Con una misa de Acción de Gracias en Santa Cruz, la Iglesia de Bérgamo celebró 60 años de Misión en Bolivia
Prensa 05.08.2022.- Con una misa de Acción de Gracias, la Iglesia de Bérgamo celebró 60 años de Misión en Bolivia. La celebración Eucarística fue presidia por Mons. Francesco Beschi, Obispo de la Diócesis de Bérgamo (Italia), y concelebrada por el Arzobispo de Santa Cruz, Monseñor René Leigue Cesarí, Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo Emérito, Monseñor Estanislao Dowlaszewicz, OFM Conv, Obispo Auxiliar, Mons. Eugenio Coter, Obispo del Vicariato Apostólico de Pando, y Administrador Apostólico del Vicariato Apostólico de Reyes y el Pbro. Alessandro Manenti Rudelli, Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, el martes 02 de agosto a las 19:00 horas.
Al iniciar la Celebración, el Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, P. Alejandro Manenti, Sacerdote de Bérgamo que lleva 22 años de misión en la Arquidiócesis de Santa Cruz, dio la bienvenida a Mons. Francesco Beschi, quien llegó a Bolivia el 21 de julio y ha estado visitando las diócesis de: La Paz, Cochabamba y Tarija donde tiene presencia pastoral la Iglesia de Bérgamo. El Presbítero también saludó a los Obispos de Santa Cruz, y a toda la delegación de misioneros, laicos, Sacerdotes y Religiosas que llegaron desde Italia para esta gran celebración y también los misioneros italianos que trabajan en esta Arquidiócesis y en otras diócesis de Bolivia.
La delegación que llegó de Italia, la integran 21 misioneros, entre los cuales están el Obispo, Mons. Francesco Beschi, sacerdotes, religiosas y laicos. Participaron de la misa cerca de 45 misioneros, 21 misioneros que llegaron desde Italia y 24 misioneros que realizan su trabajo Pastoral en diferentes diócesis de Bolivia.
Durante su Homilía el Obispo de Bérgamo afirmó que, la historia de la misión y cooperación misionera entre la Iglesia de Bérgamo y la Iglesia de Bolivia, es una historia de fe, expuesta a tormentas y días de luz, no solo a nuestros alrededor, si no dentro de nosotros. La memoria de todos los misioneros, laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes y Obispos difuntos es uno de los signos de esta historia.
Así mismo el prelado señaló que vivimos un tiempo de incertidumbre: si la obra de Dios es cierta, si la misión que nos ha encomendado es cierta, las formas con las que se lleva a cabo están sujetas al esfuerzo de identificar las más evangélicamente adecuadas a nuestro tiempo en Europa y América.
Mons. Francesco Beschi aseveró que debemos aprender de la Iglesia latinoamericana, así mismo destacó que, el magisterio del Papa y su testimonio, son una son una cátedra que merece más escucha. Podremos continuar esta misión en la medida en la que hagamos crecer el camino compartido, probablemente más pobre en medios y recursos, pero más rico en el don mutuo de nuestras experiencias eclesiales y pastorales, dijo.
Homilía completa de Mons. Francesco Beschi
Queridos hermanos y hermanas
El evangelio de hoy nos presenta el episodio de Jesús que caminaba sobre las aguas del lago. Pedro, con su típica impulso le pidió casi una prueba: “Señor, si eres Tú mándame ir a ti sobre el agua”; y Jesús le dijo: “Ven”. Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas; pero el viento fuerte lo arrolló y comenzó a hundirse. Entonces gritó: “Señor, sálvame”, y Jesús en el tendió la mano y lo agarró.
Este relato es una hermosa imagen de la fe del apóstol Pedro. En la vos de Jesús que le dice: “Ven” él reconoció el eco del primer encuentro en la orilla de ese mismo lago, e inmediatamente, una vez más, dejó la barca y se dirigió hacia el Maestro. Y caminó sobre las aguas. La respuesta confiada hay disponible ante llamado del señor permite realizar siempre cosas extraordinarias.
En Cambio Pedro comienza a hundirse en el momento en que aparta la mirada de Jesús y se deja arrollar por las adversidades que lo rodean. Pero el señor está siempre allí, y cuando Pedro lo invoca, Jesús lo salva del peligro. En el personaje de Pedro, con sus impulsos y sus debilidades, se describe nuestra fe: siempre frágil y pobre, inquieta y con toda victoriosa, la fe del cristiano camina hacia el encuentro del señor resucitado, en medio de las tempestades y peligros del mundo.
