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Mons. Pedro Fuentes y la Hna. Celestina Málaga impulsan una Iglesia Sinodal y Misionera

Prensa CEB 29.11.2024.- En el marco de la Cuarta Asamblea Pastoral de la Prelatura de Corocoro, Mons. Pedro Fuentes y la Hermana Celestina Málaga, miembros de la Comisión Nacional del Sínodo para la Sinodalidad, se presentaron en esta ocasión para fortalecer la misión de la Iglesia en esta región, bajo el lema “Iglesia Sinodal en Comunión, Participación y Misión”, se enfocaron en los desafíos locales, la Sinodalidad y la formación de una comunidad misionera.

Monseñor Fuentes en una entrevista manifestó su aprecio a la Prelatura por la labor histórica de los padres pasionistas, compartiendo su perspectiva sobre los retos actuales, destacando la migración juvenil como uno de los problemas más críticos de la región, “la falta de oportunidades está vaciando las comunidades, dejando a los mayores solos y desamparados. Este fenómeno, que inició décadas atrás, ahora es más agudo”, señaló.

En su mensaje a los jóvenes y comunidades, Mons. Fuentes enfatizó el papel transformador de la Iglesia manifestando que: “Queridos amigos, no se alejen de la Iglesia. Aquí no solo encontrarán distracción, sino formación espiritual y humana. Cultiven valores, trabajen, estudien y enfrenten con valentía los desafíos que se presentan”.

Por su parte, la Hermana Celestina destacó la importancia de adoptar el método de la conversación espiritual, aprendido durante su participación en el Sínodo Continental de los Países Bolivarianos. Esta metodología, explicó, permite discernir colectivamente la voluntad de Dios, dejando de lado opiniones personales y abriendo espacio al Espíritu Santo.

“La conversación espiritual nos ayuda a escuchar al Espíritu y descubrir lo que Dios quiere. Así garantizamos que las decisiones reflejen no solo la voluntad de uno, sino de todos”, señaló.

La Hermana Celestina también alentó a la comunidad a reflexionar sobre sus vocaciones personales, “pregúntense para qué Dios los ha creado. Ya sea en la vocación religiosa, sacerdotal o matrimonial, nuestra misión es poner nuestros dones al servicio de los demás”.

Ambos exponentes destacaron la importancia de mirar al pasado con gratitud y al futuro con esperanza, instando a la comunidad a trabajar unida para superar los desafíos actuales. La Asamblea concluyó con un llamado a construir una Iglesia más sinodal, misionera y misericordiosa, que responda a las necesidades de la región con valentía y fe.

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