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“La Sinodalidad” en el servicio del diácono permanente, tema disertado en el Encuentro Nacional de diáconos

Prensa CEB 22.10.2022.- “La Sinodalidad” en el servicio del diácono permanente, fue el tema presentado por  el padre Giovani Mendoza Machicado en el Encuentro Nacional de diáconos, que se lleva a cabo en la ciudad de Cochabamba del 21 al 23 de octubre en la Casa Maurer.

“Primero se habló de la Sinodalidad enfocado en lo que dice el Papa Francisco y centralizándolo en lo que es el ministerio del diaconado, la importancia de la conversión para la vivencia de las actitudes de la Sinodalidad”, informa el sacerdote.

En la segunda parte se habló de la espiritualidad cristiana del diaconado, iluminado desde la Sinodalidad y la coherencia de la fe, “cuando se habla de la espiritualidad del diaconado se debe tomar en cuenta tres dimensiones. La primera, la espiritualidad del matrimonio, es decir el amor a la pareja, el amor a la familia; el segundo, el testimonio del matrimonio en la comunidad, la vivencia de la fraternidad entre los diáconos, sacerdotes y presbíteros, el servicio del a caridad en la parroquia, y se terminó hablando sobre el testimonio del diácono en su trabajo y en la vida social”.

En esta primera mitad de la jornada, se observó el contento y agradecimiento de parte de los asistentes porque se resaltó la importancia de la vivencia del diaconado permanente, la fraternidad con los sacerdotes y la fraternidad entre ellos.

Función que cumple un diácono dentro de la iglesia

El padre Giovani indica que una de las tareas del diácono es el tema de la caridad, la proclamación de la palabra y de manera especial está invitado a vivir el celibato dentro de su matrimonio, es decir, la fidelidad a la pareja.

“El testimonio del matrimonio que pueden dar en la comunidad, el proclamar y enseñar el evangelio en la comunidad, pero en el caso el diácono permanente, está el testimonio de familia y de pareja” indica.

El desafío que ellos (diáconos) tienen, es dar testimonio en tres lugares, en su familia, en la parroquia y en el lugar donde trabajan, o sea, tener una coherencia de vida, “además de participar en una comunidad, ya sea en una red o una pastoral familiar”.

El diaconado es una vocación, no un premio

A decir del sacerdote, el diaconado es un ministerio que está mal entendido, porque se piensa que los que sirven en el altar tienen que vivir solo o estar solos, “pero en el diaconado el hecho que estén casados nos muestra la variedad de servicio que están en la iglesia. La iglesia es muy variada a los tipos de servicio que se pueda dar, porque es Dios quien llama y el Diaconado es una vocación, no es un premio, es Dios quien los llamó a estos hombres y mujeres, porque de su diaconado participan las esposas”, justificó.

¿Quiénes pueden ser diáconos?

Primero, que sientan el llamado de Dios, segundo, sean parte de una parroquia dentro una comunidad y tercero, que sean un matrimonio estable. “Pero cada jurisdicción tiene ciertos requisitos, como que sean jubilados y tengan un modo de vida madura para que no caer en la tentación de vivir y luego está el testimonio del párroco, que les hace el acompañamiento”, finalizó.

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