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En medio de las injusticias y problemas que aquejan al país, Mons. Pesoa instó a no quedarse en el simple comentario, sino actuar

Prensa CEB 09.07.24.- Como recita el lema del VIII Congreso Nacional Misionero: “Bolivia, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo”, cientos de misioneros de todo el país iniciaron la segunda jornada, en el Colegio La Salle de la Diócesis de Oruro, con una Eucaristía, para que, alimentados con el cuerpo y sangre de Cristo, continúen fortaleciendo la vocación de misioneros y vivir plenamente los días de reflexión.

“Que pasemos del decir al hacer”

Presidió la Eucaristía el Mons. Aurelio Pesoa Ribera OFM, Obispo del Vicariato Apostólico del Beni y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), quien en su homilía destacó la presencia y acción constante del Espíritu Santo en la historia de la salvación: “Abramos de verdad nuestros corazones para que nuevamente ese Espíritu vuelva a renovar el entusiasmo primero, aquel que recibimos en el Bautismo y en los otros sacramentos”, dijo.

El Mons. Pesoa también hizo un llamado a la comunidad a vivir su fe de manera activa y visible: “Este es el tiempo, esta es la oportunidad, si dejamos que el Espíritu Santo venga y se quede en nuestras vidas, podremos tener la valentía y la fortaleza necesaria, como los discípulos, para no tener miedo a hablar de Dios, para no avergonzarnos de decir que somos católicos, para no tener reparo de profesar nuestra fe”.

Señalando los desafíos actuales que enfrenta la sociedad boliviana, la autoridad eclesial no rehuyó a señalar las injusticias y problemas que aquejan al país e instó a no quedarse en el simple comentario y actuar: “Nosotros, estamos llamados a luchar contra ese mal que daña a muchos hermanos inocentes, grandes y chicos; miremos nuestro país, la injusticia cada vez más lejos, la pobreza se hace más evidente, la salud más lejana, las personas con menos posibilidades, pareciera que se resignan a morir porque no hay medicina; el trabajo, cuán difícil es conseguirlo, sobre todo en los lugares más alejados de los centros más grandes como Santa Cruz, Cochabamba y La Paz; qué difícil se hace para hombres y mujeres llevar el pan de cada día”.

“Pero el peligro es que nos quedemos solamente en el comentario y en el decir, y no hacer nada, y no estoy sugiriendo absolutamente bloquear o salir en manifestación o cualquier otra cosa, sino que, como cristianos, busquemos creativamente, gracias al don de la sabiduría y de la fortaleza del Espíritu, encontrar los remedios y las soluciones”, sostuvo.

“Que pasemos del decir al hacer”, insistió el Obispo a los misioneros congregados, llamándolos a dar testimonio de vida: “Testimonio de hombres y mujeres que creemos en el Dios único, en el Dios de la vida, en medio de este mundo en donde hay tantas cosas que lastiman a los hermanos, que Dios nos fortalezca y que Dios acompañe y bendiga la vida de cada uno”, concluyó.

Oración, Misión y Adoración

Vestidos con trajes folclóricos de Bolivia, los niños de la Infancia Misionera y el Centro Pastoral “Santa Teresa del Niño Jesús” presentaron los signos de ofertorio con una coreografía. Entre los signos se encontraban la Santa Cruz, símbolo cristiano de fe, las reliquias de Santa Teresa  del Niño Jesús, para seguir su vida de oración y misión, una vela, una Biblia, el Rosario, y el Pan y el Vino, como ofrendas de amor.

El Ministerio de música «Ángelus», de la  parroquia San Pablo de la Diócesis de Oruro, acompañó el entusiasmo de los misioneros congregados, antes, durante y después de la Eucaristía, con animaciones y dinámicas.

Se informó que durante todos los días del Congreso se tendrá la Capilla del Colegio abierta para la Adoración permanente, donde los congresistas podrán abandonarse en la voluntad de Dios, en el silencio y la alabanza.

El VIII Congreso Nacional Misionero continúa alentando a los participantes a profundizar su compromiso con la misión de la Iglesia y a buscar soluciones creativas y solidarias a los problemas que enfrentan en la sociedad.

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