santo.
Hemos escuchado la frase del Evangelio; “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, es la frase que escuchamos nosotros en la Santa Misa, Juan aquí lo proclama de esa manera. El anterior domingo celebramos el bautismo de Jesús, hoy la lectura todavía continúa hablándonos de eso, por eso en el Evangelio, Juan dice que él vino para bautizar para la conversión, pero hay alguien en medio de mí, que ya estaba antes de mí, él viene para bautizar con el Espíritu Santo.
Jesús fue bautizado para empezar una misión.
Es importante recordar nuestro bautismo, ¿Para qué somos bautizados? ¿Porqué somos bautizados? ¿Cuál es el motivo? ¿Cuál es la misión que nos lleva siendo bautizados? Jesús asumió una responsabilidad que no le tocaba a él, Jesús no necesitaba ser bautizado, sin embargo, fue bautizado para darnos a conocer, que ese es el camino, que por ahí hay que empezar, entonces Jesús fue bautizado para empezar una misión, lo mismo nos dice a nosotros, este es el camino y de esta manera hay que empezar, un camino de conversión y un camino de compromiso. Juan vio esto y da testimonio de esto, Juan no habla de esto hasta el tiempo de adviento, Juan decía: “Hay alguien que viene detrás de mí”, hay alguien que va hacer las cosas mejor que yo, por decir así, aquí Juan da testimonio de que él con sus propios ojos vio, que el Espíritu bajó sobre Jesús y eso era lo que él entendía y dice: eso es lo que me dijo el que me envió, que aquel donde el Espíritu bajaba sobre él, ese es él Hijo de Dios y ese es el enviado de él y Juan da testimonio de esto: “He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él”, yo no lo conocía, dice Juan, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre el que veras descender el Espíritu, permanecer sobre él, ese es el que bautizará en el Espíritu Santo”.
Lo que necesita hoy nuestra sociedad es testimonio, ya no palabras. Las palabras hoy en día sobran.
Tan importante es esto, el testimonio, Juan no habla de lo que le dijeron, Juan no habla de aquello que había escuchado, él dice: “Yo lo he visto”, a esto es lo que nos llama el ser cristianos, el ser bautizados, ser testimonio de vida, ser coherente entre lo que decimos, y lo que hacemos, entre lo que somos y hacemos, eso es lo que necesita hoy nuestra sociedad, testimonio, ya no palabras. Las palabras hoy en día sobran, ya hay entre palabras y palabrotas, eso nos diría Juan, ¡esto ya basta!, hoy en día hay que dar testimonio, hay que ser testimonio de vida, y nosotros que somos persona de fe, no significa que somos Santos, como también nos dicen algunos, estos que paran en la Iglesia, inclusive algunos dicen, estos sotanudos que siempre paran ahí, pero que no hacen lo que Dios les pide que hagan, Jesús mismo dice: “Yo no he venido por los sanos, he venido por los enfermos”, “No he venido por los Santos, he venido por los pecadores” y nosotros somos de ese grupo de los pecadores, no lo negamos, somos personas humanas con nuestras debilidades, con nuestros defectos, pero también con nuestras virtudes, no nos avergoncemos que nos digan algo, o que nos reprochen algo, porque eso somos, personas pecadoras y por eso es que cada vez que celebramos la misa, pedimos perdón porque reconocemos que fallamos.
Reconocer sus pecados y su fragilidad humana, es empezar de nuevo y hacer mejor las cosas.
Lo más triste es ver a aquellos que no reconocen sus pecados y como no reconocen sus pecados y sus faltas, siguen haciendo lo mismo, porque reconocer los pecados, reconocer su fragilidad humana, es empezar de nuevo y es hacer mejor las cosas, aquí el que no reconoce sus pecados, es aquel que sigue haciendo las cosas igual o cada vez peor y de esos tenemos mucho en nuestra sociedad.
Reconozcamos que estamos necesitados del amor de Dios, su misericordia, su perdón.
Nosotros no caigamos en eso, seamos humildes delante del Señor, seamos humildes delante de los demás también, porque no podemos compararnos con otros, somos únicos y hay otros que hacen las cosas mejor que nosotros, o también hacen las cosas peores, no podemos estar comparándonos y no podemos estar diciendo que unos son mejores que otro, tampoco, si realmente reconocemos nuestra humanidad, reconocemos que estamos necesitados del amor de Dios, necesitamos de su misericordia, necesitamos de su perdón, si realmente lo hacemos así, estamos en el camino correcto.
