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Mons. Pesoa: “Pasaron 35 días de paros y conflictos en el país. ¿Será verdad lo que se ha prometido? ¿Hasta cuándo durará esta aparente serenidad?” 

Prensa CEB 27.11.2022.- “Pasaron 35 días de paros y conflictos en el país, seguramente estos días habrá una aparente serenidad y normalidad, pero surge la duda: ¿Será verdad lo que se ha prometido? ¿Hasta cuándo durará esta aparente serenidad?.  Ya sabemos que las verdades a medias tienen sus consecuencias” expresó monseñor Aurelio Pesoa Ribera OFM, obispo del Vicariato Apostólico del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, en su homilía, este domingo 27 de noviembre, desde la Catedral de Trinidad.

“En estos tiempos de conflictos que vivimos en el país, se repiten palabras que no construyen, ni respetan, sino que son de insulto, descalificación llegando a la agresión, con esa actitud se ha lastimado a muchos hermanos, se ha herido a un pueblo, herida que necesitará mucho tiempo para curarse”, agregó.

Recordando que, ser cristiano compromete, “en estos tiempos en donde pareciera que el dominio de las ideologías políticas y partidistas dominan sobreel sentido común del verdadero bien para todos”, llamando al pueblo, donde la mayoría es católica, a ser cristianos con un compromiso activo y coherente.

Y como Iglesia tener mirada y vigilancia, estando atentos en el seguimiento de Jesús el Mesías, que manda a no descuidar a los más vulnerables e indefensos de nuestros tiempos.

Domingo Primero de Adviento (A)

Llamados a estar vigilantes

Mt. 24, 37-44

27 de noviembre de 2022

1.- El cristiano ha pasado de las tinieblas a la luz (2Lect.) hay que vivir conforme a lo que somos: Hijos de la luz obradores del bien, hijos de las tinieblas son los promotores de la maldad.  El cristiano es un hombre que ha sido llamado de las tinieblas a la luz admirable.

La vida del cristiano debe ser y estar en continua alerta.  Con la primera venida de Cristo, su muerte y Resurrección, y por el bautismo hemos sido conducidos a la etapa final de nuestro peregrinar hacia Dios, etapa que no llegará a su final hasta que ocurra la venida final de Cristo.

En repetidas oportunidades el mismo Cristo nos da esta advertencia: “Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todos, ¡estén despiertos!” (Mc. 13, 27) y es que las ocupaciones de la vida pueden distraernos demasiado.  Así sucedió en tiempos de Noé, mientras él construía el arca.

El pasaje del evangelio de hoy manifiesta la actitud de los primeros cristianos que esperaban la pronta venida de Cristo.  Es probable que la predicación de Jesús fue mucho más clara acerca de la ruina de Jerusalén en el año 70 de nuestra era.

Afirma una gran verdad: como sucedió la ruina de la ciudad de Jerusalén, así será el fin del mundo y por eso no podemos vivir distraídos y descuidados, lo seguro es que habrá un final.

2.- El tiempo del Adviento es el llamado a estar despierto y atentos para recibir al Señor en la vida, en la familia, en la comunidad.  Es un tiempo para renovar la esperanza, en que caminamos no hacia un final destructivo, sino y sobre todo a un tiempo de salvación en el que la paz y la justicia no será algo desconocida, sino de una relación de verdaderos de hermanos.

De las espadas forjaran arados, de las lanzas, podaderas” nos dice el profeta Isaías.  El profeta contempla en su visión el Reino de paz y fraternidad y que dará inicio con la venida del Mesías.

El mesías que esperamos los cristiano transformará la cultura de la muerte, del conflicto, del sometimiento del hermano, de la amenaza, la persecución, de la guerra, a una cultura de la paz, de dialogo, de entendimiento, de la verdad, de la tolerancia.  “Se cambiarán sus espadas en arados y sus lanzas en podadera; no alzarán espada contra nación, ni habrá más guerra”  Es el sueño y deseo de Dios para el mundo que ha creado.

El ser cristiano compromete, en estos tiempos en donde pareciera que el dominio de las ideologías políticas y partidistas dominan sobreel sentido común del verdadero bien para todos.  Ser cristiano implica una manera distinta de vivir la vida con un compromiso activo y coherente.

En estos tiempos de conflictos que vivimos en el país, se repiten palabras que no construyen, ni respetan, sino que son de insulto, descalificación llegando a la agresión, con esa actitud se ha lastimado a muchos hermanos, se ha herido a un pueblo, herida que necesitará mucho tiempo para curarse.  En un pueblo de mayoría católica esa no es la manera de esperar al Mesías.

3.-  San Mateo, hace un llamado a la necesaria vigilancia, al servicio y la solidaridad.  Jesús menciona dos pasajes del Antiguo Testamento: Noé y el Hijo del hombre.  En los “días de Noé” se refiere a los días antes del diluvio.  En los días de Noé la gente vivía sin preocuparse, sin darse cuenta que en los acontecimientos se acercaba la hora de Dios. (Gn 6,5.8, 14)

En referencia a la imagen del “Hijo del Hombre” se refiere a la visión del libro del profeta Daniel (Dn 7, 13)  En la visión del profeta Daniel, el Hijo del Hombre vendrá de improviso sobre las nubes del cielo y su venida será la señal del fin de todo aquello que oprime y destruye al ser humano.  El Mesías no busca someter, forzar o medir fuerzas con su hermano más débil.  Liberará de toda clase de esclavitud.

Por eso hoy se nos hace el llamado a estar vigilantes, preparados y despiertos, para saber reconocer al Señor cuando se nos presente.  Estar vigilantes es estar dispuestos a mirar más allá de los intereses meramente humanos y egoístas, mirar más allá es no echar al olvido a los que sufren.

4.- Pasaron 35 días de paros y conflictos en el país, seguramente estos días habrá una aparente serenidad y normalidad, pero surge la duda: ¿Será verdad lo que se ha prometido? ¿Hasta cuándo durará esta aparente serenidad?.  Ya sabemos que las verdades a medias tienen sus consecuencias.

También estos días nos lamentamos, en distintas partes del país por la fuerte calor que nos azota, pero es bueno que también nos preguntemos ¿quién es el causante de este cambio climático?

Nuestra mirada y vigilancia como Iglesia es estar atentos en el seguimiento de Jesús el Mesías que nos manda a no descuidar a los más vulnerables e indefensos de nuestros tiempos. Ese es el modo de estar vigilante en este tiempo del Adviento.

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