Es muy importante también la escena final. Sobre la barca estaban en todos los discípulos, unidos por la experiencia de la debilidad, de la duda, del miedo, de la “poca fe”. Pero cuando a esta barca vuelve a subir Jesús, el clima cambia inmediatamente: todo se sienten unidos en la fe en Él. ¡Cuántas veces también a nosotros no sucede lo mismo! Sin Jesús, nos sentimos asustados e inadecuados hasta el punto de pensar que ya no podemos seguir. Pero Jesús siempre está con nosotros, tal vez oculto, pero presente y dispuesto a sostenernos.
Esta es una imagen eficaz de la Iglesia: una barca que te que debe afrontar las tempestades y algunas veces parece estar en la situación de hacer arrollada. Todos nosotros estamos en esta barca, y aquí nos sentimos seguros a pesar de nuestros límites y nuestras debilidades. Estamos seguros sobre todo cuando sabemos ponernos de rodillas y adorar a Jesús, el único Señor de nuestra vida. A ello no llama siempre nuestra Madre, la Virgen. A ella nos dirigimos confiados.
Esta es la historia de la misión y cooperación misionera entre la Iglesia de Bérgamo y la Iglesia de Bolivia. Una historia de fe, expuesta a tormentas y días de luz, no solo a nuestros alrededor, si no dentro de nosotros. La memoria de todos los misioneros, laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes y Obispos difuntos es uno de los signos de esta historia.
Sabemos que el recuerdo no puede ser solo la custodia del pasado; inspira el presente evidentemente diferente y abre el futuro, no en el signo de la planificación, sino en el signo de la fe. Vivimos un tiempo de incertidumbre: si la obra de Dios es cierta, si la misión que nos ha encomendado es cierta, las formas con las que se lleva a cabo están sujetas al esfuerzo de identificar las más evangélicamente adecuadas a nuestro tiempo en Europa y América.
Debemos aprender de la Iglesia latinoamericana y el magisterio del Papa y su testimonio, son una son una cátedra que merece más escucha. Podremos continuar esta misión en la medida en la que hagamos crecer el camino compartido, probablemente más pobre en medios y recursos, pero más rico en el don mutuo de nuestras experiencias eclesiales y pastorales. La Eucaristía que celebramos alimenta estas esperanzas.
Antes de finalizar la celebración Eucarística de Acción de Gracias, la Presidente del Consejo Parroquial de la Parroquia Nuestra Señor de Fátima, a nombre de toda la comunidad, hizo la entrega de un presente al Obispo de Bérgamo.
También como símbolo de hermandad, el Padre Massimo Rizzi, Responsable diocesano de las Misiones a nombre de la Diócesis de Bérgamo obsequió al Arzobispo de Santa Cruz, S.E.R. Monseñor René Leigue Cesarí las reliquias de San Juan XXIII.
“Encuentro con el Arzobispo de Santa Cruz”
Como parte del programa de actividades por la celebración de los 60 años de misión en Bolivia, en la Arquidiócesis de Santa Cruz, hoy miércoles 03 de agosto por la mañana, el Obispo de Bérgamo, acompañado del P. Alejandro Manenti, el Padre Massimo Rizzi, Responsable diocesano de las Misiones y el Padre Mattia Magoni, Responsable de comunicación diocesana de Bérgamo, se reunieron con el Arzobispo de Santa Cruz. También participó de este encuentro, Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo Emérito, uno de los ejemplos más emblemáticos de este vínculo de amistad entre Bolivia y Bérgamo, Mons. Gualberti es una misionero enamorado de Bolivia, nació en Clusone (Bérgamo), lleva 43 años de misión en Bolivia, de los cuales 23 ha dedicado su labor en la Arquidiócesis de Santa Cruz.
Misa en Porongo
Hoy 03 de agosto por la tarde, la delegación de Bérgamo visitará el Municipio de Porongo, en la oportunidad compartirán con la comunidad de la Parroquia San Juan Bautista. A las 17:30 horas, se celebrará una misa de Acción de Gracias.
El jueves 04 de agosto la Delegación de la hermana Iglesia de Bérgamo retornará a Italia.
Han pasado 60 años de historia y misión de la Iglesia de Bérgamo en Bolivia y se ha ido consolidando y configurando cada vez más como un gran regalo de Dios a Bolivia y Bérgamo; como modelo de comunión, diálogo y fraternidad, pero también como testimonio y confirmación del bien que las Iglesias de Bérgamo y Bolivia, junto con la ayuda de la gracia de Dios, han sabido expresar en los lugares y circunstancias más difíciles.
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Fuente: https://campanas.iglesiasantacruz.org/