Mons. Percy Galván: “La Eucaristía es el sacramento central de nuestra fe, el inicio y el culmen de la vida litúrgica de la Iglesia”
Prensa CEB 04.08.24.- Este domingo 4 de agosto, desde la Basílica Menor de San Francisco, en su reflexión dominical, el Mons. Percy Galván, Arzobispo de la Arquidiócesis de La Paz, instó a los fieles a reconocer la Eucaristía como el verdadero alimento que nutre el alma y abre las puertas a la vida eterna y lamentó la parodia que se realizó en la inauguración de los Juegos Olímpicos: “Ha sido como una espada que ha atravesado nuestra fe”, sostuvo.
El Arzobispo dio inicio a su homilía pidiendo a la feligresía repetir las palabras de Jesús en el Evangelio de (Juan 6, 24-35): “Yo soy el Pan de Vida”.
Con gran respeto y amor hacia los presentes, el Mons. Galván planteó un interrogante para meditar durante la semana: “Verdaderamente entendemos estas palabras: El que viene a mí sacia y jamás tendrá hambre, y el que cree en mí tendrá sed. ¿Entendemos, queridos hermanos? Porque estas palabras son el centro del Sacramento Eucarístico, y la Eucaristía es el sacramento central de nuestra fe, el inicio y el culmen de la vida litúrgica de la Iglesia”, afirmó.
La autoridad eclesial explicó que este Evangelio, es el Capitulo Eucarístico, que tiene cuatro pasajes y enseñó cada uno de ellos.
Sosteniendo un pan en la mano, el Arzobispo explicó el primer pasaje: La multiplicación de los panes, un milagro que demuestra la compasión de Jesús por la multitud y su preocupación por el bienestar material de las personas. “Dios se preocupa de nuestro alimento, de nuestro vestido, de nuestro bienestar, de nuestra salud”, señaló. Sin embargo, subrayó la necesidad de buscar el alimento espiritual que sacia por siempre.
En el segundo pasaje, Jesús camina sobre el mar de Galilea y reprende a la multitud por buscarlo solo por el alimento temporal. El Mons. Galván, usando los vasos sagrados de la Eucaristía como símbolo, exhortó a los fieles a buscar el verdadero pan que sacia toda hambre y sed eternamente: “Busquen el verdadero pan, busquen ese alimento que sacia por siempre toda hambre y toda sed”, insistió y agregó: “El Señor nos busca, el Señor nos encuentra, el Señor nos viene a decir que el verdadero alimento, sin desmerecer la importancia del alimento material, el verdadero, el que sacia toda nuestra hambre y nuestra sed, es el Cuerpo y la Sangre de Cristo”.
El tercer pasaje se centra en el discurso eucarístico en Cafarnaún, donde Jesús explica la importancia de su Cuerpo y Sangre como el alimento que da vida eterna. El prelado lamentó que muchos no comprendieran este mensaje y se alejaran, pero remarcó la necesidad de mantenerse firmes en la fe y buscar la presencia de Cristo por encima de los deseos materiales: “’El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna’, miren, queridos hermanos, tan lindo, no solo que saciamos nuestros deseos de tener cosas, sino que además alcanzamos y adquirimos nuestra entrada, nuestro ticket para la vida eterna, para la salvación plena y total”, dijo.
El Arzobispo manifestó el dolor que provocó en los creyentes la parodia de la Última Cena en la inauguración de los Juegos Olímpicos: “Ha sido como una espada que ha atravesado nuestra fe”.
Finalmente, en la confesión de Pedro, el Mons. Percy Galván destacó la respuesta de Pedro ante la pregunta de Jesús: “¿También ustedes quieren irse?”. Pedro, temblando, respondió: “Señor, ¿a dónde vamos a ir? Solo tú tienes palabras de vida eterna”. El Mons. Galván instó a los fieles a adoptar esta respuesta como propia, reconociendo que solo en Cristo se encuentra la verdadera saciedad de nuestras necesidades espirituales: “Queridos hermanos esa tiene que ser nuestra respuesta. De nosotros, que estamos caminando en esta Iglesia con tropiezos y con caídas, con gracias y con escándalos, pero estamos caminando, a pasar del pan material al Pan espiritual”.
La reflexión concluyó con el coro de files creyentes reunidos diciendo: “Señor, ¿a dónde vamos a ir? Solo tú tienes palabras de vida eterna”.