Testigos, escucha y alegría, actitudes del cristiano en la Ascención del Señor
Prensa CEB 29.05.22. Al celebrar la eucaristía de este domingo, Solemnidad de la Ascención del Señor, desde la Basílica Menor de San Francisco, Mons. Percy Galván, Arzobispo de la Arquidiócesis de La Paz recordó tres actitudes fundamentales de todo cristiano, y expresó una felicitación especial a los comunicadores en la 56 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en la que exhortó a los periodistas, que no se dejen manipular por la mentira y transmitan también las “buenas noticias”, no solo asesinatos, violaciones y otros, recalcando que la “escucha con el corazón”, es también comunicar lo positivo.
Mons. dijo que la Solemnidad de la Ascención de Jesucristo nos señala tres actitudes de todo cristiano, ser TESTIGOS, ESCUCHAR como María y la ALEGRÍA: “Para ser buenos testigos, significa hacerlo a imagen de la Virgen Santísima, que nos recuerda la Anunciación, para escuchar como María, debemos hacer silencio, escuchar con el corazón, renunciar a otros ruidos y mentiras del mundo, para escuchar la única verdad, eso significa Shemá, entrar en actitud orante, y contemplativa como si estuviéramos escuchando al mismo Dios y a sus ángeles, esta es la escucha que hace el buen diálogo, que nos transforma y nos convierte, y nos hace caminar por los senderos de aquel que es el camino, la verdad y la vida. Imitemos a María y hagamos realidad esa bella palabra del antiguo testamento, el Shemá”.
En la oportunidad envió un saludo especial a los periodistas en la 56 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: “Un saludo para todos los hermanos periodistas, y decirles no se dejen manipular por la mentira, lamentablemente hermanos las noticias son pequeñas mentiras, y lo más grave es que son cosas feas, en un noticiero, todo es robo, corrupción, violaciones, agresiones, matanzas asesinatos; no es eso todo nuestro mundo, escuchar con el corazón, es también comunicar lo positivo y bueno del mundo, no solo las cosas feas que nos hace sentir cada vez mas insignificantes y pequeños, hay cosas bellas hermanos. Como por ejemplo hoy en la Catedral celebraremos la consagración de más de cien nuevos ministros de la comunión, pero eso no sale en la televisión y la radio”.
“Y las hermosas noticias que hacen tantas familias en el mundo, nadie se entera, no nos hagamos engañar, escuchemos con el corazón y acerquémonos a la verdad, y no seamos manipuladores de los medios de comunicación, no queramos decir a las personas lo que nosotros queremos decir, digamos la verdad, es muy difícil por los intereses políticos, económicos. Nosotros mismos hermanos, no necesitamos ser periodistas, escuchemos con el corazón al papá y mamá que nos van a decir cuál es el camino, escuchemos a la esposa y esposo para que nos diga el camino del matrimonio, un diálogo verdadero, no diálogo político, donde se impone: el diálogo es el Shemá de la Biblia, es hacer silencio y que se imponga la verdad, en las instituciones igual, dejémonos de manipulaciones, dejemos ya de manejarnos en la oscuridad de la mentira y dejémonos iluminar con la luz de la verdad”, enfatizó.
Al mencionar la Solemnidad de la Ascención del Señor, Mons. recordó que todos ascenderemos al igual que Jesús en tanto, hayamos vivido como verdaderos cristianos: “Los discípulos estuvieron muy contentos, porque participaron de las Ascención del Señor Jesucristo, nosotros participamos con Él y nos bendice, a todos y cada uno, que estamos hoy viviendo la misa, es una bendición que sana, anima, da salud, bendición que salva, porque este Él asciende a la salvación del Padre, Él es la cabeza y nosotros ascenderemos con Él, por eso es motivo de felicidad y alegría, serán unas horas, días y años, pero al final recorreremos el camino de la Ascención, en tanto y cuanto hayamos vivido y experimentado el amor de Cristo en la alegría que viene del Señor”.
“Queridos hermanos en este domingo especial hagámonos testigos del Señor, testifiquemos que lo hemos sentido y experimentado, testifiquemos que lo amamos y lo sentimos en el corazón, ante los hijos, familia y sociedad, testifiquemos con nuestra escucha sabia y alegría producida por la presencia de Dios resucitado, del Dios ascendido, cabeza que precede nuestra ascensión y salvación”, reflexionó Mons. al culminar la homilía.