No estar con Dios es estar con el mal, y el mal es Satanás. Satanás quiere sangre, quiere muerte.
Aquellos que no reconocen y son personas y son hijos de Dios, están siguiendo el mal y ser personas del mal es seguir al enemigo, eso a muchos les molesta que se les diga así, eso lo encontramos en la Biblia, lo que dice Jesús, él nos habla del mal y nos habla quien es el Dios del mal y muchas veces por ahí estamos y sabemos que no estar con Dios, es estar con el mal, y el mal es satanás, es aquel que nos lleva por el camino incorrecto es aquel que nos hace pelear. Satanás lo que quiere es sangre, lo que quiere es muerte. Algunos están siguiendo eso, están practicando el mal.
En el templo creemos en Dios, tenemos fe en Dios, pero afuera también somos ciudadanos y tenemos que dar testimonio de vida
Juan aquí nos llama a nosotros que creemos en Dios a ser testimonios de vida, testimonio en todo sentido, aquí dentro del templo y fuera del templo. Eso es lo que necesitamos hoy día, la coherencia, seamos coherentes entre lo que vivimos en el templo y lo que vivimos afuera. No nos olvidemos somos la misma persona, somos personas que creemos en Dios, que tenemos fe en Dios, pero afuera también somos ciudadanos y tenemos que estar involucrados también en esta sociedad, tenemos que hacer lo que nos corresponde también como ciudadanos y es ahí donde tenemos que dar testimonio de vida, es afuera.
Las personas a las que les gusta provocar el mal no siempre asumen su responsabilidad, echan la culpa a otros
No nos dejemos llevar por la violencia o por los violentos. Hay personas que provocan, hay personas que les gusta provocar. Sabemos que a las personas que les gusta provocar el mal, no siempre asumen su responsabilidad. Provocan el mal para que el mal se desate y después echen la culpa a otros, eso es lo que estamos viviendo hoy en día.
Nadie asume la violencia que estamos viviendo, hay un muerto ¿Quién va a responder por esa vida?
Nadie asume la violencia que estamos viviendo, sin embargo, lo vemos, los medios de comunicación lo muestran, pero ¿quién asume todo eso? Los últimos días hemos estado viviendo violencia de un lado y de otro ¿quién asume esto? ¿Quién se hace responsable? Hay un muerto por esa violencia ¿quién va a responder por esa vida?
Dios nos creó libres, para que podamos decir lo que pensamos.
A esto es lo que nos invita hoy Juan, a ser testimonio de vida, es cierto que tenemos que exponer lo que nosotros sentimos, lo que nosotros vemos, lo que nosotros pensamos. Eso es lo bonito en nosotros las personas y Dios así nos creó, libres, que podamos decir lo que pensamos, pero jamás se le pasó a Dios por la mente decir: Si este dice una cosa el otro no piensa igual, no por eso van a ser enemigos.
Hoy, si uno dice lo contrario a aquello que otros piensan, pareciera que es el enemigo, no por eso no vamos a decir lo que sentimos, lo que pensamos.
Hoy en día pareciera que, si uno dice lo contrario a aquello que otros piensan, pareciera que es el enemigo y hay que hacerle la vida imposible, hay que hacerle el mal que corresponde. Eso está fuera de lo que Dios quiere sin embargo es la realidad que vivimos. Entonces no nos dejemos llevar por eso y no por eso no vamos a decir lo que sentimos, lo que pensamos.
La democracia es expresar lo que uno siente, lo que uno vive, lo que uno ve, pero si no lo dejan expresarse ¿eso será democracia?
Se habla que estamos viviendo una “plena democracia”, se habla que “defendemos la democracia”, pero ¿qué significará la democracia para algunos? La democracia es expresar lo que uno siente, lo que uno vive, lo que uno ve, pero si no le dejan expresarse a uno, ¿eso será democracia?
A aquellos que comunican en los medios de comunicación y les hacen la vida imposible ¿Eso será que es democracia?
