Mons. Leigue: “Estamos comprometidos a evaluar nuestra realidad, nuestra situación, tanto personal como de la misma sociedad”
Prensa CEB 14.02.2023.- Este domingo 12 de febrero, desde la Basílica Catedral de San Lorenzo Mártir, el Arzobispo de Santa Cruz Mons. René Leigue, señaló que “como personas de fe, personas que creemos en Dios, estamos de alguna manera comprometidos a evaluar un poco nuestra realidad, nuestra situación, tanto personal como de la misma sociedad”.
Alentó a buscar siempre el bien de uno mismo y de los demás. “De esa manera vamos a encontrar una convivencia, saber convivir, saber escuchar, saber perdonar que también el Señor nos habla de esto, saber perdonar, así como nos perdona. Si esto hacemos, entonces tendremos una sociedad como la queremos, una sociedad en la cual todos podamos convivir, sin acusarnos unos a otros, sino que nos miremos como verdadera familia, hermanos que somos con mucho respeto”, finalizó.
Le invitamos a leer la homilía completa a continuación:
Homilía de Mons. René Leigue
Arzobispo de Santa Cruz
Basílica Menor de San Lorenzo – Catedral
12 de febrero de 2023
Hemos escuchado la lectura que dice Jesús: “Yo no he venido para abolir la ley, sino para darle cumplimiento”, esta idea pudimos verla de esta manera, nosotros los humanos a veces tomamos esta cosa, como por ejemplo el cambio de autoridades, al haber un cambio tenemos que cambiar todo y todo lo anterior que había, ya no sirve y hay que hacer algo nuevo. Aquí Jesús nos da a entender que esto, no tiene que ser así, quizás por eso él dice; “Yo no he venido a anular lo que ya había antes”, todo lo que hemos escuchado en el Antiguo Testamento, eso no es que está mal, o no es que no sirve, sino hay algo que no está funcionando a cabalidad y eso es lo que dice Jesús: “Yo no he venido a cambiar todo lo que ya había”, todas la leyes que tenían, todos los mandamientos que habían, no he venido a anularlos, he venido a darle pleno cumplimiento, tal como debe ser, y esa es la lucha de Jesús cada día.
Los mandamientos no están para imponernos, sino para que nosotros en libertad podamos cumplirlos.
También escuchamos en la primera lectura, que toda la ley de Dios, los mandamientos no están para imponernos, sino para que nosotros en libertad podamos cumplirlos, eso nos dice la primera lectura en el libro del Eclesiástico, si quieres puedes observar los mandamientos y cumplir fielmente lo que le agrada al Señor, esto no dice que no nos está obligando, dice, si quieres, en libertad, puedes hacerlo. Continúa la lectura diciendo; ante los hombres está la vida y la muerte, y cada uno se le dará lo que prefiere, el Señor viene para eso, él vino para rescatarnos del mal, rescatarnos del pecado y darnos vida, de aquí en adelante nos toca a nosotros decidir, que queremos, la vida o la muerte.
Estamos comprometidos a evaluar nuestra realidad, nuestra situación, tanto personal como de la misma sociedad.
Esto es lo que nos dice la lectura, estas delante de dos partes fundamentales, la vida o la muerte, que prefieres, y es aquí donde nosotros como personas de fe, personas que creemos en Dios, estamos de alguna manera comprometidos a evaluar un poco nuestra realidad, nuestra situación, tanto personal como de la misma sociedad ¿Cómo estamos en cumplir lo que nos toca? Por una parte, la ley de Dios y por otra las leyes humanas ¿Cómo está? ¿La estamos cumpliendo? ¿Estamos realizando a cabalidad lo que realmente tenemos que hacer?
“Yo les digo, que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal” y todo aquél que lo insulta, merece ser castigado por el tribunal, y el que lo maldice, merece el infierno.
En el Evangelio el Señor nos pone una serie de ejemplos, hablando que él no vino para abolir la ley, él dice ustedes han escuchado, han oído que se dijo eso, pero yo les digo; sin escuchado algún comentario, pero aquí viene la palabra de Jesús, pero yo les digo, que si hacen eso, tienen las consecuencias y si hacen lo otro, también tiene sus consecuencias, y aquí nos pone un a serie de ejemplos, para que nosotros los tomemos en cuenta. Ustedes han oído que se dijo; “No matarás”, y el que mata debe ser llevado ante el tribunal, eso también nosotros lo tenemos claro, no hay que cometer un delito de esa manera y las leyes humanas eso lo reafirman, y hay una consecuencia, hay un castigo por un error que se comete de esa naturaleza, hay que ir al tribunal dice Jesús, y aquí viene lo que él dice: “Yo les digo, que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal” y todo aquél que lo insulta, merece ser castigado por el tribunal, y el que lo maldice, merece el infierno.
