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Mons. Flock: “Es una pena que el Ministerio de Educación en Bolivia miente y enseña a mentir, confundiendo la evangelización con colonización”

Prensa CEB 13.03.2023.- Mons. Robert Flock, obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, en la misa dominical este 12 de marzo, en su alocución habló sobre el rechazo de la nueva malla curricular por diversos sectores, lamentando las mentiras del Ministerio de Educación dijo no sorprenderse “Pero no sorprende. Esto sucede porque el Movimiento al Socialismo se mueve por la ideología marxista ateísta”, puntualizó.

Mons. Robert atribuyó el rechazo a la falta de consenso, insuficiente presupuesto, déficit de ítems, infraestructura inadecuada, escasa capacitación de maestros y otros. Además, como Iglesia se constata “la ideología de género que van contra la familia”, dijo.

Refiriéndose a la historia de la Educación en Bolivia, el obispo manifestó que no se reconoce la inmensa contribución de la Iglesia con sus muchas obras educativas.

“Su objetivo es hacer lo que acusan: colonizar las almas de los niños y jóvenes en los colegios de Bolivia, para que, en vez de fe cristiana, tengan la misma ideología resentida”, expresó Mons. Robert, haciendo notar el cierre de la normal católica y la imposición de un currículo anticristiano. “Y su concepto de consensuar, es a través de gases lacrimógenos”, agregó.

Al finalizar, Mons. Flock, dijo que estas situaciones se dan porque las personas no han tenido un encuentro personal, ni comunitario con Jesús, alentando a que las nuevas generaciones puedan conocer y reconocer a Jesús como el único salvador del mundo.

Homilía de Mons. Robert Flock 

Obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco

Tercer Domingo de Cuaresma – Capilla Cristo Resucitado – 12 de marzo 2023  

“Nosotros mismos lo hemos oído” 

Queridos hermanos, 

El año pasado tuve la dicha de compartir la celebración por las Bodas de Oro de la Hna. Terezinha; resulta que este año el 12 de febrero fue su 51 Aniversario de Vida Consagrada. Muchas felicidades Hermana, y muchas gracias por su servicio y testimonio. Que Dios permita que siga entregándose con alegría a esta comunidad. 

Estos días arranca la catequesis para la Primera Comunión de nuestros niños y para el Sacramento de la Confirmación de nuestros los jóvenes. Estos procesos de catequesis son como nuestro Evangelio hoy, que relata una conversación entre Jesús y la Samaritana en el Pozo de Jacob. Empieza con algo relativamente sencillo: Jesús tiene sed y le pide a la mujer un poco de agua; supongo que Jesús no tenía con qué sacar el agua del pozo, o un recipiente para poder beberla. 

Pero rápidamente la conversación toma otro rumbo. Ella se sorprende que Jesús hable con ella, siendo mujer y samaritana. En realidad, es una mujer marginada, por sus múltiples maridos; Jesús se dio cuenta porque está recogiendo agua al medio día cuando hay nadie más viene al pozo. Típica tarea de mujeres y niños, iban cada mañana al pozo para llevar agua a sus casas, siendo esto una ocasión social entre vecinos y amigos. Pero esta mujer va sola al medio día cuando los demás están almorzando. Así, Jesús le pregunta sobre su marido para confirmar sus sospechas. Pero esta incomoda verdad no pone fin a la conversión; seguramente el tono de Jesús no era acusatorio o denigrante, sino de comprensión y empatía.  

Como resultado, ella, que en un principio ve a Jesús simplemente como un hombre judío, pasa a verlo como profeta, es decir, un hombre de Dios, y luego como el Mesías, el Cristo que tenía que venir para anunciar todo. Posteriormente, los samaritanos, a raíz de este encuentro, le dicen a la Samaritana: «Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo». Ojalá que todos nosotros podamos decir lo mismo. Que nuestra fe en Jesucristo sea por experiencia propia. 

Jesús decía que para entrar al Reino de Dios tenemos que ser como niños, porque en su inocencia confían en sus padres, y confían en Dios. Y acepta sin cuestión lo que les enseñamos. Así que, en la preparación de la Primera Comunión, nuestro objetivo es anunciarles el amor que Dios les tiene, invitándoles a recibir a Jesús en la Santa Comunión como su mejor amigo, a Dios Padre como su propio padre bueno y poderoso, y a confiar en esa bendición para toda su familia. Que, creyendo en Dios, se esfuercen por ser buenos, y si cometen algún pecado, Dios los perdona al confesarse, porque ellos son buenos, hijos e hijas de Dios, quien los ama mucho.  Si nosotros somos buenos con los niños, ellos creen y confían en este Dios Bueno. 

Con la Confirmación es diferente, porque los adolescentes ya tienen una natural capacidad y necesidad para cuestionar todo lo que enseñamos. Esto es algo bueno, porque sin investigar las dudas e interrogantes, nuestra fe suele ser infantil, y quizás superficial. Por esto es muy importante que los padres de familia, los catequistas y los profes de religión, no se enojen cuando el joven pregunta: ¿por qué? No es un rechazo de su enseñanza o autoridad, sino un pedido legítimo para ayudarle a comprender los misterios de la fe y de la misma vida. A veces, nos hacen preguntas tan buenas, que no sabemos responder. En tal caso, hay que tener la humildad de admitir la verdad, como también de hacer un esfuerzo para profundizar la propia comprensión de la fe, y su experiencia de encuentro con Jesús. De esta manera, llegamos nosotros y nuestros jóvenes a decir, como aquellos Samaritanos, que: “nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo”.

Estos días, observamos el mucho rechazo de la nueva malla curricular por diversos sectores y diversos motivos: falta de consenso, insuficiente presupuesto, déficit de ítems, infraestructura inadecuada, escasa capacitación de maestros, etc. Como Iglesia constatamos la ideología de género que van contra la familia, y también su prejuicio anticatólico. Al hablar de la historia de la educación en Bolivia, no reconocen la inmensa contribución de la Iglesia con sus muchas obras educativas, y en el Currículo Base, en la página 14, se atreven a decir que en la época colonial: “Se utilizó la enseñanza del catecismo… para “colonizar las almas”, proceso de subjetivación que tuvo el sentido de consolidar la colonización política y económica.” Imagínese, ¡consideran la catequesis como una forma de colonización! Obviamente, “descolonizar”, significa eliminar la fe cristiana. 

Es una pena que el Ministerio de Educación en Bolivia miente y enseña a mentir, confundiendo la evangelización con colonización. Pero no sorprende. Esto sucede porque el Movimiento al Socialismo se mueve por la ideología marxista ateísta. 

Su objetivo es hacer lo que acusan: colonizar las almas de los niños y jóvenes en los colegios de Bolivia, para que, en vez de fe cristiana, tengan la misma ideología resentida. Por eso obligaron el cierre de la normal católica, e imponen un currículo anticristiano. Y su concepto de consensuar, es a través de gases lacrimógenos.   

Esto sucede también porque no han tendido una experiencia personal y comunitaria de encuentro con Cristo Jesús. Según el Evangelio, “cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos”, precisamente porque lo habían conocido personalmente como como “el Salvador del mundo” se hicieron discípulos, seguidores, parte de su familia la Iglesia.  

Queridos hermanos, sepa lo que está en juego. Que la nueva generación pueda decir lo que la Hna. Terezinha sabía al consagrarse a Dios: “nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Jesucristo es verdaderamente el Salvador del mundo”. 

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