En la celebración de la Virgen de Urcupiña, Mons. Aparicio llama a la unidad y el servicio
Prensa CEB 15.08.24.- Este 15 de agosto, en la fiesta de la Asunción de la Virgen María, se celebró la Eucaristía en el Santuario de la Virgen María de Urcupiña. Una fecha significativa para los fieles bolivianos que ven en la festividad de la Virgen de Urcupiña un símbolo de unidad e integración familiar.
La misa fue presidida por el Mons. Oscar Aparicio, Arzobispo de la Arquidiócesis de Cochabamba, quien en su homilía afirmó que la festividad de la Asunción de la Virgen María, no solo celebra la elevación de María a la gloria celestial, sino también su papel como patrona de la integración, especialmente en un tiempo marcado por crisis y desafíos: “Frente a tantas situaciones de adversidades o de situaciones problemáticas de crisis, de miedos, de frustraciones de un pueblo que sufre profundamente, se anuncia justamente esto, el Señor viene y viene a salvar, ha nacido de María Virgen, el Salvador, el Mesías, el Cristo”.
“Al igual que Jesús, María no se ha desentendido de su pueblo”, remarcó el Arzobispo, “Dios no nos abandona”, añadió, e hizo un llamado a la unidad y al servicio fraterno, remarcando la necesidad del espíritu de diálogo y la búsqueda de la verdad en la vida cotidiana: “Yo veo tantas autoridades, tantas instituciones que han sido convocados aquí, es justamente para recibir de Ella la luz, el espíritu conciliador, el espíritu de unidad, el espíritu de servicio fraterno, el espíritu de integrarnos leal y verdaderamente, de diálogo, de la búsqueda de la verdad, de la búsqueda del servicio”, señaló.
Al finalizar su reflexión, la autoridad eclesial pidió la protección y compañía de la Virgen María de Urcupiña y alentó a tener un servicio integrador sobre todo viendo a los más humildes y sencillos: “Que la Virgen María nos proteja, que la patrona Asunta a los cielos, que cuida de nosotros, nos siga acompañando. Que María la patrona de la integración, nos conceda su Espíritu, nos conceda aquello que ya hemos escuchado en el Evangelio, esta capacidad de servicio, esta capacidad de la relación interpersonal, del diálogo, del encontrarse mutuamente, de las relaciones interpersonales, del encontrarse el tú a tú; que la Virgen de la integración nos haga capaces de cumplir aquel himno que ella misma ha proclamado… ‘proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador’”.