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Celebración de la  Misa Crismal de la Prelatura de Corocoro renueva la fe católica, con la bendición de los Santos Óleos y la renovación del compromiso sacerdotal

Prensa CEB 27.3.2024.- En la celebración de la Misa Crismal de la Prelatura de Corocoro, presidida por Monseñor Pascual Limachi, realizada en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Patacamaya, hizo un llamado a la renovación de la fe católica a los cristianos y procedió a la bendición de los Santos Óleos y reanudó el compromiso del ministerio sacerdotal.

“Esta celebración es una invitación a actualizar el don de nuestra pertenencia a la Iglesia de Cristo, pueblo de Dios en camino, y a gustar  la gracia de  la fraternidad. Y lo hacemos en torno al Altar, celebrando la eucaristía como una sola familia, como un solo cuerpo”, expresó Monseñor en la homilía.

Remarcó aspectos centrales del ministerio y que se expresa en las promesas sacerdotales. “Reafirmamos nuestro compromiso de cuidar la salud del ministerio, de dejarnos cuidar con el Señor, de custodiarnos los unos a los otros, para poder pastorerar a los que nos han sido encomendados”.

Dijo que la renovación de las promesas sacerdotales en la liturgia, se fijan en tres puntos. “El primero se centra en la voluntad de renovar la gracia de Cristo, tiene que ser redescubierta cada día, hoy es un día para hacer un pacto de jamás ceder a la tibieza. Estamos llamados a reafirmar nuestro compromiso con el Señor, si nosotros no ardemos en el fuego del amor de Dios, el mundo morirá de frío, porque la indiferencia del sacerdote se transforma en la ruina de la Iglesia.

Señaló que el segundo punto, se centra en Cristo, y el olvido de nosotros mismos. ¿Quieren unirse más fuertemente a Cristo y configurarse con él?, renunciando a ustedes mismos, reafirmando la promesa de cumplir los sagrados deberes que por amor a Cristo, aceptaron gozosos el día de su ordenación sacerdotal para el servicio de la Iglesia, cuestionó a los sacerdotes.

El tercer punto se refirió a la celebración de los sacramentos, la Eucaristía, la penitencia, y la predicación de la palabra como máxima expresión del celo de las almas encomendadas. ¿Quieren permanecer como fieles dispensadores de los ministerios de Dios en la celebración eucarística, y demás acciones litúrgicas?, y desempeñar fielmente el ministerio de la predicación como seguidores de Cristo, cabeza y Pastor.

“Cada celebración, cada confesión, y cada predicación es como una concreción en nuestra vida. Las palabras de Jesús: “Tomen y coman esto es mi cuerpo”, supone no solo ser Pastor, sino también ser pasto para poder alimentar a las almas. Queridos sacerdotes, la celebración con amor, la preparación profunda, el sacramento de confesión, serán el banquete, el alimento para el mundo”, compartió.

Dijo a los laicos, que son testigos de la renovación de las promesas de sus sacerdotes. “Por eso les pido siempre que oren por ellos, que María madre de Dios y Madre de la Iglesia y de los sacerdotes, nos aliente a todos ejercer con alegría y fidelidad el ministerio de su Hijo, que nos ha encomendado”, concluyó.  

Texto: Esther Rojas -Periodista CEB
Fotos: Prensa CEB

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