Mons. Galván: “Necesitamos introducirnos en el amor de la Santísima Trinidad”
Prensa CEB 04.06.23.- En la Solemnidad de la Santísima Trinidad, celebrada por la Iglesia Católica en todo el mundo, el Mons. Percy Galván, arzobispo de la Arquidiócesis de La Paz, compartió un mensaje de reflexión dando a conocer la identidad de Dios trino, tres personas en un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Alentó a los fieles a introducirse en el amor de la Santísima Trinidad para profundizarlo en la vida cristiana: “Un amor eterno, un amor en esta y otra vida; desinteresado, que se dona, se entrega, se regala; un amor divino, un amor salvífico”, sostuvo.
En su homilía, el arzobispo recordó el inmenso amor que Dios nos tiene y del que relata el evangelio de san Juan hoy (Jn 3, 16-18): “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. A partir de esta afirmación, el Mons. Percy Galván habló de las funciones específicas de cada uno, invitando a reflexionarlas y profundizarlas en nuestra vida cristiana.
Dios Padre Creador
“Dios padre amoroso crea y da vida”, con esta afirmación, el prelado destacó la figura de Dios Padre. La enseñanza de la primera persona de la Santísima Trinidad es que debemos respetar nuestra propia vida, ya que es un mandato divino y la voluntad de un Dios Padre amoroso que nos ama.
Ninguna persona que tenga fe puede quitarse la vida, ya que esta no nos pertenece, sino que se nos da como un regalo divino. Bajo la misma perspectiva, nadie tiene el derecho de arrebatar la vida de otro, ya que también han recibido ese don de Dios.
Asimismo, el Mons. Percy Galván exhortó a respetar toda la creación, ya que “somos criaturas que debemos continuar en el cuidado y crecimiento de la creación, hecha por el amor de Dios”.
Dios Hijo Salvador
El Mons. Galván subrayó el papel de Dios Hijo como Salvador a través del perdón. El Hijo de Dios nos salva, y nosotros, siguiendo su ejemplo, debemos tener paciencia, comprensión y aprender a perdonar. No nos corresponde juzgar ni condenar a los demás, sino perdonar, incluso si eso implica sacrificio personal y libertad.
En esta solemnidad de la Santísima Trinidad, se nos invita a buscar la reconciliación, el perdón y el encuentro, tanto en nuestras familias como en el ámbito laboral y en la sociedad, entre hermanos bolivianos de diferentes etnias, como aymaras, quechuas y guaraníes.
Dios Espíritu Santo Fortalecedor
El Mons. Galván destacó la presencia del Espíritu Santo, que nos fortalece, protege y defiende. Reconoció que hay muchas cosas a las que no podemos dar respuesta y habló sobre el deseo que tenemos de mejorar nuestros hogares. “Quisiéramos que sean diferentes nuestros padres y hermanos, que sea diferente nuestro país, pero no está en nuestras manos”, señaló.
En medio de esta realidad, es el Espíritu Santo quien nos guía hacia el camino correcto en la construcción de personas y familias mejores, así como en la búsqueda de una sociedad más pacífica. El Espíritu nos muestra un camino mejor para que seamos capaces de vivir la felicidad que viene del Señor. “El Espíritu nos va a mostrar el camino por donde podemos aportar un granito para una Bolivia mejor, capaz de vivir la paz y la felicidad que viene del Señor”, finalizó.