¿Para preguntarse no? ¿Qué significa democracia para algunos si no le dejan expresar lo que siente? O a aquellos que comunican también como en los medios de comunicación y les hacen la vida imposible, ¿eso será que es democracia? Todas estas cosas que tenemos que pensar, hemos iniciado un nuevo año y de qué manera lo hemos empezado. De qué manera hemos empezado este año, pero como personas de fe no perdamos la esperanza de que se un año mejor, estamos empezándolo y hemos empezado así tan violento, al menos aquí en Santa Cruz, hemos empezado el año.
Exijamos paz, libertad, pero también nos toca demostrar que verdaderamente queremos paz
Pero que eso no nos desanime, que eso no nos quede para decir, “si hemos empezado mal seguro que todo el año va a ser así” Pero muchas cosas dependen de nosotros, no esperemos que de arriba la autoridad o a quién sea que exijamos paz, que exijamos libertad, le exijamos lo mejor para nosotros, que les corresponde, pero también a nosotros nos toca ahora demostrar que verdaderamente queremos paz.
Si queremos paz empecémosla por nosotros mismos, no solo busquemos paz, unidad, sino que vivámosla.
Si queremos paz empecémoslo por nosotros mismos, busquemos esa paz, busquemos esa unidad, que no solamente la busquemos, sino que vivámosla. Vivámosla, eso es lo que nos pide hoy Juan, con lo que nos da testimonio de lo que el dice, “Yo mismo lo he visto, y he visto el espíritu descender sobre Él” da testimonio de vida, yo les invito a ustedes como cristianos que somos, como personas bautizadas, como personas de fe, que demos testimonio, haciendo las cosas no solamente esperando que otros lo hagan, haciéndolo.
Demostremos que vale la pena seguir a Dios. No hay nada imposible para Dios. Pongamos en manos de Dios lo que estamos viviendo
Demostremos que con eso vale la pena seguir a Dios, vale la pena ser parte de esta Iglesia Católica, vale la pena ser una persona de fe, que digan lo que digan, hagan lo que hagan, eso no nos interesa si realmente estamos con Dios, porque confiamos en Dios que nos enseñó: “Yo estaré siempre con ustedes” No hay nada imposible para El, para nosotros a lo mejor como personas que somos pero si estamos con Dios podemos ir adelante. Pongamos en manos de Dios lo que estamos viviendo, lo que queremos y que no perdamos esa fuerza, esa esperanza de que más adelante vamos a encontrar días mejores.
Pidamos por nuestras autoridades, que deberían estar buscando como darnos mejores días, educación, trabajo a la gente que tanto necesita.
Pidamos por nuestras autoridades para que de verdad en este tiempo en que deberían ellos estar buscando ya la manera cómo darnos mejores días. Estamos como estamos, este tiempo ellos deberían estar buscando cómo empezar un buen año en la educación, deberían estar las autoridades buscando cómo y de qué manera dar trabajo a la gente que tanto necesita, todos necesitamos.
Hablar de juicios, de meter miedo al que dice o piensa lo contrario, no es la manera de buscar el bien común
Sin embargo, no se habla de eso, se habla de otras cosas, se habla de juicios, se habla de meter miedo aquí al que dice o piensa lo contrario, esa no es la manera de buscar el bien común. En vez de buscar cómo llevar adelante aquello que les corresponde a las autoridades, buscar el bien común en la educación, en el trabajo, en el encuentro entre nosotros, la fraternidad, la unidad, el bienestar, que lo que necesitamos, que de alguna manera le toca a la autoridad buscar todo esto.
No nos apartemos de Dios, si fallamos seamos humildes de reconocer que fallamos, que nos equivocamos.
Por eso que les digo, si a la autoridad no le interesa esto, nosotros no caigamos en ese malestar, busquemos mejores días, trabajemos, luchémosla, no nos cansemos, Dios estará con nosotros si nosotros estamos con Él. No nos apartemos de Dios y no le echemos la culpa a otros. Si fallamos seamos también humildes de reconocer que fallamos, que nos equivocamos, pero para eso mi deseo es también para ayudarnos para salir de momentos tan difíciles, tan complicados que el momento a veces nos llega, pero con esa fuerza del Espíritu que Él nos ha dado en el bautizo vamos a seguir adelante.
Que el Señor nos acompañe y que sea nuestra fortaleza en los momentos difíciles que pasamos.
Que así sea.