“Servir con alegría y humildad”, señaló Monseñor Eugenio Coter en la Ordenación del Diácono Jery Funelas
Prensa CEB 10.12.2024.- En el marco de la festividad de la Inmaculada Concepción, Monseñor Eugenio Coter, obispo del Vicariato Apostólico de Pando, presidió la ordenación diaconal de Jery Jhon Funelas Peralta en la ceremonia celebrada en la Parroquia “Inmaculada Concepción” de Guayaramerín, exhortándolo a vivir su ministerio con alegría y entrega.
Durante su homilía, en la Parroquia de esa ciudad, Monseñor Coter destacó la importancia del diaconado como ministerio de servicio en la Iglesia, “el diaconado no existió en tiempos de Jesús; fue una respuesta de la primera comunidad cristiana para atender las necesidades de los más vulnerables, especialmente de los migrantes y marginados”, señaló.
En este contexto, el obispo trazó un paralelismo entre María, como servidora, y el llamado al servicio del diácono, “María es la imagen perfecta de quien sirve con humildad y amor. El servicio no busca reconocimiento, sino que es una oportunidad para experimentar a Dios en el acto mismo de dar. Dentro de tu servicio harás experiencia del rostro de Dios”, recordó, citando la obra del pintor Alcabaz, quien representa el rostro de Cristo reflejado en el agua mientras lava los pies de Pedro.
Dirigiéndose al nuevo diácono, el obispo de Pando, lo exhortó a vivir su ministerio con alegría y entrega: “Jery Jhon, tu servicio comienza desde los últimos, desde los más pequeños. Sirve sin buscar agradecimientos ni reconocimientos; que tu mayor recompensa sea hacer experiencia de Dios en cada acto de caridad”.
Asimismo, subrayó que este camino no es solo una tarea, sino una vocación que transforma, “Como María, aprende a reconocer el rostro de Dios en cada paso de tu servicio. No tengas miedo de tus fragilidades; a través de ellas, Dios actúa con poder y amor”, afirmó.
“Servir, servir con alegría de servir, servir sabiendo que adentro de este servicio hago experiencia de Dios. En la etapa del guion que han preparado, hay una imagen que recuerda este servicio. Pero hay una imagen de un pintor que me gusta mucho, Arcabaz, que sigue viviente. Arcabaz es el nombre de arte”, mencionó.
La ceremonia también fue una oportunidad para reflexionar sobre el papel histórico del diaconado en la Iglesia, incluido el lugar de las mujeres en este ministerio, “en los primeros siglos, hubo mujeres diaconisas, como Febe, mencionada en la Carta a los Romanos. Papa Francisco nos invita a reflexionar y dialogar sobre esta tradición, respetando los tiempos y desafíos actuales”, recordó monseñor Coter.
“Descubre la mística del rostro de Dios, como María, como en el lavatorio de los pies de Arcabaz, que aprende que más allá de lo inmediato, de lo concreto, del servir o de repartir el pan o cualquier cosa que sea necesario, hago experiencia de Dios. Buen camino diaconal no lo borrará la ordenación sacerdotal, sino le dará cumplimiento, porque toda la vida estamos llamados a ser Diáconos del Señor.