Iglesia invita a profundizar el camino de fe, esperanza y caridad este Domingo de Pascua
Prensa CEB 09.04.2023.- “Estamos alegres porque el Señor ha Resucitado”, inició con alegría su homilía monseñor Luis Durán, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de La Paz, este Domingo de Pascua, desde la Basílica Menor de San Francisco en la ciudad de La Paz. En su mensaje invitó a profundizar el camino de fe, esperanza y caridad en la vida de cada uno y lamentó que la falta de amor de Dios lleve a la violencia contra la mujer, la falta de diálogo y la división por cuestiones políticas y económicas.
El obispo enseñó que este día es el más importante para la humanidad, “porque Jesús vino, hizo el bien, curo a los enfermos, subsano todo pecado, dio su vida en la cruz y hoy ha Resucitado, ha vencido la muerte y abre las puertas del paraíso, de la vida eterna para cada uno de nosotros”, agregando que con la resurrección de Jesús nos libera de la esclavitud del pecado y estamos invitados a salir de los males que se viven como la falta de solidaridad, de amor, de caridad y de comprensión.
Asimismo, desde la reflexión del Evangelio de Juan, Mons. Luis invitó a profundizar nuestro camino de fe, esperanza y caridad, virtudes teologales que a veces dejamos de lado; Fe en el Dios de la creación, en Jesús de la vida, la alegría y la esperanza; Esperanza en la vida; Caridad en ayudarnos los unos a los otros, siendo caritativos y misericordiosos.
La autoridad eclesial lamentó que exista tanta violencia contra la mujer, pidió valorar a las mujeres. También se refirió a la falta de diálogo entre autoridades, insistiendo en su llamado a dar el amor que hemos recibido de Dios a todos los hermanos, al más necesitado, al niño, la mujer y el anciano. Alentó a ser agradecidos con Dios que nos ama, invitando a valorar la vida, subsanar el diálogo, trabajar por la unidad, no dividirnos por cuestiones políticas o económicas.
Al finalizar su reflexión, Mons. Luis recordó que, quien debe educar a los niños y jóvenes es la familia, son principalmente los papás “los primeros educadores de los niños”, enfatizó a tiempo de reiterar este llamado a las familias, de poner manos y corazón para educar a los niños y jóvenes en la fe, para que otros no los mal eduquen.