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May

Monseñor Pesoa: “Como Iglesia condenamos estás acciones y nos solidarizamos con las víctimas y que la justicia haga su trabajo, pero de manera efectiva”

Prensa CEB 7.05.2023.- Desde la Catedral Santísima Trinidad en el Beni, monseñor Aurelio Pesoa Ribera, Vicario Apostólico de esa ciudad y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, en su homilía expresada hoy se refirió al caso de pederastia cometido por una sacerdote jesuita, manifestando que como Iglesia condenan estas acciones, solidarizándose con las víctimas y esperan que la justicia boliviana haga su trabajo de manera efectiva.

“Como bien sabemos, como Iglesia en los días pasados y ante la denuncia de pederastia hemos vivido la noticia con mucho dolor el delito de uno de sus hijos, al respecto y eso creo que no es extraño, se han vertido comentarios y opiniones de toda índole y ello de acuerdo al modo de pensar y entender el hecho”, dijo.

La autoridad eclesial agregó que se han escuchado palabras de condena de toda índole, incluso despertando contra la Iglesia sentimientos de odio, buscando desacreditarla.

“Se ha escuchado palabras de condenas, palabras de reproche, de rabia, palabras de molestias y no es para menos, por aquello que ha sucedido, pero también debemos decir que no ha sido extraño que en otros, haya despertado contra la Iglesia sentimiento de odio o buscando desacreditarla totalmente, olvidando todo lo bueno que seguramente se ha hecho y se continuará haciendo, principalmente en aquellos a quienes les molesta el compromiso evangélico de la Iglesia  porque también no conocen y no conocemos a la Iglesia”, argumentó.

En el Comunicado de la secretaria general emitido desde la CEB hace algunos días, se afirma que la Iglesia condena estas acciones, solidarizándose con las víctimas que han sufrido estos hechos de abuso, “y podemos decir, esperamos que la justicia haga su trabajo pero de manera efectiva”.

Frente a estos hechos dolorosos y condenables, monseñor Pesoa pidió a sus feligreses que se dieron cita al lugar, hacer un camino de purificación en la Iglesia, con la valentía de poder recorrerlo para encontrar la verdad y la vida, “por supuesto sin olvidar que Jesucristo resucitado es el camino a la verdad y la vida y que sigue caminando con nosotros y seguirá caminando con nosotros a pesar del pecado humano y a pesar del pecado de sus hijos y el  mismo nos invitará a seguir fomentando y cultivando y haciendo el bien para desterrar o desterrando todo aquel  mal, que en muchas oportunidades, está en el ser  humano, está en la  persona”, reflexionó.

Pidió además, que el Espíritu Santo resucitado, fortalezca la fe y la vida para que nadie se desanime frente a estos acontecimientos, sino que más bien, se fortalezca la verdad para un compromiso por la vida, “en ese camino que debemos peregrinar mientras vivimos en este mundo que el Dios de la vida, que el Dios que es el camino y que el Dios que es la verdad, nos ayude a comprometernos por defender lo bueno, por defender y hacer siempre el bien. Dios nos acompañe y Dios siga guiándonos. Así sea”.

En este Quinto Domingo de Pascua, la homilía hacia referencia al Evangelio de Juan. 14, 1-12, ““Yo soy el camino la verdad y la vida”, que narra el pasaje de lo que viene a llamarse el comienzo del discurso de despedida de Jesús.  Se Anuncia la pronta partida de Jesús al encuentro en la gloria del Padre y es el que motiva a realizar algunas preguntas y peticiones de parte de los apóstoles, Tomás y Felipe.  Al mismo tiempo causa tristeza y desaliento.

“El Señor no se va definitivamente, se va para volver y estar de nuevo en medio de ellos.  Así toda la esperanza cristiana descansa en la promesa del retorno del Señor.  Aunque la Iglesia en el caminar de su historia sufra turbaciones o tormentos ella siempre confiará porque sabe que no será nunca abandonada por Cristo.  Él seguirá presente y de manera real, porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida”.

