Mons. Jorge Herbas: «No basta con buenas intenciones. María nos enseña a actuar, a poner manos a la obra, respondiendo con prontitud a las necesidades de los demás”
Prensa CEB 22.12.2024.- Mons. Jorge Herbas, obispo de la Prelatura de Aiquile, en la homilía en este 4to domingo de Adviento destacó la importancia del servicio desinteresado, la disponibilidad y la alegría del encuentro, tomando como ejemplo a María, madre de Jesús.
Desde la Catedral de San Pedro “Virgen de la Candelaria” en Aiquile, el obispo enfatizó que la actitud de María, quien no dudó en ponerse en camino al encuentro de su prima Isabel, refleja una fe viva que se traduce en acción, “María no se quedó en la comodidad de su hogar en Nazaret; se puso en camino ligero de equipaje para servir, llevando consigo lo más importante: su presencia y disponibilidad”, señaló Mons. Herbas.
El Obispo de Aiquile invitó a los fieles a imitar el ejemplo de María: “No basta con buenas intenciones. María nos enseña a actuar, a poner manos a la obra, respondiendo con prontitud a las necesidades de los demás”, dijo.
En su reflexión, también subrayó el valor de dedicar tiempo a quienes más lo necesitan, resaltando que el regalo más valioso que podemos ofrecer es nuestra presencia, “podemos regalar muchas cosas, pero regalar nuestro tiempo y nuestra atención tiene un valor inestimable”, afirmó.
Monseñor Herbas, destacó que la Navidad es un tiempo propicio para el encuentro y la reconciliación, “la alegría del encuentro, como el que vivieron María e Isabel, nos invita a renovar nuestras relaciones personales, a perdonar y a pedir perdón, creando espacios de paz en nuestras familias y comunidades”, expresó.
Además, llamó a la solidaridad como un acto que trasciende lo material, “no se necesitan grandes cosas para ser solidarios. María nos enseña que, incluso con lo poco, podemos servir con amor y humildad, animando a compartir con los más necesitados, especialmente con niños, ancianos y personas vulnerables, como un gesto concreto de fe”, manifestó.
En su homilía también abordó el papel de Jesús como fuente de paz y reconciliación, “Jesús es el Rey de la paz, cuya misión es restablecer la armonía en el corazón de cada persona y en el mundo entero”, recordando la importancia del sacramento de la reconciliación como un medio para experimentar la alegría del perdón y la comunión con Dios.
Finalmente, el obispo invitó a los fieles a celebrar la Navidad con un espíritu renovado, poniendo en práctica la fe a través de gestos de amor, servicio y encuentro. “Que esta Navidad sea un tiempo de gracia, de alegría y de solidaridad, siguiendo el ejemplo de María, cuya fe nos inspira a vivir nuestra vocación cristiana con generosidad y humildad», puntualizó