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Urge que instituciones cuenten con políticas de prevención y protocolos para responder de manera clara e inmediata ante casos de abusos 

Prensa CEB 31.08.2022.- “Las instituciones pueden colocar obstáculos y barreras para aquellas personas que tienen alguna tendencia o la intención de cometer abusos. Esas barreras son las políticas de prevención, que están compuestas, entre otros, por el código de conducta o de comportamiento, o manuales de buen trato, que pueden tener distintas instituciones”, manifestó María Inés Franck, del Centro de Protección del Menor (Ceprome) Latinoamérica, en el Seminario Taller Sobre Protocolos, Políticas de Prevención y Códigos de Conducta en Prevención de Abusos a Menores y Personas en Situación de Vulnerabilidad, que se realiza en la ciudad de Cochabamba, organizado por la Conferencia Boliviana de Religiosos y Religiosas.

Se refirió a las características que deben tener estos códigos, que tienen que ser redactados de forma clara, respetar todas las leyes y protocolos vigentes, y que tienen que ser difundidos lo más que se pueda dentro de la institución, además de las pautas necesarias para la contratación de personal y reclutamiento de voluntarios que trabajan o que colaboran en las instituciones que tienen a su cargo niñas, niños, adolescentes y personas vulnerables.

Cibergrooming

“El grooming se usaba para referirse a la seducción que ejercía un adulto con la intención de abusar a un niño, para pasar la barrera del menor y que él piense que está bien y que no pasa nada, que tiene que hacer lo que el otro dice”, explicó.

Ahora se volvió cibergrooming debido a que —señaló— se hace por vía digital y por medio de las redes porque los diálogos no se dan personalmente, incluso los abusos no solo se dan por contacto físico, sino que también pasa por las propuestas y acoso que se inculcan mediante las palabras.

Protocolos

Durante la disertación del tema ‘Códigos de conducta’, señaló que los protocolos (que indican los pasos que se seguirán inmediatamente después de que se conozca un hecho de abuso o de violencia) se dividen en tres: detección, actuación y acompañamiento.

El protocolo de detección indica a qué prestar atención, cómo reaccionar y qué hacer ante el indicador probablemente más certero que es la revelación del hecho como tal.

“Luego tenemos el protocolo de actuación o de intervención, que consiste en saber a quién y en cuánto tiempo informar si nos enteramos de un caso”, sostuvo.

Por último, se refirió a los protocolos de acompañamiento, que implican una serie de pasos para acompañar a la persona, niño o niña víctima en el proceso de notificación, denuncia e investigación. 

Relación con los medios de comunicación

Con respecto a la relación que se debe tener con los medios de comunicación en momentos de crisis, señaló que es importante dar una respuesta rápida cuando estos reclaman información, piden entrevistas, llaman por teléfono o se comunican para obtener una versión de parte de la institución.

“De todas maneras los medios tienen que publicar, y si lo hacen es importante que esté la versión de la propia institución para que el público también pueda sacar sus propias conclusiones con una información lo más completa posible. No hacerlo implica dejar un vacío que será llenado por otras fuentes de información”, concluyó.

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