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Eucaristía de Acción de Gracias por el Reconocimiento de la Santa Sede a la Universidad Católica Boliviana «San Pablo»

Prensa CEB 06.09.203.- Con una Eucaristía de Acción de Gracias celebrada en la Capilla de la Universidad Católica Boliviana «San Pablo», sede La Paz, se realizó el reconocimiento de la Santa Sede a esta Casa Superior de Estudios, por su aporte a la cultura y educación boliviana.

La homilía fue pronunciada por Mons. Giovanni Cesare Pagazzi, Secretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación, quien reflexionó sobre el saludo amable y llevar la esperanza en un mundo hostil.

Saludar es un elemento esencial de nuestra vida

Citando las palabras de San Pablo en su carta a los colosenses, el prelado destacó la importancia del saludo en la vida humana y cómo este gesto va más allá de las formalidades: “Cuando el niño devuelve el primer saludo recibido ante la sonrisa de la madre, es el paso del fuego de una vela encendida a otra aún sin encender”, explicó y aseguró que este acto de saludar se convierte en un elemento esencial de nuestra vida social.

El Mons. Pagazzi señaló que los saludos introducen y sellan, confirman y restablecen, abren y cierran los encuentros, siguiendo rituales antiguos y preciosos, “no respetar este gesto esencial es considerado un grave indicio de falta de buenos modales en cualquier cultura”. Los saludos de despedida, por otro lado, son un reconocimiento de que los reencuentros son misteriosos y a menudo más significativos de lo que parece.

El prelado destacó que las cartas del Nuevo Testamento, siempre comienzan y terminan con saludos, lo que demuestra que los saludos son “el marco adecuado para custodiar el Evangelio”, invitó  a proclamar el Evangelio de manera congruente, siendo hombres y mujeres que saludan.

La esperanza es la fuerza de Dios

El Mons. Pagazzi reflexionó sobre la importancia de la esperanza en la vida cristiana, citando a San Pablo, quien en la carta a los romanos afirma que «en esperanza hemos sido salvados», el obispo explicó que la fe o caridad que carece de esperanza está incompleta.

“La esperanza, es el agua que brota como un manantial en medio de la sequía, es la estima que no decae gracias a la certeza de que siempre hay algo apreciable; incluso en el enemigo, incluso en el dolor; es el aprecio hacia un mismo, hacia los demás: Las cosas, el mundo, la historia. La esperanza es la fuerza de Dios”, afirmó la autoridad eclesial.

En el contexto de la persecución a las primeras comunidades cristianas, el Mons. Pagazzi recordó las palabras de San Pedro, quien instó a los cristianos a vivir con esperanza en medio de un mundo hostil: “Incluso frente a la hostilidad abierta o solapada del mundo, no cabe la agresividad como respuesta, sino el testimonio del comportamiento Cristiano”, señaló.

El Mons. Pagazzi  dijo que la esperanza no debe llevar al aislamiento, sino al compromiso activo en el mundo: “Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con delicadeza”, pidió.

La concluyó pidiendo la intercesión de María Santísima, madre de la esperanza, y un llamado a que todos los presentes sean capaces de dar razón de la esperanza que guardan, comenzando por un simple gesto de saludo y amabilidad hacia los demás.

En la misa participaron autoridades eclesiales, autoridades universitarias, ejecutivos de la Conferencia Episcopal Boliviana, docentes, alumnos y otros invitados. Fue un momento de reflexión, renovación de la fe y acción de gracias para la comunidad académica de la Universidad Católica Boliviana «San Pablo».

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