Mons. Antonio Reimann: La importancia de la escucha en el proceso sinodal
Prensa CEB 14.07.2023.- Este mes de julio, Mons. Antonio Reimann, obispo del Vicariato Apostólico de Ñuflo de Chávez, habla de la importancia de la escucha que acompaña el proceso sinodal a nivel local y universal, destacando el Instrumento de trabajo para el Sínodo que dice: “Esta toma de conciencia es fruto de la experiencia del camino sinodal, que es una escucha del Espíritu por medio de la escucha de la Palabra, de la escucha de los acontecimientos de la historia, y de la escucha recíproca entre los individuos y entre las Comunidades eclesiales”.
Importancia de la Escucha en el proceso sinodal
En esto días, desde la Conferencia Episcopal Boliviana, llegó a nuestras manos un documento sinodal llamado “Instrumentum Laboris” – Instrumento de trabajo – que contiene un resumen del aporte recogido de la fase de escucha y de las diócesis, y de las Asambleas continentales. Su publicación cierra la primera fase del Sínodo bajo el lema: “Por una Iglesia sinodal – comunión, participación, misión”
En nuestro Vicariato los diferentes sectores: Sacerdotes, Vida Consagrada y Laicos, hemos priorizado los tres enfoques sinodales: caminar juntos, corresponsabilidad en la Iglesia, y escucha. Del impacto de estos tres enfoques, o en caso contrario, de la falta de arraigo, como prioridades en la vida nivel parroquial, trataremos en nuestra Asamblea intermedia el día sábado, 1 de julio. Lo mismo será el tema para los sacerdotes en su encuentro mensual, el 10 de julio en Ascensión de Guarayos, y el día 22 de Julio en la comunidad de Puerto Rico para la Vida Consagrada.
Qué importante, y fundamental es la actitud de escucha, que acompaña a este proceso sinodal a nivel local y universal, lo descubrí mejor a través del siguiente acontecimiento. En San Javier, después de la Eucaristía, en la Vigilia de la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, pude estar presente en el concierto del coro y orquestra de esta parroquia. Antes de ejecutar una obra reinaba un silencio total, que ayudó a afinar los instrumentos de cuerda; luego los músicos pusieron la mirada en el director del conjunto, quien con una señal de la mano les impulsó a tocar y cantar. La armonía de las voces polifónicas de varones y mujeres, como la sinfonía de la música, llenaba el templo misional y los corazones de los oyentes.
De la importancia de la ESCUCHA, el Instrumento de trabajo para el Sínodo dice lo siguiente: “Esta toma de conciencia es fruto de la experiencia del camino sinodal, que es una escucha del Espíritu por medio de la escucha de la Palabra, de la escucha de los acontecimientos de la historia, y de la escucha recíproca entre los individuos y entre las Comunidades eclesiales, desde el nivel local hasta el continental y universal,… siguiendo el ejemplo de cómo Jesús escuchaba a las personas con las que se encontraba. Este estilo de escucha está llamado a marcar y transformar todas las relaciones que la comunidad cristiana establece entre sus miembros, con otras comunidades de fe y con la sociedad en conjunto, especialmente con aquellos cuya voz se ignora más a menudo” (22).
Como fruto de la escucha, el Instrumento de trabajo, señala en los números 23 al 31 lo siguiente:
- Una Iglesia sinodal desea ser humilde, sabe que debe pedir perdón y que tiene mucho que aprender.
- Una Iglesia sinodal es una Iglesia de encuentro y diálogo.
- No teme la variedad de la que es portadora, sino que la valora sin forzarla a la uniformidad.
- Es abierta, acogedora y abraza a todos en el espíritu de amor y verdad (cf. Ef 4,15-16).
- Tratar de caminar juntos, también, nos pone en contacto con la sana inquietud de lo incompleto (cf. Jn 16,12).
- Es una Iglesia que se alimenta incesantemente del misterio que celebra en la liturgia, cumbre de la que nace la actividad de la Iglesia y es fuente de donde mana toda su fuerza.
- Es también una Iglesia del discernimiento, a prestar más atención a lo que el Espíritu dice a las Iglesias” (Ap 2,7).
Queridos Hermanos y Hermanas
Al concluir este mensaje es bueno que nos preguntemos todos: ¿Qué importancia doy en mi diario vivir al silencio cargado de escucha?
¿Qué frutos de la escucha, mencionados en el instrumento de trabajo puedo observar en mi vida cristiana y en la vida parroquial?
¿Lleno el ambiente, donde vivo, de harmonía o soy causa de discordia?
Pongamos en las manos de María, bajo la advocación de la Virgen del Carmen, la preocupación por la escucha silenciosa de la Palabra de Dios, para llenar nuestra vida y la de nuestros hermanos de la paz, silenciosa y sonora, que brota de comunión, de la participación y de la misión.
Fraternalmente,
+Antonio B. Reimann, OFM.