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Monseñor Coter, en la celebración de la Misa Crismal, exhortó a los sacerdotes a realizar su misión con pasión, como Jesucristo la tuvo por salvar la humanidad

Prensa CEB 26.3.2024.- En la celebración de la Misa Crismal realizada en la Catedral de los Santos Reyes del Vicariato de Reyes, Monseñor Eugenio Coter, Obispo del Vicariato Apostólico de Pando y Administrador Apostólico del Vicariato de Reyes exhortó a los sacerdotes, en la renovación de sus promesas sacerdotales y bendición de los santos óleos, a realizar su misión con pasión, como la tuvo Jesucristo para salvar la humanidad. 

“Queridos sacerdotes estamos llamados a renovar nuestros sentimientos, que es lo que nos marca, estar enamorado de Dios, un sacerdote que no está enamorado de Dios a lo mejor es un trabajador social.  Un verdadero enamorado de Dios es también enamorado de la humanidad, de la vida, de la gente”, compartió en la homilía.

Señaló que el desafió de los presbíteros es el de dejar que el “amor “crezca en su corazón”, el amor a Cristo, a la Iglesia,  a la humanidad, “esto es vivir con pasión”. “Jesús tomo positivamente la pasión y lo hizo expresión, cito San Agustín,  así Jesús tomo positivamente la pasión y la hizo expresión de la apropiación del hombre por parte de Dios”.

“Esta pasión se vuelve alegría en  Jesús, el sacerdote que vive con pasión siempre es positivo y es capaz, que en un mundo lleno de dificultades, meterle corazón, y repite con Jesús alégrense conmigo, porque esta oveja estaba perdida, alégrense conmigo porque he encontrado la moneda perdida, porque el hijo perdido ha sido encontrado. El sacerdote apasionado es el que transmite esta positividad, porque es capaz de generar reencuentros”, enfatizó.

Aclaró que lo contrario de la pasión en la antipatía, que niega el sentimiento.  “María es apasionada de Dios y de la humanidad, sigue a Jesús y a los apóstoles”.

También hizo otra reflexión en la homilía,  que persona que no pase por la experiencia del sufrimiento, “jamás será una persona profundamente humana”, a riesgo de ser superficial. “Sólo la experiencia del sufrimiento alcanza a llevar a la persona a una profundidad única, difícil y grande al mismo tiempo”.

En esta celebración, el Obispo pregunta a los sacerdotes si quieren renovar el voto que hicieron ante él, unirse a Cristo y permanecer como fieles dispensadores de los misterios de Dios. Los sacerdotes responden unísono «sí quiero».

El objetivo de la renovación de las promesas sacerdotales es que los sacerdotes sean ministros fieles de Cristo Sumo Sacerdote y los conduzcan a él, única fuente de salvación.

La renovación de las promesas sacerdotales también incluye la bendición de los santos óleos.
Texto: Esther Rojas-Periodista CEB
Foto: Vicariato Apostólico de Reyes

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