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 “Este domingo de la palabra es para corregir la distorsión de nuestro corazón”, señala el obispo de Pando

Prensa CEB 21.1.2024.- Hoy es domingo de la Conversión y Mons. Eugenio Coter, obispo del Vicariato Apostólico de Pando, exhortó en su homilía a que los hombres corrigen la distorsión de su corazón y ser pescador de hombres para sacar a la gente del mal y ayudar a dar vida a la humanidad.

Desde la capilla St. Martin de la Parroquia de Cristo Rey en Riberalta, el Obispo del Vicariato Apostólico de Pando, Mons. Coter, comenzó su homilía hablando de la primera lectura, la misma que se refiere a el profeta Jonás (3,1-5.10) que, siguiendo las instrucciones del Señor, se dirige a Ninivitas indicándoles que ha llegado el “tiempo oportuno”, que deben abandonar el mal camino y seguir a Dios.

“La primera lectura de Jonás, es un ejemplo, por que a veces la tentación de anteponer nuestro poder, demostrar que somos valientes, fuertes, castigando a los demás, es una tentación.  Este domingo de la palabra es para corregir la distorsión de nuestro corazón”, dijo el obispo.

En una segunda reflexión Mons. Coter habla de los “pescadores de hombres” y se refiere al hecho de que los apóstoles van por el mundo para anunciar esta buena noticia, “pescadores de hombres pero en la misión de Israel los pescadores eran gente que desafiaron el mar”, aclarando que el pueblo de Israel no era un pueblo de navegantes, “eran gente de tierra y la laguna, y el mar eran para ellos la muerte, era el mal”. Comentó.

Además, explica que, cuando Jesús les dice, “les haré pescadores de hombres” significa ayudar a sacar a las personas del mal, de lo que les destruye, “les ayudará a dar vida a esta humanidad” pero además de salir a flote de las situaciones que los matan, “esto es la promesa de Jesús, les haré pescadores de hombres”.

“Les ayudaré a dar vida a esta humanidad a no dejar que se hunda en la muerte, en el egoísmo, en la violencia, en el engaño en el robo, en el enfrentamiento, les sacaran de esta manera de vivir y les hará vivir de verdad”, reflexionó el obispo de Pando.

Refiere que la tarea de cada uno de nosotros es el de “nadar en tierra firme y no dejar que el mar se los trague”, agregando que, como discípulos de Jesús, se debe ayudar a sacar el mal, la muerte, lo negativo de las personas, dando así el testimonio del Evangelio y de la buena noticia, “esta es nuestra tarea, y es una tarea de todos los días, de sacar a la gente del mal, de lo que destruye la vida, es una buena tarea y una buena misión”, finalizó.

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