Mons. Leigue: «En este ambiente de dolor y tristeza que vivimos por los feminicidios, infanticidios, narcotráfico y droga, el Señor nos dice; “No tengan miedo”
Prensa CEB 26.06.23.- «En este ambiente de dolor y tristeza que vivimos por los feminicidios, infanticidios, narcotráfico y droga, el Señor nos dice; “No tengan miedo”, afirmó el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leigue Cesarí, este domingo 25 de junio, desde la Basílica Menor de San Lorenzo – Catedral.
“A pesar de tantos problemas y dificultades que estamos viviendo, Dios no nos deja solos, Él está ahí para darnos ánimo para seguir adelante”.
“La Iglesia es como cualquier Institución, está formada por personas, y no somos todos los que hacemos o cometemos crímenes o cometemos delitos”.
“Así como es en cualquier Institución, aquella persona que comete algún delito dentro de la Iglesia, también pagará por lo que hace”.
“No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma, teman más bien a aquel que puede arrojar el cuerpo y el alma al infierno, y quien es ese, es Dios”.
“Como personas humanas y frágiles que somos, podemos cometer muchos errores, pero si verdaderamente hay arrepentimiento, Dios está ahí para perdonarnos”.
“El Señor nos invita a revisar nuestra relación con Él, y nuestra relación con los demás”.
“Cuando cometemos un error en la sociedad, muchas veces nosotros los humanos, no somos capaces de perdonar, o dejarnos guiar por el Señor para saber pedir perdón”.
“Muchas veces por quedar bien ante las personas, renegamos de nuestra fe, negamos a Dios, y eso está pasando en nuestra sociedad”.
“El Señor nos llama, el Señor quiere estar con nosotros, el Señor no se aparta de nosotros, también nosotros, no nos apartemos de Él”.
Homilía de Mons. René Leigue -Arzobispo de Santa Cruz
Basílica Menor de San Lorenzo- 25-06-2023
En este ambiente de dolor y tristeza que vivimos por los feminicidios, infanticidios, narcotráfico y droga, el Señor nos dice; “No tengan miedo”.
En este ambiente que vivimos, en el que hay tantos problemas, incertidumbre, dolor y tristeza por todo lo que pasa, como son los feminicidios, infanticidios, narcotráfico, droga en algunos lugares públicos, eso es todo lo que vivimos. Cada día escuchamos diferentes noticias de esta índole, hoy el Señor nos dice; “No tengan miedo”, estas cosas que están pasando, si bien sabemos, no somos todos, no es toda la sociedad, no somos todos los que vivimos en esta sociedad, pero si que preocupa, y aquí el Señor nos está advirtiendo hoy, a no tener miedo.
A pesar de tantos problemas y dificultades que estamos viviendo, Dios no nos deja solos, Él está ahí para darnos ánimo para seguir adelante
Se escuchará como dice la primera lectura del profeta Jeremías que dice; se escuchan murmuraciones, se escuchan decir tantas cosas, para ver en que momento pueden agarrarlo y destruirlo por todo lo que dice, y por qué no están de acuerdo con lo que él dice como profeta, yo estoy confiado porque el Señor está conmigo, la presencia de él está ahí. Podemos tener problemas, muchas dificultades, preocupaciones y dolor por todo lo que pasa, pero a pesar de eso, Dios está ahí, y esa es la confianza que tenemos, por lo tanto, esa palabra del Señor que nos dice; “No tengan miedo”, eso nos da ánimo para seguir adelante.
No teman a aquellos que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma, en esta sociedad que vivimos, hay algunos que quieren destruirnos.
En el Evangelio hemos escuchado; No teman a los hombres, no hay nada oculto que no llegue a saberse, hasta el secreto más escondido, puede darse a conocer, y todo eso depende mucho de nosotros, hay cosas que hasta cierto momento se pueden ocultar, pero llegará el momento en que se dará a conocer y ¿quién lo da a conocer?, muchas veces somo nosotros mismos, porque algo que se oculta, algo que no es correcto, que no es bueno, no siempre resiste la persona, a estar en silencio. El Señor dice; llegará su momento en el que se pueda dar a conocer. No teman a aquellos que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma, es decir, en esta sociedad que vivimos, hay algunos que quieren destruirnos.
