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Monseñor Arana: Muchas veces el mal uso de nuestra libertad nos lleva a caer en el pecado

Prensa CEB 11.09.2022.- “Dios respeta nuestra libertad, no nos maneja como títeres, lo que sucede es que muchas veces el mal uso de esa nuestra libertad nos lleva a caer en el pecado”, reflexionó el secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana, monseñor Giovani Arana, en la homilía que hizo este domingo desde la Basílica de San Francisco, en la ciudad de La Paz.

Argumentó que los textos del evangelio de la fecha (de la oveja perdida, la dracma perdida y la parábola del hijo prodigo) son considerados las parábolas de la misericordia y que de modo más ejemplar hablan de un Dios misericordioso.

“Todo este escenario nos exige, que como cristianos, seamos los que en primera persona hagamos presente en nuestras relaciones aquel atributo propio de Dios: la misericordia, siendo misericordiosos como Dios nuestro padre y fomentando la reconciliación frente al odio y la venganza”, aseguró.

Durante la homilía también se refirió a que en el país todavía se vive un escenario de enfrentamiento y polarización, donde lo menos que se busca es construir una Bolivia reconciliada, por lo que exhortó a que los conflictos se los solucione siempre por medio del diálogo y que las autoridades no enfrenten a las partes en conflictos, sino que por el contrario los convoquen y por la vía del diálogo y la reconciliación se busquen soluciones, caso contrario “donde no hay diálogo tiende a primar la venganza antes que el perdón”.

Asimismo, destacó la actitud del padre en la parábola del hijo pródigo cuando el relato señala: “Todavía estando lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió al encuentro de su hijo, lo abrazó y lo besó”.

“El relato señala que vio a su hijo, se conmovió, corrió, lo abrazó y lo besó; qué bello experimentar todo esto en nuestra vida, que lo podemos resumir en sentirse mirado con misericordia, abrazado con misericordia, besado con misericordia, que no es otro sino Dios nuestro Padre”, sostuvo.

De las lecturas leídas en la ocasión destacó que si bien en las relaciones con los demás, incluso en las relaciones con Dios, pueden en algún momento surgir tensiones y diferencias, “esto no significa que debemos vivir enfrentados los unos con los otros, sino que debemos ser capaces de arrepentirnos y saber perdonar”.

“Cuantos de nosotros por ignorancia nos hemos apartado de Dios y desde toda perspectiva humana no merecíamos ser considerados ser llamados discípulos suyos, pero es más grande su amor, es más grande su misericordia que aun después de nuestros muchos pecados nos llama y también nos ama. Esta experiencia inmediatamente nos exige que también nosotros tratemos a los demás con misericordia”, finalizó.

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