Monseñor Aparicio: Salgamos de nosotros mismos, percatémonos del prójimo y seamos buenos administradores de los bienes que el Señor nos regala
Prensa CEB 27.09.2022.- “En este tiempo es necesario salir de nosotros mismos y de estar inclinados a nuestro ombligo, sino ser capaces de percatarnos de nuestros prójimo y ser buenos administradores de los bienes que el Señor nos regala”, reflexionó el arzobispo de Cochabamba, monseñor Óscar Aparicio, en su homilía dominical.
Señaló que pensar en uno mismo es el mayor de los equívocos porque el hombre se ciega a la posibilidad de la relación con los demás y de levantar la cabeza para reconocer que de Dios viene la vida.
“Por eso el egoísmo es uno de los más graves pecados. También es una de las más grandes equivocaciones pensar que voy a tener el sustento, la vida y la alegría apoyado solo en mí mismo y en mis fuerzas. Esto es propiamente cortar la relación con el cielo y con los hermanos”, manifestó.
Sostuvo que en el evangelio se sintetiza todo esto cuando Jesús habla a los fariseos de Lázaro, quien ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico.
“El hombre rico, por mirarse a sí mismo, por estar convencido de que la alegría viene de la riqueza de los bienes, se olvidaba y no se percataba del pobre que estaba en la puerta de su casa y por tanto su espíritu estaba cerrado frente a la necesidad de los demás porque el mayor equívoco es pensar en sí mismo. Y vean que es interesante que no se menciona el nombre del rico, pero sí el nombre del pobre: Lázaro, que significa ayudado por Dios”, argumentó.
Continuó que en su miseria, en su fragilidad y en su enfermedad, el pobre descubre que de Dios viene la vida y por tanto está abierto también hacia los demás, se percata de lo que le pasa al otro y que esa es la gran diferencia entre ambos.