Iglesia pide dejarnos guiar por el Espíritu Santo, servir a Dios en los hermanos, defender la vida y la “dignidad infinita” de cada persona
Prensa CEB 12.06.22. //Campanas// Este domingo 12 de junio desde la Catedral, Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo – Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Santa Cruz, desde Catedral pidió dejarnos guiar por el Espíritu Santo, servir a Dios en los hermanos, hacer el bien, defender a la sacralidad de la vida, a la “dignidad infinita” de cada persona, a los derechos humanos y a la justicia.
Así mismo nos Exhortó a trabajar por la unidad y la paz, poniendo al servicio de la comunidad los dones que hemos recibido de Dios.
Esta solemnidad de la Santísima Trinidad, nos ofrece la oportunidad para conocer y contemplar más en profundidad el misterio fundamental de nuestra fe: un solo Dios en tres personas iguales y distintas el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Dios es un Padre que nos ama como hijos suyos y quiere hacernos partícipes de su vida divina
Llegado el tiempo oportuno, Dios, a través de su Hijo y el Espíritu Santo, reveló más en profundidad su ser a la humanidad, como dice la oración colecta del inicio de esta Eucaristía: ”Padre, que revelaste a los hombres tu misterio admirable al enviar al mundo la Palabra de Verdad y el Espíritu Santificador”. Es gracias a Jesucristo, la Palabra de la Verdad y al Espíritu Santo, que nosotros hemos conocido que Dios es un Padre que nos ama como hijos suyos y que quiere hacernos partícipes de su vida divina.
Si de verdad creyéramos que Dios es un Padre que nos ama, no deberíamos tener miedo sino confiar en Él
A menudo no valoramos la gracia inestimable de tener a Dios como el Padre bueno y amoroso con quien podemos relacionarnos como hijos, el Padre misericordioso y providente, siempre dispuesto a perdonarnos.
Jesús es nuestro amigo fiel que, a través del Espíritu Santo, nos acompaña en nuestro caminar, entre esperanzas, tristezas y angustias de la vida, hasta llegar a la casa del Padre
El mismo nos lo ha asegurado: “No los dejaré huérfanos… ¡Regresaré con ustedes!… El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo”.
Dios es la fuente inagotable de amor que se entrega y se comunica con nosotros sus criaturas
Después de la Ascensión de Jesús al Cielo, es el Espíritu Santo que nos ha revelado que Dios es amor, y Dios no es un Ser solitario que vive en una espléndida soledad, sino que es una íntima comunión y comunicación de amor total y en su más alto grado entre las tres Personas divinas, la fuente inagotable de amor que se entrega y se comunica con nosotros sus criaturas.
Su amor de Padre es la fuente de la igual dignidad y la hermandad entre todos, sin distinción y discriminación alguna
Ante esta esperanzadora verdad, puede surgir una pregunta: ¿Por qué Dios ha querido revelarnos el misterio de su Ser? Él ha deseado hacerse conocer como Padre para que nosotros pudiéramos gozar de su amor y reconocer que somos todos sus hijos y que, por tanto, tenemos que relacionarnos entre todos con amor de hermanos.
Hemos sido creados a semejanza e imagen de Dios que es amor y comunión sublime y plena entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
En segundo lugar, porque al conocer a Dios, nos podemos conocer más en profundidad a nosotros mismos, a nuestro ser, a quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, reconocer que somos personas creadas para la comunión, la comunicación de amor con los demás.
Estamos llamados a vivir en comunión y comunidad de amor como la Santísima Trinidad
Pero no solo hemos recibido la gracia de haber sido creados a imagen de la Trinidad, sino que también hemos “bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. El bautismo nos ha abierto las puertas de la salvación, ha hecho que nos reconozcamos como hijos de Dios y miembros de la Iglesia, llamados a vivir en comunión y comunidad de amor como la Santísima Trinidad.
Estamos llamados a caminar juntos hacia el encuentro con nuestro Padre, dejándonos guiar por el Espíritu Santo en todas las circunstancias de la vida
Por eso, como cristianos estamos llamados a caminar juntos hacia el encuentro con nuestro Padre, siguiendo las huellas de Cristo y dejándonos guiar por el Espíritu Santo en todas las circunstancias de la vida, no por interés o miedo o sino en respuesta al amor gratuito de Dios.
En nuestra Iglesia en Bolivia, tenemos la alegría de contar con el testimonio humilde pero muy significativo de la Iglesia comunitaria y misionera al servicio del reino de Dios, gracias a las Comunidades Eclesiales de Base, surgidas hace más de cincuenta años por inspiración del Espíritu Santo y cuya Jornada se celebra en esta fiesta la Santísima Trinidad.
Los Obispos en la Conferencia General de Aparecida, han reconocido a estas comunidades como la “célula inicial de Iglesia y foco de fe y evangelización que recogen la experiencia de las primeras comunidades cristianas… que despliegan su compromiso evangelizador y misionero entre los más sencillos y alejados, y son expresión visible de la opción preferencial por los pobres. Son fuente y semilla de variados servicios y ministerios a favor de la vida en la sociedad y en la Iglesia”.
Damos gracias a Dios por el compromiso de tantos hermanos y hermanas que integran a las Comunidades Eclesiales de Base y oramos para que sigan firmes en dar testimonio fiel y alegre del misterio de amor de la Comunidad Divina, la Santísima Trinidad*. “¡Señor, nuestro Dios, que admirable es tu Nombre en toda la tierra!”.