La Iglesia es como cualquier Institución, está formada por personas, y no somos todos los que hacemos o cometemos crímenes o cometemos delitos.
Así como es en cualquier Institución, aquella persona que comete algún delito dentro de la Iglesia, también pagará por lo que hace.
Las semanas pasadas hemos pasado momentos muy difíciles en la Iglesia, muy complicados, muy dolorosos y ¿qué hemos escuchado decir? Que la Iglesia es esto, que la Iglesia es aquello, esos son aquellos que quieren destruir una Institución como tal. Pensar que dentro de la Iglesia como es cualquier Institución, estamos formados por personas, y no somos todos los que hacemos o cometemos crímenes o cometemos delitos, pero a veces se lo quiere ver como la Institución que es la que hace todo esto, y son personas no, son personas. Así como es en cualquier Institución, aquella persona que comete algún delito, algún problema dentro de la Iglesia, también pagará por lo que hace, pero es una persona, es un miembro de la Iglesia.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma, teman más bien a aquel que puede arrojar el cuerpo y el alma al infierno, y quien es ese, es Dios.
Lo pecados son personales, y no por el pecado que yo cometa, voy a contaminar al otro, a veces, cuando se trata de la Iglesia se lo ve así, como Institución que somos todos malos, y no es así, y por eso se dicen tantas cosas de la Iglesia. El Señor nos dice; No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma, teman más bien a aquel que puede arrojar el cuerpo y el alma al infierno, y quien es ese, es Dios, entonces nuestro temor es a Dios y ahí es donde tenemos que estar nosotros atentos, atentos a aquello que Dios nos dice, y no alejarnos de Él, no abandonarlo a Él, como personas que somos, frágiles, humanos, podemos cometer muchos errores, pero si verdaderamente hay un arrepentimiento, Dios está ahí para perdonarnos. Cuando cometemos un error en la sociedad, muchas veces nosotros los humanos, no somos capaces de perdonar, o dejarnos guiar por el Señor para saber pedir perdón. A veces somos más complicados nosotros los humanos, Dios está ahí para ayudarnos, Dios está ahí para guiarnos, y así dice la lectura, más bien, a Él hay que tener miedo, Él puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno, perdernos por completo. El Señor nos invita a revisar nuestra relación con Él, y nuestra relación con los demás.
Si Dios es tan grande y tan misericordioso, porque nosotros no podemos serlo.
Todo lo que ustedes son, Dios lo conoce, no hay nada que Dios no pueda conocer de nosotros, y por lo tanto Él dice; no pueden ustedes alejarse de Él, porque ustedes son más importantes que cualquier otra criatura. Nosotros cuando hemos sido creados como humanos, Dios ha dicho que ha sido lo máximo de la creación, y de hecho somos como personas lo máximo de la creación, por lo tanto, tenemos que estar agradecidos con el Señor, y Él no quiere que nadie se pierda, por lo tanto, cada vez que nos dice algo, nos está diciendo, a ustedes les hablo, a ustedes les digo esto e mi palabra, y con ustedes quiero caminar, a pesar de sus dificultades y a pesar de sus problemas, a pesar de tantas cosas que pueden cometer, solamente les pido una cosa; que se arrepientan de lo que hagan y de ahí en adelante, hagan las cosas mejor, eso es lo que Dios espera de nosotros, y no nos condena de hecho, como somos los humanos, que por algo que hemos cometido, nos condenan muchas veces de por vida, y esos son los que matan el cuerpo, esos son los que matan toda ilusión de una persona, están condenados en vida, y eso no debe ser así, si Dios es tan grande y tan misericordioso, porque nosotros no podemos serlo, cuesta hacerlo no. A veces hablamos mal de las personas solamente por lo que escuchamos, pero no por lo que sabemos o conocemos a la persona, y eso es lo que el Señor condena, no tiene que pasar esto entre nosotros.
