Mons. Pesoa: “Lo más importante en la vida es el amor a Dios sin olvidar al prójimo”
Prensa CEB 19.06.22. Mons. Aurelio Pesoa, Obispo del Vicariato Apostólico de Beni y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana al celebrar la eucaristía de este domingo, reflexionó sobre el evangelio de san Lucas e invitó a los fieles a responder con generosidad y servicio al prójimo, la misma pregunta que Jesús hace a sus discípulos ¿quién dice la gente que soy yo?.
El evangelio está centrado en la confesión de fe de Pedro, es Jesús que interroga a los discípulos, acerca de su identidad, la pregunta es ¿quién dice la gente que soy yo?, el evangelio de hoy, es la invitación a que el cristiano, también en nuestro tiempo, de una respuesta decisiva acerca de esta pregunta, y como hemos escuchado, Pedro el primero en ser llamado aquel día es quien responde de manera espontánea, “tú eres el Mesías, el hijo de Dios”, ante esta confesión Jesús les ordena que no digan nada a nadie acerca de quién era Jesús, porque todo debería cumplirse como Dios lo había establecido.
El diálogo con los discípulos termina con la invitación de Jesús a tomar su cruz y entregar la vida por Él, porque solo una actitud de entrega y sin condiciones, puede responder al motivo de ser enviado por Dios, y Jesús hoy nos lo manifiesta, Jesús fue enviado para cumplir la palabra del Padre, y Él sabe que esto no será fácil, que será rechazado, morirá en una cruz, pero al tercer día resucitará, su ser enviado del Padre le hace recordar continuamente que la redención debía pasar por el sufrimiento y la muerte en cruz.
El evangelio de hoy confronta al hombre de todos los tiempos tanto de ayer, como el de hoy, con aquella pregunta ¿quién dicen ustedes que soy yo?, pregunta que exige una confesión de fe incondicional, así como la respuesta de Pedro, espontánea pero convencida, no a nuestra medida, y no a la medida que quisiéramos que sea Dios, al mismo tiempo es Jesús quien añade las condiciones que deben tener los seguidores, aquel que confiesa a Jesús, generosidad, amor y disponibilidad absoluta.
Las palabras de Jesús manifiestan el sentido que debe tener el cristiano, nuestra vida de hombres y mujeres bautizados, que consiste en el servicio y entrega sin condiciones, todos sabemos que es muy humano pensar que el éxito de la vida está en las riquezas, honores, obtención de poder o privilegio o tener influencia sobre los otros, para el criterio humano eso es un éxito, y de eso hablamos; sin embargo, no es complicado comprobar la actitud de poder en la mentalidad de nuestras familias, de los grupos y sociedad en su conjunto, una persona que ha tenido éxito y ha trabajado por ello, ahora puede disfrutar de muchas comodidades y prestigio, a esta persona la consideramos exitosa, inteligente, que se ha esforzado, es un criterio muy humano y no lo podemos negar. En cambio no se habla de la persona que ha desgastado su vida buscando hacer el bien al prójimo y de la comunidad, por eso hermanos, nuestro mundo necesita, para ser más humano, de la sabiduría de Dios, que nos ha revelado por medio de su Hijo Jesucristo, con su entrega hasta el final, para que nuestra mentalidad como seres humanos, sea complementada con aquello que es importante para la vida de todos, es Dios, Dios no debe estar ausente, o desterrado de nuestra vida, el éxito, el bienestar, puede correr el peligro que el ser humano exitoso se olvide de Dios y del prójimo.
Es una invitación a todos a seguirle de modo incondicional, por eso Jesús nos dice que el que quiera seguirme que renuncie a si mismo que cargue su cruz y me siga, Jesús es el más claro ejemplo de amor. Y por eso nos hace saber que lo más importante en la vida es el amor a Dios sin olvidar al prójimo, es importante en la vida el perdón, el servicio y la fraternidad, el amor a todos, sabemos que tiene que ver mucho con la entrega generosa, el que ama es generoso y va al encuentro del otro sin condiciones, el que perdona hace posible que el amor se haga posible y el servicio es la actitud más noble en la vida de una persona, pero es mucho más loable hacerlo, no solamente por un deseo momentáneo, sino que desde su fe y creer en Dios como hombre de fe sale el bien.
Seguir a Jesús es una acción muy comprometedora porque exige acciones concretas y efectivas, no basta las buenas intenciones, Jesús nos sugiere, nadie es verdaderamente grande, sino sirve a los demás, sino se pone al servicio a los demás, “el que no vive para servir, no sirve para vivir”, en este tiempo la palabra de Dios nos exige ser hombres y mujeres servidores, toda la vida, estamos llamados a que nuestro servicio sea en defender la vida de los niños por nacer, de los migrantes, por eso también debemos amar buscando la justicia, esa justicia verdadera, no aquella camuflada con intereses personales y de grupos.
El discípulo de Jesús debe seguir el mismo camino del Maestro en fidelidad a Dios, significa entrega a los demás, con todas las consecuencias a ejemplo del Maestro. Hermanos, cargar con la cruz es estar dispuesto a soportar el precio doloroso que la fidelidad a Dios implica, es una tarea difícil, pero es una tarea que debe ser llevada durante toda la vida mientras peregrinamos en este mundo de Dios.
Es la única manera de responder a esta pregunta que nos hacen, meditemos y reflexionemos, decía san Francisco de Asís a sus frailes “comencemos a servir al Señor en los hermanos, que hasta ahora poco o nada hemos avanzado”, que Dios nos fortalezca y nos conceda la sabiduría para ir en el transcurso de nuestro peregrinar por este mundo, encontrando los modos y maneras de ser verdaderos discípulos de Dios con nosotros.