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La Hna. Yanira Justiniano de la congregación Hermanas Terciaria de San Francisco, califica el desastre en Ascensión de Guarayos como, “terriblemente triste”

Prensa CEB 1.10.2024.- Son 9 hermanas de la congregación de las Hermanas Terciarias de San Francisco de Ascensión de Guarayos que actualmente vienen colaborando con los afectados por los incendios en ese municipio, ellas se turnan para atender a más de 2000 personas afectadas. La hermana Hna. Yanira Justiniano quien vive esta realidad, califica esta situación como “desastrosamente muy triste”.

Ascensión de Guarayos es un pueblo indígena guaraní originario de la Amazonía de Bolivia, asentado principalmente en la provincia Guarayos en el Departamento de Santa Cruz, y uno de los municipios, más afectados por los incendios.

Prensa CEB se comunicó con la hermana Yanira, quien lleva 15 años en el lugar, con el objetivo de que ella cuente su testimonio y nos narre, cómo están viviendo esta congregación, estos meses, donde el fuego no tuvo compasión y arrasó con todo a su paso.

La religiosa nos narra, que en Ascensión de Guarayos, que es como la capital de la zona Guaraya , los municipios de Urubichá , Salvatierra, San Pablo Guaraní, Yotaú y los pueblitos alrededor han sido inmensamente afectados, calificándolo como, “desastrosamente triste”.

“El chaqueo ha sido muy grande la quemazón, ver también tantos animales muertos, algunas personas han perdido todo, lo que es su siembra, sus chacos, sus piñas, sus plátanos, entonces ahora han quedado, como dice uno, muy tristes de todas partes”, agregando que la congregación, como Iglesia, se unió junto a toda la gente para colaborar.

La hermana Yamira culpa a la práctica de los chaqueos la consecuencia de estos incendios, acotando que luego los avasalladores entran a tomar las tierras, que se encuentran quemadas, para poseerlas ilegalmente. Narra que juntamente a los autoridades municipales se unieron; la gente, los bomberos, los jóvenes estudiantes y las personas voluntarias, para organizarse e ir apagar el fuego, con la esperanza que llueva y que el viento se vaya.

Cuenta además que la Iglesia misma, los sacerdotes, las religiosas, los laicos comprometidos buscaron la manera de recolectar ayuda con la intención de colaborar con los más afectados, “está presente con el pueblo, las campañas han sido muy buenas, escuchadas, y también las organizaciones como JPIC de santa cruz, y otras organizaciones que nos han hecho llegar también la ayuda”, dijo.

Aclaró que están trabajando en conjunto con todos y con las “personas de buen corazón” ya que la necesidad no se da solo en un solo lugar, sino en otros pueblos. En cuanto a la ayuda de los bomberos voluntarios, la hermana Yanira señaló que ellos se asientan, principalmente, en Ascensión de Guarayos en un número de 150 a 180 entre policías y bomberos y que son alojados en colegios católicos.

“Las hermanas han estado 22 días alojando y cocinándoles también a los policías y a los bomberos. Y ahora, como dicen, han relevado nuevos grupos, en la cual hasta el domingo estarán en nuestro colegio, y la verdad ellos se sienten muy agradecidos porque se nota la atención de las personas, de las hermanas, la acogida de las personas que somos consagradas, y esta tarea es también día y noche apoyando en esto”, contó.

Son 9 hermanas clarisas que se turnan, unas apoyan en la mañana, al medio día y otras por la tarde, “también organizamos a la gente que trabaja con nosotros, nos turnamos un día otros, por ejemplo, un colegio, otro día otro colegio, porque la verdad, son bastantes personas que hay que atender”, aseguró.

En cuanto a la contaminación, cuenta consternada que los que más sufren son los niños y ancianos con afecciones como la conjuntivitis, bronquitis, asma, vómito y diarrea, debido a que el agua que consumen es de los ríos, es agua contaminada y que esta afección engloba a toda la población que suman alrededor de 2.000 personas.

La Hermana Terciaria de San Francisco, dio gracias a Dios por la unidad, la preocupación de toda la gente, acotando que en las necesidades no se mira la raza, ni la condición, sino se mira al ser humano, al hijo de Dios, que está sufriendo, que necesita el apoyo, pero no solo en el tema físico, sino también en la parte espiritual.

“Porque, verdad, el ver a un papá, a veces ver una familia que todas están enfermas y no tienen remedio, no tienen medicamentos, entonces vienen al hospital, no hay tampoco, y en los hospitales tampoco tienen lo suficiente. Entonces nos buscan a nosotros, y así nosotros ahora, con toda esta campaña que hemos hecho, nos ha llegado medicamentos, que vamos a repartir”, narró.

La hermana es consciente de que no es fácil, pero que cuando se quiere ayudar, lo que pesa más es, el “amor hacia el hermano, hacia el prójimo, ya que uno lo hace desde el corazón, “aunque sea poco, con un granito de arena, pero se hace grande”.

“Quiero decirle y que sigamos ayudándonos, que tengamos fe y que oremos mucho también, porque miren, todas partes ya ha llovido, y aquí no ha llovido todavía. Hoy no perdamos la esperanza de que todo esto se acabe y volver a empezar de nuevo, y cuidar, empezar a enseñar a la familia, a los niños, a cuidar nuestros dos, y a cuidar nuestra naturaleza”, solicitó emocionada.



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