Jesús dice; “No he venido para anular lo que hay, he venido para darle cumplimiento, para dar a entender que significa este mandamiento, NO Matarás”, frente a esto nosotros podemos pensar. y se escucha de personas que dicen; “No he matado a nadie”, de que me voy a confesar, sino he matado a nadie, pareciera que es el único pecado y sin embargo Jesús aquí dice; “Yo les digo, que aquél que se irrita con su hermano, aquél que lo calumnia, que aquel que lo insulta, que aquel que lo maldice, merece ir delante de un tribunal, o al final, merece el infierno.
Pareciera que no hace daño insultar, calumniar para acusar, pero hay personas, familias que están sufriendo.
De eso vivimos mucho en nuestra realidad, ¿Cuántas veces escuchamos insultos, calumnias de un lado y del otro? Y eso pareciera que no daña, pareciera que insultar no hace daño, no hace daño calumniar a alguien, no hace daño inventarse algún problema para acusar al otro, pareciera que eso no hace daño, y sin embargo hay personas, familias que están sufriendo y pareciera que lo que lo están haciendo, se están divirtiendo, se sienten felices, se sienten con autoridad para hacerlo, ¿Será que la autoridad que hay o tienen es para eso? esa es una de las luchas que tenía Jesús con los fariseos, cuando Jesús habla que él ha venido para darle cumplimiento, él no va luchar contra esta ley que está mal, él lo que quiere, es que se cumpla como debe ser, y cumplirla como debe ser significa primer hacerlo, ¿Qué decían los fariseos?, que ellos eran los mejores y los primeros, que ellos estaban cumpliendo todo, pero solamente para que lo vean los otros, pero en el fondo no hacían nada, querían que otros lo hagan, pero no ellos, y eso es lo que Jesús les reclamaba, por eso esa frase que les dijo y tan dura: Hipócritas, quieren que otros hagan lo que ustedes no son capaces de hacer.
Como personas de fe estamos llamados para revisar cómo estamos cumpliendo los mandamientos de Dios.
“Sepulcros blanqueados, bonitos por fuera, pero por dentro están podridos” Esa frase que suele decir a los fariseos, porque Él veía que realmente no había coherencia con lo que decían y lo que hacían. Entonces Jesús a esto que viene y habla de los mandamientos y habla de la vida en familia, habla del divorcio, entonces todas estas cosas que Jesús viene para aclarar. Nosotros como personas de fe también estamos llamados para revisar un poco también cómo estamos cumpliendo los mandamientos de Dios, los estamos cumpliendo a cabalidad o estamos también a medias a lo mejor. Sería muy duro si el Señor también nos dice a nosotros: Hipócritas porque estamos haciendo las cosas a medias o estamos mirando al otro si cumple o no. O no lo dejamos que debe hacer lo que corresponde.
Porque tienen la autoridad se sienten capaces de poder poner peso a la ley, pero no son capaces de cumplirla.
Lo vemos así, duros con los demás, pero nosotros que hacemos, eso para nosotros y todos los que tienen ahora, el poder la autoridad porque tienen la autoridad. Porque tienen la autoridad se sienten capaces de poder poner el peso de la ley a otros, pero no son capaces de cumplirla como corresponde. Hablan que otros lo hagan, pero no ellos.
Tenemos tantas leyes en nuestro país, ¿Cuándo se cumplen esas leyes?
Tenemos tantas leyes ahora, en nuestro país, ¿Cuándo se cumplen esas leyes? De qué manera se está cumpliendo o quiénes la cumplen o a quienes se las hacen cumplir porque eso es otro caso, se habla que tenemos estas leyes, tenemos los otros, hay que aplicarlas, “caiga quien caiga”. Parece escuchando a cantinflas que dice “caiga quien caiga, pero a veces cae quién no tiene que caer” eso es lo que vivimos ahora.
Debe haber justicia y tiene que pagar el que comete un error, pero la manera cómo se lo está haciendo, ahí está el problema.
Entonces en ese sentido qué es lo que se debe hacer, yo se que vamos por ahí, cuando se habla de esto de la reforma de la justicia, no se está hablando de cambiar la justicia porque sí debe haber leyes, y debe haber justicia y tiene que pagar aquel que comete un error, tiene que afrontarlo, pero la manera como se lo está haciendo, ahí está el problema.
Cuando se habla de reforma de la justicia, visto a la luz de la Palabra, corresponde mejorarla.
Entonces cuando se habla de reforma (de la justicia) si vemos esto a la luz de la palabra de Dios y lo que dice hoy Jesús, esto corresponde, corresponde mejorarla, darle su pleno cumplimiento tal como debe ser, como corresponde y no es a eso que en este tiempo también se está haciendo, se está pensando y no es una necesidad que hay también de reformar la ley, de darle su pleno cumplimiento de lo que se dice lo que dice la ley, lo que está escrito se cumpla como corresponde y eso para todos, no para algunos porque ya lo hemos dicho esto, que la ley está muy desequilibrada en el peso para unos es muy pesado, para otros es muy liviano.
