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Mons. Jorge Herbas a los Colaboradores de la CEB: “Nuestro servicio es un testimonio del amor a Dios y del amor a la Iglesia”

Prensa CEB 06.09.24.- Este viernes 6 de septiembre, los Colaboradores de la Conferencia Episcopal Boliviana celebraron la Eucaristía mensual presidida por el Mons. Jorge Herbas, obispo de la Prelatura de Aiquile, quien en su reflexión invitó a profundizar en las virtudes del corazón de Jesús y aseguró que el servicio que se realiza en la CEB es un testimonio del amor a Dios y a la Iglesia.

El Mons. Herbas dijo que el corazón de Jesús no es indiferente al sufrimiento humano, sino que actúa con prontitud ante las necesidades de los demás, sin esperar largos ruegos o peticiones. Por ello, señaló que quienes trabajan al servicio de la Iglesia deben hacerlo con un espíritu de fidelidad: “Ser fieles significa ser responsables, significa captar el espíritu y trabajar de todo corazón con espíritu de servicio”.

Hizo hincapié en que, como servidores, debemos evitar los juicios prematuros y críticas destructivas, pues estas pueden convertirse en chismes y habladurías que solo dañan la convivencia.

“Hay que tener presente que Dios nos mira, nos conoce, Dios nos conoce más que nosotros mismos”, aseguró el obispo de Aiquile, a tiempo de subrayar las palabras de San Francisco de Asís: “El ser humano es lo que es ante Dios y nada más”, y explicó que no podemos ponernos máscaras o vestidos para dar una imagen y esconder nuestras intenciones, “pues Dios conoce, por eso, nos dejamos guiar felices”. Pidió a los Colaboradores “permitir que Dios haga su trabajo en nosotros y permitir que su Palabra caiga en el profundo de nuestro corazón”.

El Mons. Jorge Herbas manifestó que “las instituciones tienen rostros concretos”, y la Conferencia Episcopal, a través de sus Obispos y Colaboradores, tiene este “rostro humano” y refleja en su servicio “un testimonio del amor a Dios y del amor a la Iglesia”.

Discernimiento ante las novedades de la Sinodalidad

El Mons. Herbas concluyó su mensaje pidiendo discernimiento ante las novedades que enfrenta la Iglesia, como la renovación de las estructuras en la Conferencia Episcopal, que requiere “un cambio de actitud” y el espíritu de aceptar la novedad, trabajar en equipo y en diálogo.

También explicó que “no todo lo novedoso es bueno”, y sobre el concepto de Sinodalidad, recordó que la autoridad del Papa y del Colegio Episcopal no debe negarse en aras de una mal entendida democracia eclesial: “Sinodalidad no significa prevaricar a la autoridad”, remarcó el obispo en su homilía.

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