A continuación, la homilía completa de Mons. Aurelio Pesoa Ribera:

Quinto Domingo de Pascua

Jn. 14, 1-12

07 de mayo de 2023 (A)

“Yo soy el camino la verdad y la vida”

1.-  El evangelio de este domingo, narra el pasaje de lo que viene a llamarse el comienzo del discurso de despedida de Jesús.  Anuncia la pronta partida de Jesús al encuentro en la gloria del Padre.  El anuncio motiva algunas preguntas y peticiones de parte de los apóstoles, Tomás y Felipe.  Al mismo tiempo causa tristeza y desaliento.

El Señor no se va definitivamente, se va para volver y estar de nuevo en medio de ellos.  Así toda la esperanza cristiana descansa en la promesa del retorno del Señor.  Aunque la Iglesia en el caminar de su historia sufra turbaciones o tormentos ella siempre confiará porque sabe que no será nunca abandonada por Cristo.  Él seguirá presente y de manera real, porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida.

Jesús es el Camino que conduce a la presencia del Padre, y a través de Él llegamos al conocimiento del Padre a quien nadie nunca ha visto jamás, pero está en el Hijo.  Para conocer al Padre mediante el Hijo, es importante ver y conocer a Jesús con ojos, desde de la fe.

Cristo es la Vida, la vida eterna consiste en conocer al Padre que está presente en el Hijo.  Para los discípulos de Jesús no queda otro camino que caminar por el camino que Él indica que lleva a conocer la verdad, que nos hace libres y nos enseña a vivir la vida verdadera.  La obra de Jesucristo es la Iglesia que es la continuación del mismo Cristo en el mundo y en la historia.

2.-  Jesucristo hoy, y a pesar de las dificultades en el mundo, sigue repitiendo: “No se turbe su corazón, crean en Dios y crean también en mí” porque yo estaré siempre con ustedes hasta el final de los tiempos.

Es el mismo Jesús quien nos explica el sentido de las tres palabras: Camino, Verdad y Vida.  Él mismo es el camino, porque “Nadie va al Padre sino por mí”.  La vida y el mensaje de Jesucristo señalan que el camino es la práctica del amor a Dios y a los hermanos.  Sin Camino, no se puede caminar ni avanzar.

Jesús es la Verdad, porque viéndole a Él, podemos ver la imagen del Padre.  Sin la Verdad difícilmente se acierta, no hay claridad y todo es confusión.  Jesús es la Vida y siguiendo sus pasos nos uniremos a Él y al Padre y de esa manera tendremos vida en nosotros.  Sin vida, es lo mismo que decir: una vida sin Dios, donde se campea el dolor, la muerte y la destrucción.  Estamos llamados ha hacer que Dios de sentido a toda la vida.

3.-  Como Iglesia en los días pasados, ante la denuncia de pederastia, hemos vivido la noticia con mucho dolor el delito de uno de sus hijos.  Al respecto se han vertidos comentarios y opiniones de acuerdo al modo de pensar y entender el hecho.  Se ha escuchado condena, reproche, rabia, molestia y no es para menos, de lo sucedido.  Pero también, no ha sido extraño que en otros haya despertado, contra la Iglesia, sentimientos de odio, o buscando desacreditarla totalmente, principalmente en aquellos que les molesta el compromiso evangélico de la Iglesia y también porque no la conocen.

El comunicado de los Obispos afirma: “Como Iglesia, condenamos estas acciones y nos solidarizamos con las victimas que han sufrido hechos de abuso…” y esperando que la justicia haga su trabajo de manera efectiva.  Estos hechos dolorosos y condenables serán motivos para hacer un camino de purificación en la Iglesia.  Sin olvidar que Jesucristo resucitado es el camino la verdad y la vida y sigue caminado con nosotros y nos invita a seguir fomentando, cultivando y haciendo el bien y desterrando el mal.

El Espíritu de Jesús Resucitado fortalezca nuestra fe y nuestra vida para no desanimarnos en nuestro peregrinar.  Así sea.

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