Mons. Jorge Herbas convoca a los cristianos a ser agentes de transformación social y agentes de conciliación
Prensa CEB 14.07.24.- Desde la Catedral San Pedro de Aiquile y Santuario de la Virgen de Candelaria, el Mons. Jorge Herbas OFM, Obispo de la Prelatura de Aiquile, reflexionó sobre la misión de la Iglesia, convocando a los cristianos a tener una conciencia crítica de la realidad, llamados a ser agentes de transformación social de nuestra realidad, “para que nuestra sociedad no sea una sociedad injusta, sea una sociedad que respete los derechos humanos, los derechos de las personas, especialmente de las personas más vulnerables”.
En su reflexión de las lecturas dominicales, el Obispo recordó que el profeta Amós era un hombre sencillo, pero con una conciencia crítica fuerte con la realidad, que incomodaba porque predicaba contra la injusticia social y la explotación de los pobres: “Amós es el profeta de la justicia social”, afirmó y relacionó esta actitud con el Evangelio donde Jesús realiza su misión sin buscar protagonismo político ni de otra índole.
El Obispo hizo recuerdo de los pasajes del Evangelio de los domingos previos, donde Jesús elige a sus Apóstoles, “personas sencillas, campesinos y pescadores, les va enseñando con parábolas, les da formación básica y les confía una tarea y una misión”, enviándolos de dos en dos para que den testimonio el uno del otro, para vivir la fraternidad, para dar testimonio de su capacidad de diálogo y compartir la tarea de la misión. “Una característica sinodal”, puntualizó el Obispo, ya que los discípulos están enviados a caminar juntos para compartir la fe, porque “la fe se fortalece cuando la compartimos”.
Asimismo, explicó que Jesús envía a sus apóstoles desprovistos de riquezas y les otorga el poder de expulsar los espíritus inmundos. El Mons. Herbas aseguró que la Iglesia tiene poder, porque Jesús ha confiado esa autoridad, “es Cristo quien envía”, y desprovistos de los bienes materiales temporales, porque el éxito de la misión no depende de la seguridad material, sino de la confianza y abandono en Dios. “No depende de nosotros mismos ni de nuestras capacidades, sino de la presencia de Dios”, subrayó.
La autoridad eclesial lamentó que se diga: “Que la Iglesia no hable de política, que la Iglesia no hable de la realidad social, que la Iglesia no hable de economía, que la Iglesia no habla de crisis, que la Iglesia se meta en la Sacristía”. Instó a que desde la convicción cristiana se debe ser agentes de transformación social de nuestra realidad para lograr una sociedad justa que respete los derechos humanos. “No podemos ser arrinconados en la sacristía, no podemos no hablar de la cuestión social”, señaló, y alentó a predicar la salvación y trabajar para que todos seamos hermanos.
“No podemos, nosotros, alimentar odio de nadie, contra nadie, no podemos ser agentes de división, de polarización, eso no viene de Dios”, dijo, y explicó que «demonio significa el que divide, el que confronta y alimenta el espíritu de división; no está viniendo de Dios», y reiteró la clara misión de la Iglesia: “Trabajar por la comunión, por la unidad, por la fraternidad”.
Al concluir su homilía, el Obispo Jorge Herbas pidió que, en consecuencia de nuestra fe, seamos agentes conciliadores y “trabajar por una Bolivia de hermanos, por una Bolivia digna, unida; y trabajando entre todos podremos levantar nuestro pueblo, nuestro departamento, nuestro país y el mundo. Construir el Reino que ha traído Jesús, esta es nuestra tarea, esta es nuestra misión, que no podemos eludir, de la que no podemos ser indiferentes en razón de nuestro bautismo”, concluyó.