La ley es para todos y hay que cumplirla como corresponde.
Aquí Jesús nos hace entender que no, la ley que hay es para todos y hay que cumplirla como corresponde. Tenemos los mandamientos, veamos cómo estamos, ¿estamos cumpliendo como debe ser? Y esto que es el mandamiento “No matarás” va mucho más allá de quitar la vida a alguien, quizás eso de llegar a matar a alguien es lo último, pero hay tanto sufrimiento de lo que vivimos, insulto, calumnia, en fin, tantas cosas que hay personas que están sufriendo por eso, inventándose cosas para acusarlos. No es el momento para que nosotros también podamos pensar ¿qué hacemos o qué hago yo? O yo a lo mejor también le estoy aumentando a eso, porque a veces hablamos de lo que no sabemos, se insulta a alguien, se habla mal de alguien y no falta alguien que dice lo mismo, si esta persona es así, ha hecho esto, ¿Usted lo sabe? ¿Usted ha visto eso? ¿Tiene fundamento? No, pero hemos escuchado.
¿Por qué tenemos que hablar mal de alguien que no conocemos? Si alguien se inventa algo de una persona los demás repiten lo mismo, sin fundamento.
Eso también nos dice el Señor, eso no tiene que ser así, no tenemos que caer en eso nosotros también, de seguir algo o repetir algo que no sabemos, que no tenemos fundamento, ¿por qué tenemos que hablar mal de alguien que no lo conocemos? Y eso es lo que vivimos en nuestra sociedad, vivimos aquí en nuestro país. Que alguien que se inventa algo de una persona, los demás repiten lo mismo, repiten sin fundamento. ¿Pero qué significa esto? No saben qué responder, porque no tienen fundamento y eso es dañar a alguien. El Señor hoy es duro también con nosotros y nosotros tenemos que revisar nuestra actitud con los demás. Cómo estamos actuando, de qué manera estamos relacionándonos con los demás, de qué manera también apoyamos y somos parte de una búsqueda, una solución al problema, nos quejamos de todo, nos lamentamos de todo, pero ¿qué estamos haciendo?
Dios no nos obliga, nos deja en libertad de elegir el camino del bien o del mal. Solamente las leyes humanas exigen, obligan
A esto nos invita el Señor, cada vez que escuchamos que nos habla, Dios mediante la biblia, mediante la lectura, algo tiene que llamarnos a la reflexión a nosotros, ¿Qué hago? ¿Qué tengo que hacer? ¿De qué manera tengo que hacerlo? El Señor nos deja en esa libertad, tú estás delante de dos caminos, el camino del bien y el camino del mal, tú eliges, Él no nos obliga, nos deja en libertad, solamente las leyes humanas exigen para algunos lo obligan, si o si tiene que hacer esto, porque si no hace esto ya lo verá, verá las consecuencias, para Dios no. Dios nos da los mandamientos, nos da las leyes y nos dice: Estás aquí, al inicio de dos caminos, el camino del bien y el camino del mal, el camino de la vida y el camino de la muerte, tu eliges qué hacer, pero sepan de que cada uno tiene sus consecuencias.
La libertad que Dios nos da no es para hacer lo que a mí me parece o decir lo que se me antoja
Así que tú estás en la libertad de hacerlo, quizás ahí nosotros equivocamos la lección, pensamos que bueno como yo soy libre, Dios me creó libre, entonces puedo hacer lo que a mí me da la gana, lo que a mí me parece y puedo decir las cosas que se me antojan y no me interesa si hago daño o no. A veces se agarra de eso yo soy libre para decir también lo que me parece, está equivocado también, esa libertad que Dios nos da no es para eso, aquí mismo lo dice, no hay que insultar, no hay que maldecir, no hay que hablar mal del otro, entonces esa libertad que el Señor me da, no es para eso.
Pidámosle al Señor y al Espíritu fortaleza para buscar siempre el bien de uno mismo y de los demás.
Pidámosle al Señor y al Espíritu que nos de esa fortaleza para buscar siempre el bien de uno mismo y de los demás. De esa manera vamos a encontrar una convivencia, saber convivir, saber escuchar, saber perdonar que también el Señor nos habla de esto, saber perdonar, así como nos perdona. Si esto hacemos entonces tendremos una sociedad como la queremos, una sociedad en la cual todos podamos convivir, sin acusarnos unos a otros, sino que nos miremos como verdadera familia, hermanos que somos con mucho respeto.
Que así sea.