Mons. Robert Flock: La Fragilidad de la Vida y la Esperanza en Cristo
Prensa CEB 18.11.2024.- En su homilía de ayer, Mons. Robert Flock, obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, compartió una experiencia personal con su acuario, como símbolo de la fragilidad, recordando además que un acuario no es diferente al del planeta Tierra.
Desde la Catedral de San Ignacio de Velasco, el obispo relató cómo su mayor acuario, que se encontraba en el salón del Palacio Episcopal, sufrió un accidente debido a una pequeña fuga. A pesar de sus esfuerzos por mantener este hábitat cuidadosamente equilibrado, el incidente resultó en la pérdida de todos sus peces, incluyendo 60 tetra cardinales amazónicos. Sin embargo, lejos de rendirse, decidió reconstruir este microcosmos con renovada esperanza, integrando así esta experiencia en su mensaje de fe y reflexión.
El mensaje se relaciona con las lecturas bíblicas apocalípticas de ayer, recordándonos que la fragilidad de un acuario no es diferente de la del planeta Tierra. Asimismo Mons. Flock, recordó cómo los astronautas que caminaron sobre la Luna describieron la Tierra como un oasis frágil en el vasto y oscuro espacio; este recordatorio nos lleva a reflexionar sobre la importancia de proteger nuestro planeta, un ecosistema único y delicado en el que toda forma de vida está interconectada.
Mons. Flock también destacó los riesgos que enfrenta la humanidad, como el cambio climático y las guerras, que amenazan con llevar a nuestra especie y a muchas otras hacia la extinción. Enfatizó la responsabilidad humana de cuidar de la creación divina, citando los cinco eventos de extinción masiva que han marcado la historia del planeta y cómo la actual crisis ambiental puede ser vista como un sexto evento, esta vez provocado por el propio ser humano.
En su homilía, recordó que a pesar de las adversidades, Jesucristo nos ofrece esperanza, un “cielo nuevo y una tierra nueva” en la que la bondad y la sabiduría divina prevalecerán sobre la destrucción y el egoísmo.
El Obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, concluyó su mensaje animando a la comunidad a brillar como las estrellas del firmamento, viviendo con prudencia, justicia y amor, valores que nos acercan a la promesa divina de un mundo renovado.