Presidente de la CEB: “Nuestra patria necesita reconciliación y perdón, no dejemos que la domine la indolencia, la injusticia o la intolerancia”
Prensa CEB 25.08.24.- El Mons. Aurelio Pesoa Ribera OFM, obispo del Vicariato Apostólico del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), exhortó a la reconciliación y el perdón en medio de las injusticias que enfrenta el país: “No dejemos que la domine la indolencia, la injusticia o la intolerancia”.
Desde la Catedral Santísima Trinidad, el Mons. Pesoa llamó a pronunciar con firmeza la profesión de fe de Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? Solo tú tienes palabras de vida eterna». En tiempos de dolor y sufrimiento, esta fe es la que nos dará la fuerza para seguir adelante y confiar: “En estos tiempos en donde hay dolor, sufrimiento, impotencia y molestia, no solamente por la falta de combustible, sino por las injusticias que se cometen, pero si tienes ganas de dar sentido a tu vida, si quieres dejar de sentirte insatisfecho, atrévete, se valiente en responder como Pedro”.
En este día, que también se celebra el Día del Catequista bajo el lema «Catequistas llamados a resonar el Evangelio en el corazón de cada persona», la autoridad eclesial animó a los catequistas de Bolivia a ser valientes anunciadores de la Palabra de Dios, y les recuerda que, aunque la misión puede ser difícil, no están solos, ya que Jesús está con ellos: “A ustedes, catequistas de las distintas jurisdicciones de la iglesia en Bolivia, parroquias, capillas y comunidades cristianas, les animamos a que sean valientes anunciadores de la Palabra de Dios. Por su compromiso y misión no les está permitido retacear ni avergonzarse de la Palabra de Dios”.
El Evangelio de hoy nos muestra cómo muchos discípulos de Jesús se alejaron de Él porque no aceptaban su mensaje. Según explicó el Mons. Pesoa, esto nos enseña que Dios no puede ser moldeado a nuestro capricho; el verdadero Dios exige una actitud clara y firme basada en el Evangelio.
Domingo 21 Ordinario (B)
Señor, tú tienes palabras de vida eterna
Jn 6, 60-69
25.08.2024
1.- Josué sucesor de Moisés, en la región de Siquem, confronta al pueblo de Israel, entre servir al Dios verdadero o a los ídolos de los otros pueblos de alrededores. El Señor pide fidelidad al pueblo que Él ha elegido. El pueblo hace una profesión de fe y afirma: “Nosotros serviremos al Señor, ya que Él es nuestro Dios”, y el compromiso de obedecer y servir solo a Dios.
No nos olvidemos que todos somos pasajeros, solo Dios es eterno. Por eso preguntemos a la vida, ¿qué herencia estamos dejando a los hijos y a las futuras generaciones? Hoy como ayer debemos preguntarnos ¿cuáles son esos dioses falsos o ídolos que se hacen presente en nuestra vida y que nos invitan a seguirles?
No es difícil responder a la pregunta, cuáles son los dioses falsos: la vanidad, el egoísmo, el orgullo, el deseo de poder, la mentira, el desprecio al que no piensa como yo, la prepotencia, etc. Entendamos que todos los dioses falso o ídolos conducen a la deshumanización de la persona.
Ojalá, la escucha de la Palabra de Dios nos conduzca a meditarla y reflexionarla para responder como lo hizo el pueblo de Israel: Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses. No olvidemos que la gran mayoría del pueblo boliviano se profesa católico, hagamos honor a ese nombre.
2.- El Evangelio de hoy narra que debido a la predicación de Jesús: Muchos de sus discípulos se alejaron de Él y dejaron de acompañarlo. Y que Dios no puede ser hecho a la medida o al capricho humano, el dios a medida del ser humano, será cualquier otra cosa, menos el Dios verdadero.
Es verdad, el Dios en quien creemos, exige una actitud clara según la enseñanza del Evangelio. Los Evangelios enseñan cómo debe ser fortalecida la actitud de fe del creyente.
En la historia del universo la Iglesia Católica ha tratado de responder a las inspiraciones y en docilidad a la acción del Espíritu Santo, ella no actúa por intereses meramente humanos, sino de acuerdo a la Palabra de Dios, manifestada en los Evangelio.
Por eso, en diversas ocasiones de la historia, muchos han querido reducir a la Iglesia, pueblo de Dios, a la sacristía, al silencio o al plano meramente espiritual, si eso sucediera no cumpliría la misión que el Señor le encomendó. La Iglesia tiene la misión y el compromiso de cumplir lo encomendado por su fundador, salvar y liberar al hombre de toda esclavitud
3. Por ello, en este día en que celebramos el día del catequista, con el Lema: Catequistas llamados a resonar el Evangelio en el corazón de cada persona, están llamados a ser discípulos-misioneros de la Palabra de Dios, buscando con los diversos medios necesario hacerla llegar y ser escuchada por todos y que sea conocida por todos los hombres de buena voluntad.
A ustedes catequistas de las distintas jurisdicciones de la iglesia en Bolivia, parroquias, capillas y comunidades cristianas, les animamos a que sean valiente anunciadores de la Palabra de Dios. Por su compromiso y misión no les está permitido retacear ni avergonzarse de la Palabra de Dios.
La respuesta a la pregunta que hace Jesús hoy a sus discípulos, como Pedro debe ser la respuesta comprometida y valiente de ustedes: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios. Puede que sea duro al principio, pero no olvides que después de la cruz, siempre viene la Resurrección. Catequista, confía en Él, y mantente firme en la opción realizada. No estás solo, está Jesús contigo.
Si hermanos creemos en el Dios justo, compasivo y misericordioso. Nuestro mundo, nuestra patria necesita reconciliación y perdón. No dejemos que la domine la indolencia, la injusticia o la intolerancia. La profesión de fe de Pedro, la debemos pronunciar también hoy, en estos tiempos en donde hay dolor, sufrimiento, impotencia y molestia no solamente por la falta de combustible, sino por las injusticias que se cometen. Pero si tiene ganas de dar sentido a tu vida, si quieres dejar de sentirte insatisfecho, atrévete, se valiente a responder como Pedro: Señor, ¿a dónde iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna.
Dios nos anime y fortalezca nuestra fe y esperanza en tiempos mejores. Así sea.