Director de la Iglesia Universal de Hildesheim: No sé si nuestros nietos tendrán futuro, tenemos 10 años para frenar la subida de las temperaturas
Prensa CEB 8.08.2022.- “En el caso del cambio climático nos quedan máximo 10 años para frenarlo y reaccionar como seres humanos para evitar la subida de las temperaturas. Si no tomamos acciones importantes, no sé si nuestros nietos tendrán futuro porque veo que ni en Alemania ni en Bolivia se hace algo para evitar este problema crítico”, lamentó el Director de la Iglesia Universal de Hildesheim, Dietmar Müßig.
Expresó su preocupación con el ejemplo de que desde que llegó a Bolivia vio un uso indiscriminado del plástico en todo lo que se vende, la reducción de bosques en Santa Cruz e incluso el avasallamiento de tierras que sufren los indígenas para sacar madera, por lo que dijo: “Estamos en un proceso de destrucción acelerado”.
Rol de la Iglesia
“Ambos países y la Iglesia tienen una gran capacidad de aglutinar gente y hacer una labor de concientización, lo que me parece importante, pero no podemos esperar otros 50 años más, sino que tenemos que hacer acciones concretas y campañas para ser más efectivos en este cuidado de la creación”, reflexionó.
Ante esta situación, señaló que de los lineamientos que firmaron las iglesias de ambos países, se prioriza el cuidado de la casa común, que se basa en un análisis de la realidad que muestra que la crisis ecológica global afectará sobre todo a los más pobres, pero lo que se busca es mejorar el mundo con el fin de que sea un espacio de vida para todos los seres que Dios ha creado.
Servicio en territorios amazónicos
El secretario ejecutivo de la Iglesia Universal de Hildesheim comentó que de los grupos de voluntarios que llegaron a Bolivia, uno se fue a Reyes y otro a Guayaramerín para trabajar con Caritas y apoyar en los proyectos agroforestales para tratar de implementar alternativas a la quema de los bosques; otro grupo se dirigió al instituto de veterinaria y agronomía en el Tipnis y el último llegó a San Ignacio de Velasco, donde se trabajará con los jóvenes de un colegio para construir un parque infantil ecológico.
“De esta manera cumplimos dos de los objetivos de los lineamientos de la juventud, por un lado promover e invitar a gente más joven a la hermandad y por otro lado que los jóvenes alemanes conozcan la situación ecológica delicada en Bolivia, pero también, y lo más importante, es definir cuál sería nuestra tarea como cristianos y cómo desde ambos países podríamos cambiar nuestro estilo de vida y la actitud en favor del cuidado de la casa común”, concluyó.