Mons. Pascual Limachi: “El verdadero sentido de la vida cristiana es amar a Dios y al prójimo”
Prensa CEB 05.11.23.- Este domingo 5 de noviembre, desde la Basílica Menor de San Francisco en la ciudad de La Paz, el Mons. Pascual Limachi, obispo de la Prelatura de Corocoro y obispo responsable de la Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Boliviana, invitó a los fieles a tener un corazón humilde, vivir con autenticidad, dando testimonio de vida en el amor y el servicio a los demás.
Basando sus reflexiones en las lecturas dominicales, el obispo enseñó que los fariseos, en su tiempo, tenían actitudes de hipocresía y un doble comportamiento, les gustaba ocupar los primeros puestos y quedar bien con la gente viviendo una falsa santidad y de apariencia superficial. Ante esto, el obispo recordó que el Señor invita a tener un corazón humilde y buscar la autenticidad de la vida, haciendo de lado la incoherencia y la vanidad.
La autoridad eclesial explicó que un corazón humilde llevará al creyente a ser un autentico cristiano, ser hombres y mujeres de luz, que aman y perdonan, misericordiosos y compasivos. “Esto implicará ser de aquellos que no buscan los primeros puestos, aquellos espacios donde están las apariencias, las superficialidades y la búsqueda de poder, por encima de los humildes y sencillos”, dijo y reiteró que la enseñanza de Jesús consiste en ser humildes y ponerse al servicio de los demás.
Acerca de cómo vivir la autenticidad, el obispo Limachi pidió ser personas coherentes, tal como enseña el Evangelio: “Cristianos que aman y perdonan, viviendo con alegría y el servicio con humildad”. Insistió que “no es suficiente creer en Dios sin oración constante, no es suficiente engendrar hijos si no los educas, no es suficiente leer la Biblia si no la vivimos”.
El Mons. Pascual Limachi señaló que la vida cristiana no consiste solo en dejar el pecado desde un “puritanismo superficial”, sino que “el verdadero sentido de la vida cristiana es amar a Dios y al prójimo, haciendo el bien; es amar, perdonar y sobre todo servir”. Al concluir su homilía, el obispo alentó a vivir según en Evangelio de Cristo, con autenticidad y testimonio de vida en el amor y el servicio.
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