Participantes en el taller de prevención de abusos a personas en situación de vulnerabilidad agradecen y se comprometen a aplicar lo que aprendieron
Con mucha gratitud y la promesa de poner en práctica lo aprendido concluyó el Seminario Taller Sobre Protocolos, Políticas de Prevención y Códigos de Conducta en Prevención de Abusos a Menores y Personas en Situación de Vulnerabilidad, que se realizó en la ciudad de Cochabamba, organizado por la Conferencia Boliviana de Religiosos y Religiosas.
Los participantes aprovecharon la ocasión para contar sus experiencias de por qué es importante para la Iglesia hablar sobre el abuso, maltrato y prevención, además de que la formación es la principal aliada para hacer frente a estos casos.
“Es importante para la Iglesia trabajar contra el maltrato y la prevención de abusos porque la Iglesia es un espacio y comunidad donde lo que ha de primar justamente es el buen trato, que supone la capacidad de que las personas puedan relacionarse de buen modo entre ellas, que no se sientan en riesgo, no se sientan maltratadas, sino que más bien se sientan comprendidas, valoradas y cuidadas”, señaló el padre Osvaldo Chirveches, delegado del superior judicial de la Compañía de Jesús.
“Pienso que aquí hay un gran desafío, pero al mismo tiempo una gran responsabilidad, el desafío es justamente lo que se espera afuera porque cuando los seminaristas sean sacerdotes o presbíteros que estarán al servicio de su iglesia, tienen la misión de acompañar así como ellos fueron acompañados desde su infancia, adolescencia y en su casa”, declaró el padre Juan Carlos Linares, formador del Seminario San José de Cochabamba.
“Es importante descubrir cada cosa pequeña que podría lastimar la dignidad de una persona, como una mirada, un gesto o una palabra. La formación y autoestima me da garantías de que algún día habrá personas con más posibilidad de enfrentar los obstáculos de la vida”, manifestó la hermana Bruna Pierobón, de la Congregación Hermanas del Rosario, entre otros testimonios.
“La Iglesia ha trabajado y trabaja incesantemente en la prevención, por supuesto que hay mucho por hacer, pero también no hay que minimizar lo mucho que se ha hecho y también tener al frente a muchas personas y líderes eclesiales que están dispuestos a seguir asumiendo más desafíos en el cuidado de los más pequeños”, aseguró María Inés Franck, una de las expositoras.