El Señor nos dice; El que me reconozca abiertamente ante los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre que está den el cielo.
Tenemos que tener la capacidad de reconocer nuestras debilidades, nuestros problemas y si realmente somos causantes de algún problema, tenemos que pagar por ello, nadie está libre de todo esto, pero sí hay una condición para volver al camino correcto, el arrepentimiento radical, eso es lo que el Señor espera de nosotros. El Señor nos dice; El que me reconozca abiertamente ante los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre que está den el cielo, ¿nosotros tenemos esa fuerza para hablar de Dios?, o nos da vergüenza hablar de Él, frente a todos los problemas que pasamos, pareciera que nos da vergüenza hasta inclusive ser de la Iglesia Católica, el Señor aquí nos dice directamente, “el que me reconozca abiertamente delante de los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre”, aquí el Señor nos está diciendo, si tú me reconoces como tu Salvador, Yo estaré contigo, y te presento delante de mi Padre como un discípulo valiente, como alguien que, a pesar de sus problemas, NO RENEGÓ DE MÍ, y viene la segunda parte, pero yo lo negaré ante mi Padre que está en el cielo, de aquél que reniegue de mí, ante los hombres.
Muchas veces por quedar bien ante las personas, renegamos de nuestra fe, negamos a Dios, y eso está pasando en nuestra sociedad.
Muchas veces por quedar bien ante las personas renegamos de nuestra fe, negamos a Dios, y eso está pasando en nuestra sociedad, algunos por quedar bien delante de algunas personas, están renegando de su fe, están renegando de Dios, o dentro de un templo se muestra que tiene fe en Dios, pero cuando salen de aquí del templo y están en otros lados, se olvidan de lo que son como cristianos, y el Señor es claro en esto, no nos estamos inventando nosotros no, es lo que dice Jesús; El que reniegue delante de los hombres de mí, Yo también lo negaré delante de mi Padre. ¿A quien tenemos que hacer caso nosotros? ¿A Dios o los hombres?, ¿con quién tenemos que congraciarnos? ¿con Dios o con los hombres? Y ¿en quién tenemos que confiar? ¿en Dios o en los hombres? ¿En quién tenemos la confianza que tiene el poder por la eternidad? ¿Dios o los hombres? Sabemos que nosotros como humanos tenemos el poder, o lo tienen algunos por una temporada, Dios tiene el poder eternamente, entonces no podemos nosotros salirnos del camino de Dios, por estar bien con alguien, mientras está ahí y cuando esa persona se va ¿qué es de nosotros? Es ahí donde el Señor nos advierte esto, no renegar lo que somos, no renegar de Dios, porque Él también delante del Padre hará lo mismo, si es que nosotros no somos fieles a lo que Él nos dice.
El Señor nos llama, el Señor quiere estar con nosotros, el Señor no se aparta de nosotros, también nosotros, no nos apartemos de Él.
Tengamos en cuenta esto, el Señor nos llama, el Señor nos invita, el Señor quiere estar con nosotros, el Señor no se aparta de nosotros, también nosotros, no nos apartemos de Él. Que seamos fieles a su seguimiento, a pesar de las dificultades y lo que puedan decir de nosotros, porque a lo mejor, porque somos parte de esta Iglesia y por lo que algunos miembros de la Iglesia cometen, nos miran a todos que somos iguales, no es así, y no por eso vamos a renegar de los que somos y donde estamos. Les invito a todos ustedes a que realmente vean ese seguimiento al Señor, esa fe que tienen ¿están firmes en el seguimiento al Señor? O están por ahí más o menos, que delante de Dios sí, pero después me olvido de lo que soy. Pidamos al Señor, que nos de esa fortaleza para siempre decir sí al Señor, en cada una de las actividades y lo que somos nosotros como cristianos. Que así sea.
Fuente: https://campanas.iglesiasantacruz.org/