Mons. Pedro Fuentes: “En este tiempo tenemos que ser gente de esperanza y eso es tener una actitud de fe”
Prensa CEB 17.11.2024.- Monseñor Pedro Fuentes, obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Paz, indicó en su homilía de hoy que existen dos líneas para entender el Evangelio, la primera la existencia de este mundo, argumentando que este universo en algún momento terminará. Y la segunda, la vida, qué a decir del obispo es, efímera, solicitando además a los feligreses, no perder la esperanza.
Dese la Basílica Menor “Santa María de los Ángeles”, de San Francisco, en la ciudad de La Paz, el también Administrador Apostólico del Ordinariato Militar para Bolivia, monseñor Fuentes, aclaró a los feligreses que no hace falta haber estudiado Teología para entender lo que quiere decir hoy el Señor.
“Son dos cosas. La primera, la existencia de este mundo pasará. ¿Esa es una evidencia, verdad? La ciencia nos dice también que este mundo tal cual lo conocemos, se va a acabar. ¿Cuándo? Pues falta todavía mucho, pero se va a acabar”, afirmó.
Y hablando de nuestra vida, dijo el obispo, ésta es efímera, “el tiempo, este tiempo, pasa, y qué rápido que pasa”, argumentó. “¡caramba!, ¡cómo pasa el tiempo! No te das ni cuenta, no podemos manejarlo, no somos dueños del tiempo”, reflexionó.
El tiempo es efímero
En este marco, Mons. Fuente aconsejó que lo ideal es que todo lo que esté postergado se realice, ya que el tiempo pasa y que, en ese lapso de nuestra existencia, “todo puede pasar”, tomando como ejemplo la época del COVID, donde muchos se aferraron al poder y a sus bienes materiales.
“Todo esto del COVID, en el mundo yo tengo platita, tengo mis bienes, todo, qué feliz soy. O me aferro al poder, a la política, como un sinónimo de mi felicidad. ¿Realmente qué equivocados estamos, ¿verdad? O me aferro a esta forma de pensar, a esta forma de actuar en mi vida, porque creo que soy feliz así, y no pensamos que el tiempo, nuestro tiempo es efímero. ¿Cualquier momento, qué puede acontecer?
¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas?
“Esa es una constatación y es bueno que pensemos en ello”, dijo monseñor Fuentes con la intención de entender y reflexionar, ¿qué estamos haciendo de nuestra vida?,
“Esa es una constatación y es bueno que pensemos en ello, no para asustarnos, sino para entender qué es lo que estamos haciendo con nuestra vida. ¿A ver, esa es la segunda reflexión, qué estamos haciendo con nuestras vidas?”, reiteró la pregunta.
Volviendo a la primera lectura, el prelado indicó que es una llamada clara de enseñar la justicia a las multitudes, es decir, es una invitación a colaborar, contribuir a que la Iglesia se regenere, rejuvenezca y que vaya comunicando la fe en el Señor.
“No solamente nuestras penas y tristezas, que las hay, pero no perdamos mucho el tiempo en eso. Somos gente de fe y de esperanza y tenemos que retransmitir nuestra fe, porque de lo contrario, esa fe que decimos profesar en el Señor de la vida se queda ahí en los umbrales, y solamente creemos que es un acontecimiento muy personal para conmigo y que no tenemos responsabilidad para con los demás. Nos equivocamos, sí la tenemos”, puntualizó.
Solicitó, a los que se congregaron en la basílica, a rejuvenecer su fe y no quedarse solo en el pecado, que para el obispo, “no es tan importante”.
“Lo más importante es lo que hacemos con nuestra vida para bien. Decía el presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, en la asamblea que hemos tenido la anterior semana, el corazón bueno, el tener ese corazón bueno, ese corazón que Dios nos ha infundido a cada uno de nosotros”, señaló Mons. Fuentes acotando que Dios no nos hizo para que seamos malvados y que estemos todo el tiempo “lloriqueando” por nuestros pecados.
Asimismo el obispo Auxiliar de La Paz, aseveró que la gente, es gente de esperanza y eso es precisamente tener un actitud de fe y que en este tiempo, el que nos tocó vivir ahora, “tenemos que ser gente de esperanza y de fe”.
¿Por qué parece que el mal, siempre vence al bien?
Ya en la segunda lectura del Evangelio (lectura de la carta a los Hebreos 10, 11-14. 18), intenta responder a la pregunta de por qué el pecado no ha sido eliminado del mundo, y no solamente entre los que no creen sino entre los cristianos, es decir, “entre nosotros”, considerando el obispo, una pregunta justa.
“¿Por qué el mal parece estar por todas partes? ¿Por qué el mal parece que vence siempre al bien? Se nos recuerda que aunque la suerte de todos los enemigos del bien está ya establecida, todavía no han sido sometidos bajo los pies de Cristo. Hay que esperar a que su victoria se manifieste plenamente”, explicó, añadiendo que no se debe creer que el mal vencerá y que no debe ser motivo de angustia, porque el mal ya fue derrotado por la muerte y resurrección de Cristo.
“Y esto no solamente es un dogma de fe, no es algo en aquello que debemos creer, es vida. El mal no vence al bien”.
El obispo administrador Apostólico del Ordinariato Militar, indicó que pese a las situaciones conflictivas por la que atravesó nuestro país, especialmente con los bloqueos, debemos ser gente de esperanza, “el cristiano, a pesar de todas estas cosas que pasan en nuestra vida, tiene que ser gente de esperanza, de bien y procurar el bien. Maldades siempre va a haber, no se acaba, pero el bien prevalece. Y nosotros somos gente de fe, gente que cree que el bien prevalece, y eso está en el ADN del cristiano”, replicó.
Por tanto, no podemos dejarnos vencer ante la desesperación, la tristeza que nos vienen e irrumpen, pero salimos para adelante por el bien que el Señor ha infundido en nuestros corazones. En el evangelio de hoy hay llamadas a la fidelidad también les decía, y a la vigilancia.
Navidad en Familia, pero no olvidarse de los pobres
Monseñor Fuentes, recordó que ya se vienen la Navidad solicitó a los feligreses celebrar en familia con cariño y amor, pero que no se debe olvidar a los pobres
“Hay gente más pobre que precisa de nuestro cariño, de nuestra manifestación de creyente. No te olvides de ellos. Ya no celebres la Navidad solamente al resguardo de tu familia. No lo hagas solamente así. Mira que hay dolor y sufrimiento a nuestro alrededor”.
“Así será hermanos. Entonces no se olviden nuestro tiempo, vigilantes, seamos vigilantes con nuestro tiempo y hagamos de nuestro tiempo, de nuestras vidas, una ofrenda a Dios”, concluyó.