Mons. Aurelio: “Se nos dice que el tema económico va todo bien, sin embargo, la realidad nos hace ver otra cosa”
Prensa CEB 26.03.2023.- Este 26 de marzo, desde la Catedral de Trinidad, el obispo del Vicariato Apostólico del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Mons. Aurelio Pesoa Ribera OFM expresó que en Bolivia vamos perdiendo el valor de la verdad y del diálogo sincero y franco, y manifestó su preocupación por temas de justicia, economía y educación en el país; lamentó además que no haya suficientes fuentes de trabajo para muchos bolivianos.“Se nos dice que el tema económico va todo bien, sin embargo, la realidad nos hace ver otra cosa” enfatizó.
“En la actualidad, se mata a Jesucristo cuando se hacen leyes que atentan contra la vida humana. Legisladores que ante la opresión de grupos violentos buscan imponer leyes jugando a ser Dios, queriendo, a través de aprobación de leyes, hacer algo que nunca podrá ser, cambiar la naturaleza. Se olvidan que la ley humana no cambia la naturaleza”, dijo refiriéndose a la Sentencia Nº 0577, que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo en Bolivia.
Mons. Pesoa también hizo referencia al conflicto que vive el país en tema de Educación, afirmando que la represión no es el camino y alentó la búsqueda del diálogo para construir acuerdos saludables: “El tema de la educación de los niños y jóvenes debería ser preocupación de todos, pero pareciera que no importan mucho con tal de imponer la ideología”, dijo. “Poco a poco vamos perdiendo el valor de la verdad, del diálogo sincero y franco, del amor al prójimo y a nuestra patria”, agregó.
Acerca de la justicia en el país, que refleja una vulnerabilidad, monseñor Pesoa dijo que esta “debería ser liberada de la politización, parece que está como muchas personas en la cárcel, detenida preventivamente”, indicó la autoridad eclesial.
Monseñor Aurelio expresó que “ante los signos de muerte, Cristo apuesta por la vida, con un mensaje de esperanza que debemos comunicar”, reiterando el llamado a “apostar y defender la verdad y la vida verdadera”, concluyó.
Domingo quinto de Cuaresma
Jn. 11, 1-7. 20-27. 33-45
26 de marzo de 2023 (A)
“Yo soy la resurrección y la vida”
1.- En este quinto domingo de Cuaresma la liturgia de la Palabra de Dios nos invita a descubrir la belleza de la vida y hacer fraternidad con los hermanos y el Señor de la vida. Quizá como Lázaro, estamos dormidos o muertos porque estamos lejos del Señor. Sin embargo, es el Señor que viene a quitarnos las vendas y a sacarnos de la oscuridad de la muerte y nos llama a una vida nueva de los hijos de Dios.
Cuaresma es el tiempo para abrir la tumba de la muerte y el pecado, abrirse a la gracia del Espíritu, dejando aquello que conduce a la muerte. Avivemos el Espíritu que nos hace hijos, cristianos y hermanos de todos, que de nada sirve llamarnos hermanos si después no vivimos como tales.
La resurrección de Lázaro es el comienzo de la liberación ganada por Cristo, Él es el dueño de la muerte y de la vida. Es el mismo Cristo que por medio de su muerte se convierte en nuestra vida y resurrección.
Marta y María manifiestan su angustia al Maestro: “Señor, el que tú amas está enfermo”. Aquel que ha pasado por la experiencia de haber perdido un ser querido sabe del dolor que produce la muerte. Sin embargo, las palabras de las hermanas son de esperanza y confianza en el Maestro Jesús.
Llega Jesús a Betania y se encuentra con Marta que cree en la resurrección del último día, ella no se da cuenta que la verdadera Resurrección está ahí junto a ella. Las palabras de Jesús hacen despertar a Marta cuando le dice: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí aunque muera, vivirá”
Este es el momento en que Jesús revela la existencia de otra vida de la que Él mismo es el comienzo, Él tiene poder sobre la vida y la muerte, para los que creen en Él la muerte es como un sueño y despertar es resucitar para la vida verdadera.
Él es el dueño de la vida, con autoridad Jesús manda a la vida, por eso el muerto obedece, se levanta, se incorpora y comienza a caminar. Estamos llamados a apostar por la vida.
2.- El milagro de la resurrección de Lázaro debería ser un signo, para todos los cristianos, de reconocer a Jesús como el enviado del Padre. Reconocer a Jesús es la condición para poseer la vida verdadera. Por el milagro muchos decidieron creer en Él; otros sin embargo decidieron matarle.
En la actualidad, se mata a Jesucristo cuando se hacen leyes que atentan contra la vida humana. Legisladores que ante la opresión de grupos violentos buscan imponer leyes jugando a ser Dios, queriendo a través de aprobación de leyes, hacer algo que nunca podrá ser, cambiar la naturaleza. Se olvidan que la ley humana no cambia la naturaleza.
Se da muerte a Cristo cuando se dice la verdad a medias. Se nos dice que el tema económico va todo bien, sin embargo, la realidad nos hace ver otra cosa, no hay suficientes fuentes de trabajo para muchos bolivianos.
La semana pasada ha vivido el país el conflicto sobre la educación. La represión no es el camino para llegar al dialogo y construir acuerdos saludables. El tema de la educación de los niños y jóvenes, debería ser preocupación de todos, pero pareciera que no importan mucho con tal de imponer la ideología. Y así poco a poco vamos perdiendo el valor de la verdad, del dialogo sincero y franco, del amor al prójimo y a nuestra patria.
Que decir de la justicia, debería ser liberada de la politización, parece que está como muchas personas en la cárcel, detenida preventivamente.
3.- Ante los signos de muerte, Cristo apuesta por la vida, con un mensaje de esperanza que debemos comunicar la gran revelación cristiana: Jesús es la Resurrección y la vida. El que cree en Él no morirá para siempre. Y los cristianos sabemos que la muerte no quita la vida, sino que la transforma.
El Señor Jesús es el único que puede hacer que nuestra vida sea plena y tenga sentido aquí en la tierra y al mismo tiempo que sea eterna en el cielo. Estamos llamados a apostar y defender la verdad y la vida verdadera. Así sea.