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Mons. Pesoa: “Hoy se nos pide que seamos luz del mundo por medio de nuestras obras”

Prensa CEB 19.03.2023. Mons. Aurelio Pesoa, obispo del Vicariato Apostólico de Beni y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, en su homilía de este domingo cuarto de Cuaresma dijo que la palabra de Dios es clara y nos invita a reflexionar y meditar aquello que Dios quiere de cada uno de nosotros, “Dios no mira las apariencias del ser humano, va más allá, solo con el corazón limpio, puro y sencillo recibe la bendición del Señor solo aquel que es limpio de mirada y sentimiento”, manifestó.

“En este cuarto domingo de cuaresma el evangelio nos invita a ser hijos de la luz, y ¿cómo nos convertimos?, alejándonos de las tinieblas que conducen al pecado y muerte, alejándonos de todo aquello que produce pecado, ofensa y desprecio, no solo a Dios sino al ser humano. Tengamos presente que es Jesús la luz verdadera, y por eso hoy se nos pide que seamos luz del mundo, por medio de nuestras obras, no de interés y beneficio, obras que no busquen que el beneficio sea económico, político o social, obras limpias que salgan desde el sentimiento del corazón y del deseo por hacer el bien al prójimo”, expresó Mons. al explicar el evangelio que muestra la curación del ciego de nacimiento, “nos hace saber que la salvación de Dios es la luz que da vida, el relato del milagro es una señal de que nuestra propia sanación espiritual y corporal debe ser obra de Dios”, sostuvo.

“Que Dios siempre los bendiga y les fortalezca para ser responsables con aquello que Dios les ha concedido, Él les ha bendecido con el milagro más grande del mundo, la vida de un hijo, felicidades papás; ser papá es la única profesión en donde primero se le da el título y después se cursa la carrera, Dios los bendiga”, fue también parte del mensaje de Mons. Aurelio Pesoa en este día en el que Bolivia celebra a los papás.

A continuación la homilía completa.

Domingo cuarto de Cuaresma
Jn. 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38
19 de marzo de 2023 (A)
“Yo soy la luz del mundo”

1.- La primera lectura nos invita a reconocer que Dios no mira las apariencias del ser humano. Solo el corazón limpio, puro y sencillo recibirá abundantemente la bendición del Señor.

En este cuarto domingo del tiempo de Cuaresma, la lectura del Evangelio nos convida a ser hijos de la luz. ¿Cómo nos convertimos en hijos de la luz? Alejándonos de las tinieblas que conducen al pecado y a la muerte.

Tengamos presente que es Jesús el Resucitado la luz verdadera del mundo, hoy se nos pide que seamos luz del mundo, por medio de nuestras obras. La curación del ciego de nacimiento nos hace saber que la salvación de Dios es la luz y la vida. El relato del milagro es una señal de que nuestra propia sanación espiritual y corporal debe ser obra de Jesús. Nuestro mundo se va haciendo mezquino, el ser humano se cree dueño de lo que no le pertenece

Jesús se revela como la luz; “mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo” por tanto el mal en el mundo y en el hombre no pueden venir de Dios, el mal viene porque el ser humano lo permite y lo acoge en su vida. El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, fue creado para la vida eterna. La ceguera es símbolo de la ausencia de la luz verdadera, que es la fe en Dios. Jesús es la luz del mundo. Mientras Él está en el mundo todos tienen el derecho beneficiarse de su luz. No dejemos que nos arrebaten los valores cristianos y la fe en Dios.

2.- Creer en Jesús significa tener fe que conduce a la vida eterna. El ciego de nacimiento fue obediente a las palabras de Jesús, fue y se lavó y veía bien. Cuantos ciegos y no necesariamente de nacimiento hay en el mundo. Ciego que ven en una sola dirección y se pierden la belleza de la vida. Debemos recordar que Dios no oprime, no busca someter al ser humano, Él es la verdad y la vida y por tanto luz para ver la vida.

El ciego, del Evangelio, recibió la vista no solo del cuerpo, sino del alma. Descubrió que Jesucristo era el enviado de Dios, por eso al encontrarse de nuevo con Él hace profesión de fe “Creo, Señor”. La fe cristiana consiste afirmar, verdaderamente, y estar seguro que Jesús es el hijo de Dios. Él es la luz para este mundo enceguecido por el poder y el deseo de dominio del prójimo.

La acción en la curación que hace Jesús “puso barro sobre los ojos del ciego” y lo envió a lavarse a la piscina de Siloé; el hombre fue se lavó y volvió viendo. Jesús dio la vista a quien la necesitaba, no esconde ni es mezquino con el bien el milagro nos invita a reconocer que la existencia humana es frágil. Tenemos necesidad de Dios para ver y reconocer que siempre seremos criaturas pasajeras.

El ciego recibió no solo la vista, sino la valentía para reconocer que Aquel que le devolvió la vista era el Señor. La fragilidad humana no significa ser negligente a la hora de reconocer las cosas buenas que recibimos de Dios. La palabra de Dios hoy, es muy actual, nos llama a ser generosos, a sembrar y cultivar el bien, aplicando a nuestra vida el refrán de: hacer el bien sin mirar a quien.

3.- La lucha que los creyentes debemos enfrentar son muchos. Sobre todo, en los tiempos actuales en donde a muchos la Palabra de Dios les causa molestia, porque les cuestiona el comportamiento. Al ser humano le cuesta aceptar a Jesús como el Mesías. Que el mundo actual acepta más la ceguera de la oscuridad, que la luz del bien que conduce a la vida.

Dejemos que la palabra de Dios llegue a cada uno de nosotros, y sane la ceguera para ver con claridad la vida que nos ha regalado para que seamos sembradores de vida, rescatando los valores humanos y cristianos de: la fortaleza, el honor, la lealtad, el amor al prójimo, la valentía, el coraje y la lealdad.

Finalmente, en este día del padre en nuestro país, felicidades a los padres de familia, hoy es un día muy especial para ustedes. Dios los ha bendecido con el milagro más grande del mundo, la vida de un hijo, a lo mejor dos o tres. Felicidades, ser papá es la única profesión en donde primero se le da el título y después se cursa la carrera, Dios los bendiga. Así sea

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