100 años de construcción de la Catedral «Santísima Trinidad» en el Beni
Prensa CEB 3.1.2024.- “En un país dividido por los distintos conflictos, les invito a que: como iglesia, pidamos al Buen Dios, que es fuente de la sabiduría y de toda verdad, que guie nuestros esfuerzos en la construcción de una sola Iglesia, Pueblo de Dios, para que entre todos cultivemos el entendimiento, fomentemos la reconciliación, la paz, la fraternidad, el dialogo sincero, buscando y haciendo que el bien común triunfe en beneficio de todos los bolivianos, benianos y trinitarios”, dijo en su homilía Mons. Aurelio Pesoa Ribera, la noche del 1 de enero del 2024 cuando presidía la misa de Acción de Gracias por los 100 años de la construcción de la catedral Santísima Trinidad en el Beni.
El Obispo del Vicariato Apostólico del Beni, también presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Mons. Aurelio Pesoa Ribera OFM, presidió la eucaristía del lunes 1 de enero de la presente gestión conmemorando los 100 años de la infraestructura de la Catedral «Santísima Trinidad», saludando en una primera instancia a Mons. Julio María Elías, y a Mons. Roberto Bordi Catinari, obispos Emérito de esa jurisdicción, así como al Cabildo Indígena y autoridades que se dieron cita al lugar.
En esta fecha especial para los trinitarios, la autoridad eclesial rememoró en su homilía la historia del Vicariato, es así que citó a don Aniceto Arce, quien fue presidente de la República de Bolivia, y uno de los impulsores de la creación del Vicariato Apostólico del Beni.
«Las actas de la historia de ese tiempo dice: «En las últimas décadas del siglo XIX, el Supremo Gobierno de Bolivia, preocupado por la integración de los grupos étnicos dispersos a la vida nacional. Un medio para realizar esta tarea de integración era la creación de la Vicaría Apostólica»», contó.
Añadió que fue Aniceto Arce que en 19 de septiembre de 1890 promulga, como Ley de la República, el Decreto del Congreso Nacional por el que se erige una Vicaría Apostólica en el Departamento del Beni, que tendría por límites jurisdiccionales los mismos que comprenden a ese Departamento en lo político y administrativo. “Respectivamente autoriza al Poder Ejecutivo recabar del Romano Pontífice la autorización que le corresponde, el cuidado misionero es encomendado a la Orden Franciscana, abarcando la antigua Misión de Caupolicán y Yuracarés”, narró Mons. Pesoa.
Dijo además que la Iglesia Católica mantiene su fe y doctrina con algunos cambios que son fruto del caminar del mundo y que nuestro país no ha sido la excepción, y pone como ejemplo, la relación Iglesia – Estado, que a decir, de la autoridad eclesial, cambió, calificándolo que no es ninguna novedad.
Narra que, en 1961 La Constitución Política del Estado, en el Art. 3 decía que “el estado reconoce y sostiene la religión católica, apostólica y romana, garantizando el ejercicio público de todo otro culto”. Por otro lado indica que, “las relaciones con la Iglesia serán reguladas por acuerdo entre el Estado Boliviano y la Santa Sede», argumentó.
Recuerda que la Constitución Política del Estado (CPE) de 2009, en el Art. 4 indica: «El Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión».
Por lo que arguye que, si un país es laico, no significa prohibir a sus ciudadanos creer en Dios, “o que no tengan ninguna religión, o que se tenga que ignorar o negar todo el bien y la misión que ha desarrollado y sigue desarrollando la Iglesia católica. O el extremo que se quiera ignorar la fe de los ciudadanos; en donde una gran mayoría profesa la fe católica”, indicó Mons. Pesoa.
Continuando con su homilía el obispo del Vicariato del Beni mencionó a los obispos, a hombres y mujeres que aportaron en la conservación y cuidado de los lugares sagrados de la religión, así como cultivar la fe católica en el país, “con una actitud de entrega generosa ha sido más que evidente”.
“En este recorrido, me permito hacer memoria de los hermanos Obispos, Sacerdotes, Religiosos y Religiosas y laicos que han donado su vida y acompañado el caminar de esta iglesia del Beni. Aquellos que ya partieron a la casa de Dios Padre: Mons. Ramón Calvo y Martí, primer Obispo del Vicariato, Mons. Francisco Luna, segundo Obispo del Vicariato; Mons. Carlos Anasagasti. También los auxiliares Manuel Eguiguren y Mons. Francesco Focardi”, mencionó.
Casi al finalizar su mensaje a los fieles que se dieron cita hasta la Catedral «Santísima Trinidad», Mons. Pesoa dijo que en el andar de estos 100 años nunca han estado solos en esta tarea ya que antes otras personas dejaron su huella y testimonio de vida, “nos toca seguir y continuar en el contexto actual”, afirmó.
Asimismo, agradeció la vida y entrega de sus predecesores, al igual que los obispos Eméritos, los monseñores Julio María Elías Montoya y Roberto Bordi Catinari, a sacerdotes del Clero Diocesano, religiosos, religiosas y laicos de las distintas pastorales y movimientos que han servido y sirvieron en el vicariato, “agradezco a Dios por sus vidas y la de sus familias, implorando al mismo tiempo que el Altísimo derrame abundantes bendiciones para la vida”. dijo Mons. Pesoa.
“Finalmente, en un país dividido por los distintos conflictos, les invito a que: como iglesia, pidamos al Buen Dios, que es fuente de la sabiduría y de toda verdad, que guie nuestros esfuerzos en la construcción de una sola Iglesia, Pueblo de Dios, para que entre todos cultivemos el entendimiento, fomentemos la reconciliación, la paz, la fraternidad, el dialogo sincero, buscando y haciendo que el bien común triunfe en beneficio de todos los bolivianos, benianos y trinitarios. Así sea”. Puntualizó.
Fotos: Romy Suarez /periodista del Vicariato Apostólico del Beni